Kalle caminaba feliz por Srad. Había ido a la oficina de Kodran porque se le olvidó apuntar la última tarea porque se distrajo observando unas liebres por la ventana en el salón de clases. No se habría enterado de la tarea de no ser porque Noah le preguntó que cómo la iba a hacer, así que estaba en problemas.
Kalle llevaba su mochila azul y llevaba su peluche de liebre blanca, ver esas liebrecillas le inspiró sacar a su peluche a pasear. El niño iba tarareando alguna cancioncilla de ABBA mientras los escuchaba con sus audífonos.
Luego ahí, de repente, sin más aviso, ve a Bony. Kalle lo mira de reojo, solo una fracción de segundo, sin detenerse. Kalle pasa de largo a Bony y sigue su camino.
De repente, Kalle camina hacia atrás mientras al mismo tiempo le hace rewind a su reproductor y canta hacia atrás como si escuchara una de las cintas satánicas de Gloria Trevi y se posa en frente de Bony.
Kalle se postra ahí, en frente de Bony, canturreando en voz bajita las melosas y pegajosas letras de ABBA mientras estudia el rostro del nahual. De repente, los ojos de color azul se posan sobre los rojizos ojos de Bony. Los observaba sin parpadear. Kalle abraza un poquito más fuerte a su peluche. Sin dejar de canturrear y sin avisar, aunque con un movimiento lento, Kalle toca la oreja derecha de Bony. Al terminar de hacerlo, Kalle vuelve a mirar a Bony a los ojos. Cabe destacar que la expresión de Kalle no ha cambiado ni por un segundo.