La sensación de las gotas de agua recorriendo el camino de su nuca hacia su espalda y perdiéndose en el recorrido de la espina dorsal era algo incómoda, pero estaba tan cansada y estresada que simplemente no podía enfocar sus pensamientos en secar la zona. Inclusive sus húmedos cabellos mojaban también sus mejillas y alguna que otra gota caía sobre la portada del libro que se encontraba encima. Sí, llevaba una pila de ellos en los brazos, el mp3 sobre ellos y los audífonos en las orejas. Sus ojos iban fijos al frente, pero su mente se encontraba recordando el video de la canción que escuchaba en ese momento, imaginando a los juguetes cobrando vida y moviéndose en una habitación sencilla. Recordó su primer juguete en Little Monster. Era un pequeño robot hueco, que funcionaba sólo con mana.
Sin embargo la melodía terminó y el reproductor continuó con otra, una más triste y que hacía a la hechicera sentir un poco de melancolía sobre los cursos pasados. Un suspiro escapó pesadamente por sus pequeños y suaves labios rosados antes de que el inferior fuese atacado por sus propios dientes, siendo liberado tras unos segundos. Furukawa había sido tantas cosas para ella, y lentamente se acercaba al final. Su violáceo mirar buscó el título de la canción que escuchaba en ese instante en la pantalla de su aparato musical, sonriendo de lado al encontrarlo. -¿It's Not Over, huh?- Soltó una risa melódica.
Pero todos sus pensamientos se desvanecieron en cuestión de instantes al sentir que su cuerpo chocaba contra alguien, o algo. Su rodilla se golpeó contra ese algo y sus pertenencias terminaron en el suelo, así como su mp3 que terminó columpiándose gracias a que los audífonos no se habían salido de las orejas de la joven peliplata. Pero aquel tirón la hizo soltar un quejido leve y quitarse los aparatos para aliviar la incomodidad. -Estás siendo tan patética este año.- Pensó en voz alta, agachándose para tomar entre sus brazos todo lo que yacía en el suelo. En la espalda llevaba su mochila vieja y desgastada, donde yacían sus uniformes. Sobre el cuerpo, tenía un pijama completo, largo y en un diseño de lunares de colores claros. Cuando terminó de acomodar los libros, rió un poco por la idea de haber colisionado contra un contenedor de basura, pero decidió no volver a colocarse los audífonos hasta haber llegado a su fraternidad. La ducha después del último entrenamiento del día en el gimnasio había sido demasiado relajante, comenzaba a adormilarse.
Última edición por Rhiannon A. Sutherland el Lun Jul 16, 2012 4:23 am, editado 1 vez
Ese día había decidido obviar clases, y todo tipo de actividad concerniente a su fraternidad y estilo de vida “estudiantil”. Solía mostrarse inquieto en algunas ocasiones, otras simplemente reflexivo; pero esta vez se encontraba más que furioso algo que ocurría muy rara vez. Aquellos que habían tenido la oportunidad de conocerlo, o quizás estudiarlo desde lejos, apuntaban a la hipótesis de que, muy posiblemente, no había logrado alcanzar lo que necesitaba en sus peculiares actividades y eso era el desquite de tensión, ya sea por medio de la música, o la bebida. La realidad claramente era otra.
-¿Como pudo suceder? ¡Fui demasiado negligente!…- y aunque solo quería resumirse en simples pensamientos, con suma facilidad se encontraba discutiendo consigo mismo en voz alta. Sus pasos se detuvieron, solo para observar el exterior desde un gran ventanal. ¿Realmente se encontraba haciendo lo correcto? Muchas veces se había hecho esa pregunta; pregunta la cual oscilaba en su cabeza una, y otra, y otra vez.
A medida en que buscaba ordenar sus ideas, sus orbes se centraban en aquella luna la cual adornaba el exterior. No se consideraba un tipo espiritual, claro que no lo era en lo absoluto; pero por alguna extraña razón, lograba calmarlo. -Quizás ya estoy llegando a mi limite… ¿Qué haré si se descubre que yo…?- lo consideró absurdo en ese momento. Solo atinó a bajar la mirada para soltar un profundo suspiro, desviando sus orbes para observar de reojo a la figura que terminó tropezando.
Se quedó estático midiendo con seriedad el recorrido de la fémina. Reconocía su esencia, pero seguía siendo malo con los nombres y rostros pese a que no era muy continuo con sus compañeros. -¿Batallando contra un nuevo enemigo?- pensó en voz alta. Un pequeño comentario en forma de broma por la manera en la que aquella jovencita había colisionado con un contenedor de basura.
Luchó consigo misma para no adormecerse mientras caminaba, sin emgargo era complicado soportar el sueño. Las últimas noches había tenido tantas preocupaciones que ni dormir podía con tranquilidad. Ladeó el rostro para ver la hora en su reloj y se sorprendió un poco. Su baño había demorado más de lo pensado y hacía casi tres horas que no se cercioraba de que Noah estuviese bien. Quitó la mano derecha del agarre a los libros e hizo rápidamente un soporte de mana para dejar los libros y seguir caminando, con ellos flotando a su lado. Sacudió sus cabellos por el agua que aun quedaba en ellos.
Realizó un hechizo que le permitió ver una imagen de Noah. No era muy nítida, por su falta de expriencia, pero podía ver al menor teniendo una especie de charla con su compañero de pieza. Entrecerró los ojos con curiosidad. Taylor. No era un mal chico, pero su actitud dejaba mucho que desear. Desvaneció la imagen con una mano y continuó con su camino, sabiendo que nadie que no fuese de su curso podría haber visto lo que ella, por una protección que les enseñaban a mediados de quinto año. Suspiró mirando los libros y tallándose el ojo derecho antes de estirar los brazos y bostezar.
Debía hacer muchas cosas antes de dormir, pero estaba casi deseando hacer un hechizo que detuviera el tiempo un par de horas para poder dormir como era debido. Que lástima que eso no funcionara así. Torció los labios en un gesto de incomodidad. No le gustaba el ambiente que se encontraban viviendo los estudiantes en ese momento.