Perdido ~ Privado

No pude voltear a verlo, dejé que el niño me abrazara y sentí su calor, un calor que era reconfortante después de la fría y gris mañana que había cubierto a todo el Instituto. La inocente pregunta me arrancaba una sonrisa del rostro pero explicarle la muerte a un niño de su edad seria difícil y probablemente, no lo entendería...

-Aris...- Murmuré solo para mi, al menos Aris estaba bien, debería estar contento solo con eso, pero no lo estaba... así que seguí llorando hasta que se me acabaron las energías y los sollozos se fueron extinguiendo, quería ser fuerte para mi hermano tal como lo había sido hasta ahora, pero me dolía mucho haber provocado todo esto y me era muy difícil guardar el control, sentía que la culpa era una loza demasiado pesada, una que no podía cargar.

El silencio fue muy largo, lo único que llegaba a nuestros oídos era el sonido de la lluvia caer, todo esto era un silencio muy incomodo, muy a regañadientes, quise fingir que ya estaba mejor y que nada me pasaba, aunque era obvio que no lo estaba, me costaba trabajo sonreír, ni siquiera podía fingirlo bien.
-Lo siento...- Respondí a mi hermanito y fui cediendo para acariciarle el cabello con las manos, me daba nostalgia tenerlo frente a mi y tocaba su cabello, sus orejas, como revisando que estuviese intacto, mi hermanito era el único tesoro que tenia y no soportaría perderlo, me asustaba pensar que podría ser la ultima vez que lo viera, pues el Dogma, había demostrado ser capaz de cualquier cosa para cumplir su objetivo.

Y si Furukawa no era capaz de protegerlo? Valdría la pena haberlo puesto en peligro a él, definitivamente no sabia que hacer, necesitaba hablar con el Director y pronto...

-No quería asustarte...- Le dije con una voz apagada y sin vida. -Entremos al edificio, no quiero que te enfermes o algo, si no Clementine me va retar a mi...-

Aris no comprendía mucho la actitud de Noah, pero verlo triste le hacia que se le mojaran los ojos e hiciera puchero a veces. Apretó la mano de su hermano y caminaron a un toldo que Furukawa había puesto. El clima era fresco, se sentía raro, era como si el otoño comenzara a acercarse más rápido.

Se mantuvo en silencio hasta que Noah se calmara, la verdad no queria molestarlo. Lo unico que el queria era verlo feliz. Cuando escuchó que los llantos bajaban le pokeo la cara y le dió un besito en la frente.
- Ya? :3 - pregunta el niño dibujandole una sonrisa con los dedos - Animo..

-Si, ya estoy bien...- Le respondí al pequeño pero no pude sonreír, a pesar de que pretendía hacerlo, simplemente no me nacía. Agarré una de las mesas desocupadas y me senté allí, jalando otra silla para que Aris también tomara asiento, todo esto resultaba ser muy nostálgico, no pintaba para ser un buen día pero tenia que aprovechar mientras lo tuviese cerca.

Luego me quedé en silencio otra vez, mirando como caía la lluvia como si mi hermanito no estuviese presente, me costaba mucho trabajo mantenerme concentrado y sobre todo comenzar una conversación, así que saqué a tema lo primero que llegó a mi mente y regrese la vista al pequeño. -¿Y que tal? ¿Cómo te fue en Londres?- Pregunté al niño, se notaba que seguía distraído pero al menos ya estaba haciendo mi esfuerzo, largue un suspiro que se me escapó de lo mas profundo del alma y eche el cuerpo sobre la mesita.

-Mas vale que te hayas portado bien...- Agregué tratando de sonar lo mas normal posible pero las palabras seguían sin vida.

El niño comenzaba a sentirse mal. En verdad era que seguia sin entender lo que pasaba, pero una cosa era real era que Noah no le estaba diciendo todo. Comenzaba a enfadarse de no comprender y toma una servilleta, la hace bola y se la lanza a Noah en la cara.
- Dime porque estas asi << - pregunta el niño frunciendo el ceño y viendolo feo - No me quieres decir y andas todo awado :c

No sabia que hacer, no podia creer que al fin podia pasar dias enteros con Noah y el se la pasaba llorando.
- Nu entiendo lo de ese tipo Gustav... pero no deberias de tar triste... tienes que ponerte feliz y sonreir..

-Aris!!!- Reclamé mirándolo feo y recogiendo la bolita de la mesa. El hecho de que estuviera en un estado casi vegetal, no le daba la autorización para hacer lo que quisiera. Me le quedé viendo y aunque sabia que tenia razón, no sabia como hacer para controlarme, deje escapar un suspiro cuando el semi-demonio terminó de hablar y le lancé la bolita de papel al rostro para después esbozarle una sonrisa, era una sonrisa triste pero era el mayor avance que habíamos tenido hasta el momento.

