(AMARILLO) Ice, ice, baby - Kalle & Socrates

Kalle recibe un hermoso paquete de sus padres, lleno de regalos y una hermosa carta. Estaban orgullosos de su hijo por haber peleado como un verdadero guerrero (o algo así) siendo tan inexperto, pero si de algo tenía potencial Kalle era de ser táctico. Ellos sabían que de alguna manera, Kalle era demasiado altivo por la educación que ellos mismos le dieron, pero su mala experiencia con los nahuales en su infancia lo hicieron hacerse peor. Lo que podían esperar era que en el Instituto Furukawa, por cursi que se escuchara, descubriera el poder de la amistad, y al parecer ya había empezado, pues había un pedido muy extraño.

-¡Oh! Aquí está lo que pedí.

Kalle duró un día entero trabajando en su cuarto. Solo salió para comprar pizzas y regresar en su proyecto.

-BWAHAHAHAHAHAAAA!!! Están vivos... VIVOOOOOOOOOSSSS!!!! AAAAAAAAAHAHAHAHAHAHAHAHA!!! AAAAAAAAAAAHAHAHAHAHAHA!!!!

Una risa malvada se escucha a lo largo de los pasillos de Sal.

-Bueno, no...

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Creag - Noche Amarilla - 4:21 PM

Se escucha que alguien toca en el cuarto de Sócrates.

Habian sido dias tranquilos, aun con esa pesadez y los constantes mareos que hubiera tenido a lo largo de diciembre, mi animo no bajaba, sobretodo sabiendo que ahora mi corazón le pertenecia al niño de Sal que tanto habia anhelado. Me encontraba preparando mi regalo en mi propio cuarto. Esta era la noche amarilla e de festividades y era cuando se daban algo transmutado o algo así. Poco a poco tenia listo el regalo de Noah, una chocorrana gigante que se estaba cocinando en el horno que Albert había instalado para mi. Me sorprendia lo que ese chico podía hacer pero tambien me motivaba a pertenecer a Creag, cosa que no todos tienen muy bien definido.

Escuché la puerta y caminé hacia ella, esperaba que no fuera Noah puesto que su regalo estaba a punto de terminar. Caminé y abrí al puerta para toparme con Lundqvist. Tenia rato de no haberlo visto, yo pensaba que se habia ido a su ciudad o algo así.
- Oh, Kalle, es un gusto verte! - le dije tranquilamente, no era como si el chico me cayera mal, a veces tenia arranques agresivos pero sabia que lo hacia por bondad mas que por hacer un mal. Abrí la puerta un poco mas para darle entrada - Pasa pasa! No tienes frio??

Kalle se queda estupefacto ante la reacción exageradamente cordial de Socrates.



Y no es porque en realidad estuviese mal que Socrates fuese cortés, pero... no era normal que lo fuese.

Kalle tenía una caja cúbica de 50 cm por lado. Igual entra sin decir ni una palabra. En esta situación le gustaría que Socrates tuviese un compañero de cuarto.

El chico entra y toca al demonio en la cara.

-¿Quién eres tú y qué le hiciste a Socrates?