Capitulo 04: Cielo Gris

04 de Septiembre de 2012
Jardines del Instituto Furukawa

Aquel cielo gris adornaba tan triste dia...

Todos los alumnos del Instituto Furukawa, así como profesores y miembros docentes vestian de negro para darle el último adiós a uno de los guerreros mas poderosos de la fraternidad de Srad. El Director quien observa con un rostro serio, poco comun en él, hace un movimiento y un circulo de magia hace aparecer una estatua del soulbound viendo hacia el cielo. Un miembro más que había perdido la vida por el bien del Instituto, sin saberlo, por el bien de todo el mundo.

Clementine se encontraba ahí, tomada de la mano de Caroline Granth, su cabello completamente negro y adornado por un hermoso velo que le cubria el rostro. El dolor en su corazón era tan grande que las lagrimas brotaban lentamente aun cuando su rostro mantuviera un temple digno. Un temple que un guerrero merecería.

"Isaac Fournier y el escuadrón de Creag fueron los que encontraron sus restos... sin ninguna clase de actividad mágica en ellos... Probablemente su alma se desprendió del hechizo y voló hasta el otro mundo, donde debió de estar desde que lo transformaron en Soulbound.... Aun así buscaremos unos días más por si las dudas..."

Aquellas palabras hacían que la mujer solo apretara su puño lleno de culpa. Caroline quien se mantenia seria en cambio no había derramado ninguna lagrima en el funeral. Ella se mantenía como lo exigia su trabajo: Un pilar fuerte e indestructible que le diera soporte hasta al mas fuerte de sus aliados.
"Lo lamento.. Gustav..." murmuraba ella observando aquella estatua. Cargaría con aquella decisión toda su vida...

El Director quien observaba la estatua no decía nada, realmente no estaba en posición de hacerlo. Sentía que había sido engañado y traicionado a sus propios hijos. Sabía que tendría que luchar contra ese sentimiento y esperar las piedras y odios, las despedidas y el miedo. Tendría que levantar el INstituto con sus propias manos y regresarles aquel lugar tranquilo y feliz a sus alumnos. Se lo juraba así mismo, a sus maestros y a Gustav que había dado su vida para lograr todo esto.
- Alguien desea entregar sus palabras...? - dice el Director observando a sus alumnos. Su voz estaba frágil, suceso sorprendente para todos los que conocian al jovial y tranquilo Keitaro Furukawa...


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Notas del GM:
Chicos! Bienvenidos al Capitulo 04 que comienza inmediatamente después del 03. Con esto damos por terminado el primer mes de estudios en Furukawa (No se preocupen, el juego no dependerá de cada mes) por lo que ya no se podrán crear posts que sean temporalmente antes que estas fechas (del 28 de Agosto). Por lo que les pido intenten tener eso en cuenta.

Ahora para algunos personajes:

- Hazel: Despertaste un dia antes del funeral (03 de Septiembre)
- Noah Fenian: Despertaste en la mañana del Funeral
- Socrates Raven: Despertaste el mismo dia que Hazel
- Korven: Te falta un cuerno
- Igor: Estas aun cansado del exceso de mana que utilizaste
- Taylor: Tienes una cicatriz en la cara cruzando tu nariz en diagonal y una pierna enyesada aun.
- Gustav: ...

Todos los demas estan bien, tal vez algo heridos pero bien.... Ninguno se le es permitido abandonar el Instituto.

"Vaya, grandote, no te hicieron justicia... " pensaba el demonio observando aquella hermosa estatua. Se preguntaba como es que todo había pasado tan rápido. Eran ya ocho dias desde que sucedió lo de Little Monsters que en verdad no podía creerlo. Pensó en aquel momento que vió a Maggie que todo había terminado bien. Con solo recordar los gritos de Schwan se le ponia la carne de gallina.

Había decidido pasar tiempo con Maggie después de eso, pero su mente estaba con la nuker que estaba completamente destrozada. No había podido verla debido a la incapacidad de su pierna, regalo que había dejado las explosiones de los zombies del nigromante. Aprovechó para levantarse un poco y caminar junto con Maggie a verla.