-Perdón...- Le contesté al pequeño y estiré la mano para alcanzar su frente, aun tenia lagrimas en los ojos y se multiplicaron cuando empecé a recordar los momentos tristes que habíamos pasado, tenia que salir de ese abismo de depresión. Habíamos pasado cosas peores, si había sido fuerte en ese entonces podía serlo ahora.

Me levanté finalmente de la mesa y caminé hasta mi hermanito para darle un fuerte abrazo, uno muy diferente a los anteriores, estaba siendo honesto con él.

-Pues... aprovechemos que estas aquí, ¿A donde quieres que te lleve? No, no vamos a ir con el primo...-

. Puke nooooooooooo!??! :'c - dice el niño histerico jalandole la extraña bufanda/corbata de su hermano y haciendole puchero - Vamos vamos vamos x3

Aris en verdad no le interesaba mucho ver a Socrates, pero sabía que Noah era mas feliz a su lado. Se acomodó la ropita que traia y se estiró un poco. Comenzaba a cansarse del juego de "ver llorar a Noah para siempre".
- Tengo hambre o: quiero ranas - dice directamente, al fin podría conocer de donde salian todos los anfibios que Noah le conseguia - Y palomitas X3 y pastel!

-Porque no...- Respondí secamente mientras fruncía el ceño, la verdad es que aun estaba un poco molesto con él y estaba seguro que si nos veíamos terminaríamos peleándonos. Agradecía que se hubiese preocupado tanto por mi hermano pero era un idiota al haber ido a ese lugar así nadamas. Me acomodé otra vez la bufanda con movimientos bastante bruscos mientras pensaba en todo eso y finalmente tomé la mano del menor para empezar a caminar hacia la cafetería.

-Primero tienes que comer algo nutritivo...supongo, luego te compraré chocoranas y...- Agregué dejando inconclusa la frase, lo cierto es que para Aris daba lo mismo, en realidad, una comida que para mi seria sana, lo nutria lo mismo que un dulce o un caramelo.

-Si te portas bien, te llevaré a conocer la cancha de Mugby-

Aris abrio grandes los ojos. Conocería la cancha de Mugby en donde su hermano entrenaba. Su cara se llenó de emocion y sus ojos se pusieron cristalinos por lo mismo. El niño da un salto y deja salir su colita de la emoción.
- Sii sii sii!! Y podemos llevar al primo si si si?? - dice Aris abrazandolo mientras su colita se ondea.

Aun cuando Noah tuviera el poder de convencerlo como a un niño, estaba a años luz de sacarlo de una idea...

-Sin el primo...- Corregí yo, quería que Aris dejara de repetirlo o terminaría enojandome con él también, no sabia de donde salia tanta frustración e ira pero suponía que era por lo mucho que me había preocupado en ese momento. Aun así, no pude evitar preguntarle a las enfermeras acerca de su condición pero luego de saber que estaba bien y sin ninguna herida grave, me calmé y desde entonces había decidido no verlo, en algún momento tendría que confrontarlo si, pero prefería que ese momento fuera cuando estuviese menos molesto y me sintiera listo.

Le di una palmadita en la cabeza un poco fuerte para que entendiera que dejara ese tema de lado y continué caminando hacia la cafetería.
-Otro día te llevaré con el primo, pero no hoy, ¿De acuerdo?-

- Hum.. estas enojado con él? o: - pregunta el niño extrañado. No comprendía como era que de la noche a la mañana los dos estuvieran todo el dïa juntos y ahora estuvieran separados. Observó el rostro de Noah y se dio cuenta que comenzaba a enfadarse.

Cuando le dieron el zape solo se sobó la cabeza y lo vió feo. No entendía la actitud de su hermano. ¿Qué había pasado ese día que Furukawa lo llevó de viaje?
- Vamos al campo de mugby pues...- dice comenzando a molestarse de la actitud de su hermano - feo, menso, payaso..

Por el bien de mi relación con mi hermano, decidí ignorar todo lo que este decía o bueno, a medias. Largué un suspiro, normalmente era mucho mas comprensivo con él pero estaba demasiado afectado por todo lo sucedido y mi paciencia no era la misma, me detuve de pronto y me paré frente a él y me agaché un poco para quedar a su altura, me aseguré de mirarlo a los ojos mientras le hablaba y lo sujeté de los hombros, solo entonces, le respondí.

-Si Aris, estoy molesto con él, no quiero verlo el día de hoy, otro día tal vez pueda llevarte.- Y dicho esto, volví a tomarlo de la mano para seguir caminando. Era difícil mediar con este tipo de situaciones puesto que, aunque no se lo decía, era uno de mis mas grandes apoyos...

