Naami Khöler Estudiante
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| Tema: Don't forget me. ⊰Autoconclusivo⊱ Miér Feb 05, 2014 7:31 pm | |
| Las luces de su habitación al encenderse la regresaron a la realidad. Observó el cuaderno sobre el cual había estado escribiendo unos minutos atrás y bajó la mano que yacía recargada junto a su mejilla, sosteniendo el bolígrafo negro. Le tomó un par de minutos dejar todo en el escritorio y finalmente girar el rostro hacia la mujer que yacía en el marco de la puerta. Era alta, fuerte, hermosa y de una apariencia joven y serena.
–¿Te ayudo a empacar?– Aquella voz todavía le parecía un eco de sus recuerdos. Viajaba varios años atrás al escucharla, pero le llenaba el pecho de una acariciante calidez. Tras hacer la pregunta, se acomodó sentada sobre la mullida y grande cama, junto a la maleta negra que desde primer curso Schwanhild había utilizado al trasladarse al Instituto. Ver a esa mujer sobre su cama, junto a esa maleta, le producía mareos.
–No, ya he empacado todo.– Respondió levantándose y acomodándose los guantes rojos en su sitio, caminando hacia ella. Una sonrisa delineó sus juveniles labios al sentir las manos de la otra acomodándole el gorro para que le cubriese las orejas. El movimiento de esos dedos cerca de su rostro le produjeron una sensación de bienestar y adormecimiento, por lo que cerró los ojos para disfrutarlo, antes de que estos mismos viajaran a sus mejillas para calentarlas, y a sus hombros para llevarla a su cuerpo en un abrazo suave.
–Lo sé, mi niña.– Su voz era arrulladora y reconfortante. –Pero debes irte, un colegio de darkhas no es sitio para ti, que tienes grandes cosas por hacer.–
–Pero quisiera un poco más de tiempo para…–
–Te necesitan, ¿no?– Aquella pregunta la hizo abrir los ojos, separándose lentamente de la mujer.
–Sí. Somos una familia.– Una especie de sonrisa triste se dibujó en su rostro. –O lo éramos.– Y finalmente miró su maleta. El resto de su equipaje no había vuelto del Instituto, yacía en su armario de la Habitación 52 Srad. Lo único que tenía que hacer era ponerse en marcha, pues su papeleo de regreso estaba hecho. –Mamá…– Murmuró bajo.
La mujer sonrió de forma dulce y poniéndose de pie la besó en la frente. –Te veré en vacaciones, mi niña. No olvides que debes ser fuerte y que…cuando regreses estaré aquí.– | |
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