Ahi estaba ella, aun llorando por su querido amigo. A veces le hubiera gustado ser él quien desapareciera con tal de no verla llorar. Una media sonrisa se dibuja en el rostro, mas como un mecanismo de defensa que por en verdad sentirlo.
- Hey.. - dice para llamar su atención - ¿Como estas?

Un ligero sonido metálico se dejó escuchar entre las personas que se encontraban alrededor de la estatua, apenas audible por el ligero golpetear de la lluvia en el jardín.

-Me gustaría... decir algo.- dice una voz que sonaba tan rasposa y quebrada que era irreconocible. Al despejarse un poco las personas, la figura de Hazel Korhonen se descubre, al lado del profesor Kodran Söderkvist, y con un rostro totalmente descompuesto, unas ojeras gigantezcas, y vestido con un traje negro cuya corbata ya había sido arrebatada de forma desarreglada. Con la mirada clavada en el piso y un rostro serio, el carrier empieza a caminar con paso dudoso para ponerse frente a la estatua.

Al llegar al pie del monumento, el chico mira hacia arriba,sintiendo las gotas de lluvia caer en su rostro, para ver esa réplica de su amigo, lo único que había quedado de él. Lo único...
Con un movimiento lento, sube su mano derecha hasta que esta hizo contacto con la piedra, revelando ante los ojos de todos la estructura metálica que había reemplazado su brazo. Un enorme peso cayó sobre sus hombros al no sentir siquiera la textura de la piedra. El frío recordatorio del enorme error que había cometido, un error por el cual pagó una de las personas que más había confiado en él en toda su vida, una de las personas a las que había arrastrado a ese fin del mundo.

El pelirrojo aprieta los dientes mientras toma aire entrecortadamente, intentando contener las lágrimas para dedicarle ese adiós a su hermano. Lentamente baja el rostro y da la media vuelta para mirar a los presentes.

Con voz tímida, pero alzando un poco el volumen para hacerse escuchar, comienza a hablar. -Gustav... Gustav y yo nos conocimos hace cuatro años... cuando él entró al equipo de Mugby como suplente. Era... era un chico rudo- dice con una mínima sonrisa dibujándose de lado en su rostro - Él y yo crecimos juntos aquí... juntos nos hicimos titulares, y... él fue quien más me apoyó cuando me nombraron c...- un nudo en su garganta lo obligó a hacer una pausa al pronunciar esa palabra -...capitán.

El australiano baja la mirada una vez más, entrecerrando los ojos y apretando su puño metálico, dejando escapar un ligero rechinido. - Tenía el corazón más grande de este mundo...- dice no pudiendo evitar que su voz se quebrara - Siempre... siempre estaba dispuesto a darlo todo por los demás, aunque no lo pareciera... él siempre veía por nosotros, por todos los de Srad... él era el hermano que nunca tuve... y era la persona más leal que jamás conoceré.-

En un movimiento algo brusco, el pelirrojo levanta la mirada, para ver al director y a Clementine con una cara llena de culpa y dolor, un par de lágrimas asomándose a sus ojos - Él juró seguirme hasta el fin de los tiempos!! Y yo...! Yo...- bajó los ojos al piso una vez más, intentando calmarse antes de hacer una escena que su amigo no merecía. No. Este no era momento para eso. Gustav merecía una despedida digna. Digna del guerrero y héroe que era. Su penitencia vendría cuando fuera apropiado.

- Gustav Hemsworth vivió siendo un guerrero. Un peleador hábil, capaz, y un ejemplo a seguir... pero se despidió de nosotros siendo un héroe...- volvió a levantar la mirada -Es gracias a él que hoy estoy aquí, honrando su memoria... es gracias a él que el Instituto sigue en pie... y aquí, frente a todos ustedes... sólo puedo decir...-

Con una lágrima resbalando por su mejilla, Hazel gira la cabeza para ver el rostro de la estatua, ese rostro determinado que su hermano siempre portaba, mirando ahora al cielo, definitivamente a su nuevo hogar...