-Primero te llevaré a comer y luego vamos al campo. ¿Que otro lugar quieres visitar?-

Aquella acción que hizo Noah sacó de sorpresa a Aris. Sintió un leve retortijón en el estomago mientras veia atento el rostro malhumorado de Noah. Sintió una angustia muy grande y cuando lo soltó solo pudo observar el piso mientras caminaba con él. Poco a poco un par de grandes gotas de agua comenzaban a salir de sus ojos pero no evocaba ningun ruido.

Cuando le pregunta el niño encoge los hombros y sigue caminando sin verlo. Cuando puede comienza a sorber un poco y a limpiarse los ojitos. Sentía que lo estaban regañando y no entendía porque le hablaba así. Sinceramente no le interesaba a donde ir, solo sentiala angustiay sus lagrimas caer al piso.

Eso tampoco me estaba ayudando, ahora gracias al niño me sentiría como un monstruo horrible toda la mañana. Acaricié su pelo mientras caminábamos en un débil intento por calmarlo pero no funcionó y una vez mas volví a detenerme frente al niño, me dolía verlo llorar, era de las pocas cosas que no toleraba, asi que con mis manos empecé a secar sus lagrimas y luego levanté su cara para mirarlo a los ojos.
-Oye...- Dije mientras le pokeaba la frente con un dedito. -No seas llorón, no estoy enojado contigo...- Agregué en un tono un poco mas juguetón ylLuego de eso, le di un fuerte abrazo y deje mi cabeza recargada en su cabello. No estaba muy seguro como acabaría esto pero cuando se trataba de Aris, estaba dispuesto a hacer lo que fuera para animarlo.

Me di la media vuelta y me quedé hincado delante de él.
-Sube...-

Aris no queria subir, asi que se limito a abrazar a su hermano por la espalda y recostarse en ella.
- Yo quiero que tes feliz.. te extraño mucho... - murmura el niño angustiado, simplemente queria pasar tiempo con su hermanito.

- No me importa no ir a ningun lugar, pero estas actuando raro... no me gusta que te enojes con el primo... el te quiere mucho y yo tambien...- dice aun recostado, sin moverse, simplemente abrazandolo.

El pequeño semidemonio sabia que su naturaleza no era para sanar, pero por un solo momento quisiera hacer hasta lo imposible por ayudarlo.

Me estaba pidiendo algo que realmente no podía controlar, dejé que me abrazara y me quedé ahí solamente escuchándolo. No sabia ni porque me había molestado con el primo, era una especie de reacción automática por lo que paso ese dia y lo mucho que me preocupé por él...
-Aqui estoy...- Le susurré y tome sus manitas.

-Se me pasara pronto lo del primo, no te preocupes y en cuanto se me pase, te llevaré a que conozcas su cuarto y podemos quedarnos ahí si quieres...- Dicho esto, lo jalé hacia adelante para hacer que se subiera encima de mi por la “fuerza”.

-Sube y ya no llores, ya estoy mejor, te lo juro- Le volví a repetir en un tono mucho más tranquilo. -Crece mas rápido, me gustaría que estuvieras aquí conmigo, cuando entres, tienes que ser de Sal para que estemos juntos...- Y de pronto, ya estaba volviendo a ser el Noah que siempre era, había decidido cambiar sutilmente el tema de conversación pero no por eso lo había ignorado, solamente quería demostrárselo con hechos...

Realmente no le creia, Noah siempre habia sido del tipo que le gusta cargar con los problemas de todos encima. Aris tal vez no tenia muchos años pero era habil en esas cosas. Suspiró y se dio cuenta que no podría arreglar nada entre ellos, por lo que terminó de treparse y se acostó en su cabeza.
- Quiero chocorranas << - dice pegandole con los piesitos como si fuera caballo - vamos vamos..

-Duele!!- Le dije exagerando un poco en mi reacción y después me reí mientras empezaba a caminar con el niño encima, lo cierto es que ahora me sentía mejor, el saber que Aris estaba preocupado era como una especie de alerta y significaba que algo estaba haciendo mal, tal vez no podía arreglar las cosas entre Socrates y yo, pero en este momento era algo de lo que no quería preocuparme, no sabia cuando tiempo pasaría con mi hermano y quería aprovecharlo y cuando sintiera que estaba listo, podría enfrentar a Socrates y pedirle disculpas por ser un idiota o algo por el estilo...

-Pesas mucho...- Le dije en un tono burlón y luego agregue. -Tal vez no debería darte tantas chocoranas- Y justo después de haber dicho aquello, empece a correr hacia la cafetería, agarrándolo bien de las piernas.