Aclárame una cosa, Kluivert... [Noah + Taylor]

Los pasos de las botas con tacones de Celes resonaban con elegancia por los pasillos de la fraternidad mientras se dirigía con paso severo hacia el cuarto de Taylor.

Por situaciones con su familia, su llegada al Instituto se había retrasado más de una semana, y cuando llegó, las noticias que la golpearon no fueron nada agradables.

Tenían ahora un Carrier de primer grado.

De primer grado.

No era como si la copa del campeonato le importara demasiado. Al fin y al cabo, sólo estaba inscrita en el Mugby por la práctica campo, pero tal vez sería bueno para su reputación, y también para las opiniones de su familia y sus ancestros, que al menos UNA vez lograran estar mínimo cerca de ganarla. Claro, ahora el carrier había pasado a sexto año, sabía que tenían que encontrar a un sustituto, pero parecía increíble que el demonio de basura hubiera estado TAN desesperado como para meter a un mocoso sin experiencia alguna.

Aunque, tal vez se estuviera adelantando un poco a los hechos. Había una remota posibilidad de que el niño valiera la pena. Así que Celes estaba dispuesta a darle una oportunidad. Y eso era justo lo que haría.

Con paso firme, finalmente llega a la puerta del dormitorio, y sin siquiera tocar la puerta, toma la perilla y la gira para abrirla. Sabía que Kluivert nunca cerraba con llave. La decencia que se le daba naturalmente.

-Taylor Kluivert. Aclárame una cosa....- dice sorpresivamente sin cambiar su expresión de siempre. -¿Cuál es la razón de que nuestro nuevo Carrier sea un infante sin un entrenamiento adecuado y sin condición física alguna?- pregunta secamente sin siquiera voltear a ver al niño en la habitación.

Taylor disfrutaba un poco de uno de los sillones de la fraternidad de Sal. Le habia encontrado uno de esos cojines de pedos que Fado gustaba poner en, bueno, hasta en los libreros. Descansaba de una de las clases del maesto Arbule que se dan siempre en el area exterior. Aun le dolia el trasero de sentarse en aquellos troncos que usaban como pupitres. Fué entonces cuando aquella vocecita incomoda comenzó a atacar sus oidos.

Si Aubrey era hostil, Celes era hostil con espinas y ahora tendría que explicar la decisión de Noah Fenian en el equipo. La observó abriendo un ojo entre el libro que tenia en la cara y suspiró para enderezarse. Guardó un poco de silencio y la dejó hablar claro y concizo. Sonrió maliciosamente sin decirle nada y levantó las cejas para señalarle la puerta, donde una pequeña figura se encontraba.
- Por que no se lo preguntas a él? - responde el demonio sonriendole en señal de reto. Él había comprobado -literalmente- a golpes el porque debería tenerlo, probablemente una cabeza dura como Celes tendría que aprender igual. - Hey Noah! Ven aca enano~

Aprovechando que habían terminado las clases, me disponía a ver la televisión junto con mi capitán, Taylor, hoy no había tenido un día muy pesado y de hecho, aun me quedaban energía para las clases nocturnas, pero me sorprendió la poca discreción con la que Celes irrumpió en nuestro dormitorio, me le quedé viendo un poco extrañado y hasta deje escapar un sonoro. -Uh?- Mientras escuchaba los alaridos de la mujer, no la conocía pero la identificaba como la defender de Sal gracias a algunos de los partidos que había visto anteriormente.

“Es real que llegó una semana tarde y lo primero que preguntó fue por el carrier, momento, ya se me esta pegando esa palabra de Socrates...agjhasag, como sea...” Deje que ellos arreglaran sus diferencias y seguí viendo el televisor aparentando no prestar mucha atención, eso hasta que el capitán me llamó y baje de la cama para acercarme a donde estaba el par.

-Hola Celes, mucho gusto!- Dije animadamente, no me iba dejar llevar por una mala primera impresión y de hecho, extendí la mano para saludar a la mujer.

Celes no cambió su expresión, de hecho, no dejó de ver a Taylor hasta que Noah alzó la voz. Los ojos violetas de la francesa se fijaron secamente en los del niño, sin siquiera voltear a ver la mano extendida.