-Gracias, Gustav...- dice finalmente con una pequeña sonrisa, que pronto se quebró por el silencioso llanto -Perdóname, hermano... perdóname por favor...- susurra finalmente casi para sí mismo. Sintió sus rodillas temblar cuando dijo esas palabras en voz alta, y el carrier no pudo más. Simplemente no logró contener más el llanto. Dando la media vuelta para ocultar su rostro del de los demás, el pelirrojo empieza a caminar alejándose de la estatua y de la multitud, dirigiéndose al edificio más cercano con paso rápido, aunque débil.

Su voluntad y su fuerza habían sido quebradas, de la misma forma que había roto con sus propias manos la oportunidad de Gustav de vivir. En esas palabras había gastado toda su energía, había gastado el último dejo de espíritu que tenía. Mientras se alejaba, no paraba de repetir en un susurro.

-Perdóname... perdóname...

El no había estado ahí, no en toda esa multitud de gente. Si no había podido estar a su lado en su recuperación, no lo estaría como un alumno mas. Fue entonces cuando lo vió irse, alejarse de la multitud después de vertir su corazón frente a la estatua de Gustav. Esa escena simplemente lo llenaba de ira.

Caminó lentamente pasando de lado con aquel traje que hacía resaltar su atuendo negro. Pero su rostro estaba tranquilo y sano a diferencia de los otros dos.

Avanzó hasta llegar a donde veia a ese hombre fragil y se detiene antes de lo vea.
- No voy a permitir que sigan muriendo jovenes inocentes por ese hombre y sus intenciones secretas... - dijo aquella voz sin ninguna clase de emoción. - No voy a permitir que esto se siga expandiendo...

Su rostro estaba como siempre, frio y calculador. Su cabello amarrado en señal de respeto mostrando esas falsas orejas humanas y ese rostro tan blanco como la nieve.
- Voy a irme del Instituto Furukawa...

Korven estaba cabizbajo. Ni siquiera el tener un solo cuerno lo hacía sentir incómodo. Era algo que ya no tenía importancia. Ya crecería otra vez. Había perdido a uno de sus mejores amigos y no sabía cómo sentirse. Lo último que recuerda es haberle dado una reprimenda por haber querido ayudar a Hazel en vez de a él, y eso le carcomía el alma, aunque sabía que desde el más allá, Gustav sabe que sus sentimientos hacia él eran de lo más honestos.

...

Y de repente, Hazel comenzó a hablar.

...

Sabía que eso ocurriría pero no esperaba esa nueva sensación que sentía en su interior. Un calor le recorría todo el cuerpo y tenía las manos empuñadas. Era la rabia, el coraje. No podía soportarlo. No podía escuchar sus palabras. Quería gritarle en ese momento y reclamarle de su imprudencia que no solo se llevó a Gustav, sino que se pudo haber llevado a todos.

Korven levanta la mirada y observa a Hazel con una mirada que si tuviera poder ya habría llevado a Hazel a una congelación de cero absoluto.

-Perkele...- murmuró, algo que sólo podía escuchar él mismo.

Sin decir nada, se va. No quería estar más ahí, nunca se había sentido así, como si quisiera matar a alguien. Se va, caminando, tranquilo, antes de hacer o decir alguna imprudencia.

Nick se movio lentamente entre la multitud de alumnos, se habia situado cerca de Clementine, nunca la habia visto con el pelo completamente negro, pero despues de hablar con Furukawa sabia lo que eso significaba, la habia estado evadiendo desde aquella conversacion, no habia tenido el valor de acercarse, hasta hoy.

Gustav habia sido una cara que el reconocia de la escuela y pasillos pero dificilmente cruzo palabra con el mas alla de sus labores en la enfermeria, sin embargo era palpable el afecto que todos los reunidos sentian por el, las caras aflijidas eran reales incluso los mas fuertes no podian ocultar algun sentimiento de culpa, enojo o tristesa, sabia poco de lo sucedido o exactamente el como pero el hecho que alguien hubiera perdido la vida por salvar la escuela que el tanto amaba mientras el no hacia nada.

