- Privado - Divagando...

Sin previo aviso, la puerta del salón se abrió torpe y ruidosamente. El pelirrojo había olvidado un par de libros de clase de Filosofía en el pupitre, de no ser por haberlos visto en las manos de Sebastyan, los hubiera dejado ahí hasta que alguien se los llevara para siempre. Presuroso, el capitán se dirigió corriendo al aula donde habían tenido la clase.

Para su sorpresa, el aula no estaba sola.

Al ver la silueta de alguien marcada en la ventana, el chico sólo se detiene después de abrir la puerta y deja ir un "Ah, perdón! Pensé que no había nadie!" con su habitual sonrisa coqueta de hablar con alumnos casualmente. Sin embargo, al reconocer la cara que pertenecía a dicha persona, el gesto de Hazel cambia totalmente por uno casi asustado.

- Aaah... holaaa~...ahem...Alison, cierto? Ha ha! Qué casualidad encontrarte por aquí! Se me, ahem... olvidó algo. Sólo vine a recogerlo, ha ha ^^;- balbucea el pelirrojo mientras avanza torpe y cautelosamente por entre los pupitres para llegar a donde (según recordaba) se había sentado en clase, manteniendo siempre una distancia prudente de la joven demonio.

El chico no pudo evitar pasar saliva pesadamente ante las palabras de la demonio. Claro, no había qué temerle a una chica demonio de cuarto año, ese no era el problema. El problema es que era el equivalente a una Succubus, ya entendía por qué su presencia era tan... tan... vigorizante, la chica simplemente despedía un aura de atracción que era demasiado difícil de ignorar para los hombres.

- Am... temerte? Nooo! Cómo crees? Ha ha ha~, sí eres... AHEM... encantadora...- responde torpemente el capitán, llevándose el puño cerrado a la boca para simular una tos falsa. Siguió caminando de lado lentamente hacia el pupitre donde había dejado sus libros, sin quitarle los ojos de encima a la chica. Finalmente llegó ahí y husmeó en la papelera del escritorio desesperadamente. El libro, en efecto, se encontraba ahí.

-Hey, mira, al parecer sí había olvidado mi libro aquí, haha... qué suerte, verdad? Bueno, estem... iré a mi dormitorio, sí?- dice cortantamente, rascando su nuca con su mano libre. -Nos... vemos...- dijo lentamente al bajar la mirada y notar que la chica tenía una pierna vendada. Estaba a punto de darse la vuelta para salir por la puerta cuando su espíritu caballerezco heróico lo tomó del cuello sin piedad y lo ahorcó hasta hacerlo escupir las palabras.
- Oye... estás bien? Qué te pasó en la pierna?- pregunta con un dejo de preocupación genuina. A pesar de que no quería estar ahí realmente, no iba a dejar a alguien lastimado ahí como si no existiera... mucho MENOS a una chica, y mucho MUCHO menos a una chica tan femenina como Alison.

- E-eh?- el chico simplemente abre los ojos demás, sólo un poco para denotar la sorpresa y confusión en su cara. Sabía que nunca había sido bueno disimulando cosas... pero no pensaba que lo que transmitiera fuera ese tipo de... repulsión? hacia la chica.

- De qué estás hablando? Sebastyan no me dijo absolutamente nada sobre ti...- dio un par de pasos hacia adelante dubitativamente, acercándose de forma lenta a la chica. Luego se detuvo más o menos a un metro de distancia. -No creo que seas horrible... em... segura que estás bien?- pregunta consumido ligeramente por la culpa. No podía soportar que una chica se sintiera agraviada por él...

El comentario le cayó al chico como un balde de agua fría. Sintió como su piel se erizó al escuchar las implacables palabras de la chica, haciéndolo cerrar un ojo como si le hubieran dado un golpe doloroso.

-Hey, no! Espera!- dice dándose la vuelta y tomando el brazo de Alison con una mano, para luego mirar lo que estaba haciendo y soltarla de inmediato incómodamente. -No sé de qué estás hablando... en serio. Perdona si te hecho pensar eso. En realidad, ni siquiera sabía que eres un híbrido..- agrega rascándose la nuca. Por qué intenaba explicarle eso? No había estado evadiéndola desde inicio de curso? Tal vez Sebastyan tenía razón: tal vez las mujeres podían jugar todo lo que quisieran con él...

La expresión del capitán se tornó a una confudida por completo ante las palabras de la chica. No pensó que su inconsciente actitud hacia ella fuera tan despectiva. Definitivamente, él intentaba esconder los nervios que le provocaba la demonio, aún sabiendo que era muy malo mintiendo. Al parecer no sólo había fracasado en eso, sino que había enviado el peor de los mensajes.

- Ehh... no. Qué? De dónde sacas todas esas cosas?!- pregunta algo estresado el pelirrojo -No eres despreciable, si fueras despreciable crees que te hubiera preguntado qué te pasó? Sólo es que... em... - hace una pausa y baja la mirada, inevitablemente llevando una mano a su nuca para rascar su cabello como era tic suyo. - No sé, Alison... me pones nervioso. No sé por qué, como que tu presencia es... no sé, muy fuerte o algo. Nunca te ha pasado eso? O sea... ni siquiera nos conocemos más allá de hola y adiós, y aún así estar cerca de ti hace que empiece a balbucear tonterías y no pueda pensar!

Mientras hablaba, el capitán gesticulaba ampliamente con los brazos, dejándose llevar por el momento y simplemente soltando todo lo que pasaba por su cabeza - No es que me parezcas despreciable... es que no sé qué me pasa cuando te veo, y es algo que... no sé, me... aterra un poco no estar en control de mí mismo... no es bueno para mí...

Lentamente va bajando la mirada, hasta clavarla en el piso. Después de una pausa de un par de segundos, finalmente añade bajando un poco el tono de voz. -Lo siento... no quería que te sintieras mal.