-Estoy esperando.- le dice al niño sin un dejo de emoción en su voz. Luego lleva una mano a su cabello negro y pasa sus dedos por entre los mechones, empujándolo hacia un lado con un gracil movimiento que lo hace bailar para luego regresar a su lugar.
-Hasta ahora no he tenido razones para poner en duda el liderazgo de Taylor Kluivert como capitán del equipo, así que espero no seas la primera, Noah Fenian. Muéstrame lo que sabes hacer.

- Anda Noah - dice con una sonrisa - Explicale como fué que te dejé entrar como Carrier a esta loca que no respeta la privacidad.

Para ese entonces, Taylor ya estaba casi arriba de celes, se habia desabrochado la camisa y un poco de su boxer se asomaba al igual que su piel. Sin mas que decir metió una de sus manos en su pantalon para solo escucharse como este se rascaba alguna parte que Celes no necesitaba saber.
- Esta es Celes, de seguro la has visto en algun video de YouTube en las competencias pasadas. Este es Noah Fenian, nuestro nuevo carrier...

Y quien era ella? Bueno, en realidad si lo sabia pero no me gustaba su actitud altanera, que clase de DEFENDER venia una semana tarde y lo primero que hacia era reclamarle a su capitán por un nuevo ingreso sin preocuparse si quiera por la condición de este. El trabajo de un defender era proteger a su portier y parecía que Celes ni siquiera se había enterado que Taylor tuvo que sobrevivir a un ataque real, ni un “Como estas?” había salido de su boca, tal vez era ella quien lo estaba evaluando en este momento pero para mi gusto esa mujer ya había perdido muchos puntos y pensar que en algún punto de la historia, ella me había parecido increíble jugando...

-Si, la conozco!- Dije mientras le asentía con la cabeza pero bueno, era muy pronto para tener enemistades, solo había sido una mala primera impresión y un mal paso, suponía que cuando empezáramos a jugar como equipo, nos llevaríamos mejor, todos. -Mucho gusto Celes.- Volví a repetir recogiendo mi mano para dejarla colgando a un costado de mis caderas y volví la mirada a Taylor un poco desconcertado.

“Mostrarle? Quería que peleáramos aquí mismo?”

-Uhm... pues, Taylor dijo que me dejaría entrar al equipo si lograba anotar y me puso a prueba así que entramos a la cancha y pues...después de muchos, MUCHOS intentos, lo hice, haha- Si quería mas detalles los tendría.

-Ya veo...- dice secamente la francesa sin quitarle los ojos de encima a Noah Fenian con esa apagada expresión. Luego voltea a ver a Taylor, dejando pasar unos segundos de silencio. -Espero que esa anotación no haya sido porque te hayas confiado, ya que si fue así, tendrás que esperar que los portiers de los demás equipos hagan lo mismo.
Regresa su mirada al niño. -No dejes que se te suba a la cabeza, Noah Fenian. Tu oficio es el más difícil de todo el equipo, así que tendrás que entrenar especialmente duro. Estoy a tu disposición si necesitas alguna especie de consejo. En realidad no le importaba tanto el Mugby... le importaba que por culpa de ese niño, el último año en que pudieran ganar la copa se fuera al caño... eso no haría feliz a Aubrey ni a Taylor. Y por lo tanto, a ella tampoco.

Después de eso, la (ahora ex-) defender camina un par de pasos hacia Taylor, y situándose frente a él, prosigue con el mismo tono de voz.
- Tengo un aviso, Kluivert... no sé si ya has sido notificado, pero debido a órdenes de mis superiores, tendré que dejar el Mugby este año.- dice yendo al grano. -Ya me he asegurado de que haya un reemplazo de mi parte, así que me temo que tendrás que entrenar a dos novatos.- agrega mirando de reojo a Noah. Taylor sabía de quién hablaba Celes cuando se refería a los superiores, aunque el ángel se había asegurado de que no supiera más que lo necesario.

-Si necesitas algo de ayuda para entrenarlos, puedes recurrir a mí. Aunque estaré algo ocupada durante todo el ciclo, es probable que pueda hacer espacios en mi itinerario para dedicar al equipo-

Pudiera ser que hacer esos "espacios" fuera una especie de afrenta a las órdenes directas que tenía, pero una parte de ella, muy oculta en el fondo, no estaba conforme con la repentina decisión. No le parecía justo que por las circumstancias del inicio del curso escolar el equipo de Sal fuera a perder su oportunidad de ganar la copa. Mucho menos Aubrey y Taylor, quienes pronto tendrían que retirarse del deporte para pasar a sexto año.