Parado ahi le recordo lo que habia sido todo este tiempo, solo un espectador en cada evento, y al ver a Hazel ahi lo mas cercano que tenia a un amigo con el corazon tan roto mientras dedicaba esas bellas palabras solo le hacia sentir mas que no habia hecho nada y el sentiemiento de culpa que lo inundaba.

¨Ya no puedo dejar que otros se sacrifiquen asi nadamas¨ dijo para sus adentros en un susurro, ¨tendre que hablar despues con Hazel¨.

Dio un par de pasos mas hacia Clementine, dudando si seria correcto, su vision de ella habia cambiado radicalmente hacia tan poco tiempo que la duda le sobrecogia pero decidio que haria lo correcto, no podia huir de esto por siempre.

Tomo un ultimo paso hacia la doctora quedando justo a su lado, ¨Lo siento¨, coloco su mano en su hombro, no queria verla asi, llorar de esa manera pero no podia evitarlo, todo lo que podia hacer era estar ahi para ella sea necesitado o no.

De verdad era difícil ser el héroe silencioso, al menos mi hermanito estaba bien aunque ni siquiera eso podía mitigar el dolor por la perdida de un buen amigo, imágenes y recuerdos de los momentos que pasé al lado del “grandote” (como muchos le llamaban) venían a mi mente y parecían acumularse hasta formar un nudo en mi garganta. No quería ver a nadie, no podía ver a nadie a la cara sin sentir un dejo de remordimiento o de culpa, si, estaba huyendo y me preguntaba una y otra vez, si seria capaz de cargar con una responsabilidad como esa o si terminaría volviéndome loco...

Cuando me enteré su muerte entré en shock, no lo podía creer y no quería creerlo tampoco pero ya estando de pie frente a la estatua supe que todo esto era real, no era una pesadilla y no soporte más de 5 minutos ahí parado, terminé huyendo hasta la parte trasera de uno de los salones donde me quedé agazapado, abrazándome las rodillas con las manos y me quebré en llanto.

-Adiós...Gustav...- Murmuré para mi mismo y luego tomé la mano de mi hermanito cuando supe que este había salido a buscarme.

“¿Cuantos más habrían de sacrificarse? Si le pasaba algo a otro de mis seres queridos, nunca me lo perdonaría...”

Los brazos por detras, sosteniendose una mano a la otra, en una posicion de firmes, con las piernas un tanto abiertas. Aun con todo eso, Victor llevaba su boina en las manos, honrar a alguien que se ah ido era algo serio para el. Su cara se veia seria, pero hasta ahi, no pareceia expresar tristeza.

-Ese chico...- Victor miro seriamente la reaccion de Hazel frente a la escultura de su compañero caido. El verlo asi le traia amargos recuerdos de su infancia en furukawa. El habia salido poco despues del desastre de hacia unos años... pero los rostros de los jovenes con dolor eran algo que desde chico lo habian marcado. -Me trae malos recuerdos...- Murmuro para si mismo, mientras veia a sus jugadores sufrir con la perdida del Defender.

El nahual miro la estatua. -Un fuerte guerrero, que hace todo por sus compañeros, y sus amigos.- Decia en una voz no muy alta, apenas audible para la gente a su alrededor. -Cumplio con su poscion, Defender, lo alcanzaremos en el salon de la fama.- Despues de eso, dio media vuelta, y le hizo una reverencia muy leve a Clementine y Caroline. -Con permiso, señoritas.- al terminar se puso su voina y miro al director, bajo la mirada y camino unos pasos lejos de la multitud.

Volteo una ultima vez... -Espero no se derrumben Srad.- Se dio la vuelta y volvio a caminar.

"No querran defraudarlo..."

Aris no habia entendido del todo por que su hermano estaba tan triste. No comprendía del todo lo que era un funeral pero le recordaba a aquellos dias que papá y mamá ya no estaban con ellos. Podia entir la soledad de todos, el vacio que tanto le desagradaba. El niño intentaba mejor distraerse con cosas como que Maggie se veia muy bonita con esa ropa negra y que le sorprendia verla ahi.

Desde que había llegado del viaje que tuvo con el señor Furukawa, Aris había estado tranquilo, le había sorprendido mucho la reaccion de su hermano al verlo al grado quelo había hecho llorar a él. No comprendia bien lo que pasaba.

Por ahora, estaba feliz porque podia pasar mas tiempo, aunque le daba tristeza saber que Little Monsters y el techo donde pasaban grandes aventuras había desaparecido.
- Estas bien? O: - pregunta el niño abrazando la panza del su hermano - Ya no estés triste :c

Fado se había mantenido al lado del Director desde el inicio del funeral. Al sprite siempre, desde tiempos inmemoriales, le había dolido ver las vidas de los jóvenes terminar prematuramente, y aunque comprendía que un soulbound era hasta cierto punto un pacto que desafiaba las leyes de la naturaleza, la voluntad de vivir de ese chico se había mantenido, y no había logrado disfrutar de la vida de la forma que merecía. El sprite se mantenía con una expresión seria también, mirando la estatua.

Pudo sentir el dolor de Noah Fenian a lo lejos... sabía lo que la muerte de este jovencito de Srad iba a significar para el niño de pelo plateado, y cuando el capitán de la casa de fuego dio su discurso y huyó a paso veloz, pudo sentir un descontento creciendo entre muchos de los presentes.

-Será un año complicado si no cuidamos bien a estos niños...- dijo con voz queda para que sólo el director lo escuchara. -Pronto llegará la interferencia externa...

- Pronto necesitaremos platicar.. - murmuró el Director viendo la estatua de Gustav. No podía creer lo bajo que había caido el Dogma.

Observó un poco a sus estudiantes, todos eran tan distintos y a la vez, compartían el mismo pesame de la pérdida de su amigo, su hermano Gustav.
- Necesitamos reforzar las barreras... ahora que comprendemos un poco más el poder del enemigo no podemos dejar esto así... - murmura el director a su maestro para luego sonreir un poco - ¿Cree que podría ayudarme a reforzar mi barrera?

Dicho esto, el profesor comenzó a hacer mas fuerte la barrera, intentando proteger a un mas a sus pequeños niños...

Una pequeña sonrisa se forma en el rostro del Sprite al escuchar las palabras de aquel gran mago que alguna vez fue su pupilo.
-Este viejo siempre está un paso adelante, mi querido Keitaro...- responde Fado en voz baja -Desde el momento en que nos enteramos del ataque la reforcé, y no la he dejado disminuir desde entonces. Agregué una capa de mana naranja para detectar cualquier tipo de consciencia que pudiera traspasarla... pero jamás he escuchado de un hechizo que pueda interrumpir el camino de las almas. Al menos no de almas no corrputas...

-Hay que trabajar juntos de ahora en adelante, Keitaro...he estado investigando, pero tal vez tengamos que inventar la primera barrera de ese tipo...

Me encontraba a la distancia observando el funeral y la estatua de Gustav, no podía creer que hubiera muerto.

No sabia como reaccionar ante esta situación así que decidí mantenerme en la distancia, no podía ser cierto que no lo volvería a ver que aunque tal vez no habíamos tenido mucho contacto, le llegue a considerar amigo por como me trato, simplemente no sabia como reaccionar y solo mantenía tenia la mirada baja y de vez en cuando mirando hacia la estatua.

El Director ya no responde ante aquellas palabras de Fado. Sus ojos se quedan fijos ante la estatua del joven soulbound que ya no estaba con ellos. Observó con detenimiento como la lluvia acariciaba la roca, una roca mas que le recordaba otro de sus errores.

Por un instante, el director se llenó de una ira tan potente que el viento arremetió de golpe, probablemente nadie lo había notado...

Aquella Institución que había servido como un hogar para jovenes, niños y hasta los maestros mismos comenzaba a derrumbarse. La muerte de Gustav había marcado el fin de una epoca de paz y el inicio de un camino caotico para el director y sus estudiantes...