Encuentro no tan grato.

Caminando a paso lento y torpe, Hazel se dirigía hacia su habitación para recoger parte de los libros de los que tenía que hacer tarea durante el fin de semana. Había olvidado meterlos en su morral para avanzarla entre clases. Sabía que Sebastyan lo estaba ayudando (aunque él no lo hubiera pedido, siempre lo hacía, y lo agradecía sobremanera ;_; ), pero esta vez había un sentimiento personal en hacer esta tarea de Historia. Específicamente ESTA tarea de Historia...

El chico recorría los pasillos de la casa Srad rascándose la nuca con una mano mientras en la otra le mandaba un mensaje a Sebastyan.
"T acruedas dl titulo del libor?" decía el mensaje, que había escrito rápida y descuidadamente para saber qué libro era el siguiente en la lista para leer y hacer un ensayo. Con la vista clavada en la pantalla de su celular, pone la mano sobre la manija de la puerta que llevaba a los pasillos de los dormitorios, pero antes de que pudiera empujarla, otra persona jaló la puerta desde el otro lado.

El chico mira hacia arriba para encontrarse con lo que normalmente hubiera sido una grata sorpresa, pero esta vez sólo logra que su ceño se frunza un poco al ver el rostro de la persona del otro lado del camino.
El chico no dice nada, de hecho, después de verlo un segundo a los ojos baja la mirada, clavandola en la pared derecha del pasillo.

"De todos los que me podía encontrar..." piensa malhumorado.

Kodran estaba un tanto aburrido del papeleo que tenía pendiente así que decidió tomar un paseo dentro de los dormitorios, situación que le ayudaba a despejar su mente de aquel trabajo que a pesar de llevar años haciéndolo nunca le había agradado del todo. Cuando por fin si sentido de la responsabilidad se volvió más pesado que su fastidio por los papeles era momento de regresar y justo en el momento que abrió la puerta de entrada a los dormitorios de varones se topó con un rostro inesperado al otro lado del umbral quien aún despedía esa "esencia" de enojo «No es para menos» pensó.

- Señor Korhonen, veo que tiene un fin de semana atareado, ¿Puedo saber que le tiene tan preocupado?

La voz del vampiro sonaba neutral, aunque pareciera un poco cruel, él ya había dejado atrás aquel evento, sin olvidar claro está que había hecho una promesa, una de las pocas cosas que el vampiro no dejaba en el olvido ni usaba a su conveniencia.

Los ojos del joven capitán sólo se entrecierran al escuchar la cínica (al menos en su cabeza) pregunta del profesor. Su gesto se frunció un poco más mientras varios segundos de silencio transcurrían entre los dos.

"Señor Korhonen... bah. Qué me tiene tan preocupado?" piensa el pelirrojo en su cabeza. "Tal vez que la mitad de mi equipo estuvo en peligro de muerte, que tengamos sobre nosotros una amenaza de que eso mismo vuelva a pasar, que no sepa qué siento por mi mejor amigo y que no tenga una idea de cómo animar a mi nuker a que salga de su cuarto después que la traumaran emocionalmente... te parece suficiente? No... claro que no, ni siquiera te importa..."

Quiso decirle eso, pero nada salió de su boca más que una tontería académica.

-Tengo 10 libros de Historia que leer y hacer ensayos...- dice con un tono seco y golpeado, sin levantar la mirada, pero sí volteando sólo con los ojos a ver a Kodran. Esperaba que con eso fuera suficiente para entender que ya no quería el trato que habían hecho el primer día.

- No sabía que usted fuera del tipo que le gusta el trabajo de investigación arduo en lugar de las propuestas menos complicadas de los docentes, pero creame, lo tendré en mente para la próxima.

La idea de que Hazel hubiese rechazado su oferta no le agrado, entendía el motivo pero de cualquier forma, eso era una de las "ventajas" que tenía con respecto al resto de sus compañeros, sin embargo, la presencia del joven ahí le recordó un par de pendientes más que no había podido resolver...

- Supongo que usted podría decirme si el señor Hemsworth y la señorita Kholer están disponibles, esta semana ha sido un infierno y no he podido visitarles.

"Cut the crap..." pensó Hazel al escuchar el 'educado' modo que había tomado casualmente el profesor de dirigirse a él. Si de por sí el sólo encontrárselo le había amargado el momento, el hecho de que Kodran le hablara de esa manera sólo hacía que su sangre hirviera más y más. Sabía que lo estaba retando, sabía que lo estaba inferiorizando, y eso lo hacía enojar. Y le hacía enojar aún más que estuviera funcionando.

-Ambos están bien...- mintió. -No será necesario que vaya a verlos, profesor Söderkvist. De seguro también están ocupados con tarea...

"Y no quiero que te vean, maldito chupasangre desgraciado..." pensó con brutal honestidad en su cabeza. Empezó a sentir en su pecho un calor insoportable, producto de la ira que le despertaba en ese momento el simple hecho de estar cerca de Kodran. De cierta forma, el pelirrojo pensaba que si el vampiro se acercaba a Naami o a Gustav sólo terminarían peor las cosas con ellos. Conocía a sus compañeros... y si un profesor llegaba en ese momento a decir "no se metan" sería un golpe igual de bajo para ambos. Tal vez no tanto como para él... pero probablemente no haría nada de bien a su salud mental, sobre todo de la nahual.
Es cierto que el muchacho no tenía forma de saber qué es exactamente lo que Kodran pudiera hablar con ellos, pero en ese momento no podía pensar en él más que como un gigantezco y arrogante obstáculo interponiéndose entre ellos y la verdad que tanto necesitaba encontrar.

Una chispa en el fondo de su cabeza empezó a tocar en la puerta de atrás de su consciencia, haciéndolo sentir una mínima pizca de culpa por las cosas que estaban pasando por su cabeza en ese momento con respecto al vampiro; no, a su mentor... pero no fue suficiente para calmar su enojo. Por fin se armó de valor para regresar la mirada a la de Kodran, y cruzándose de brazos, giró su cabeza para ver al profesor a los ojos, sin que su gesto cambiase mucho.

- No dudo que el señor Hemsworth se encuentre en buenas condiciones, es un hueso duro de roer. Sin embargo, la señorita Khöler no ha aparecido en clase, supongo que lo notó Sr. Korhonen, así que creeré a medias en su mentira.

Para el vampiro no era difícil saber cuando algunos de sus alumnos mentían, nunca le había preocupado mucho eso sin embargo en ocasiones les dejaba en evidencia para que notaran que no había caído, sin embargo, con Hazel tendía a ser más directo y en aquel momento no era la excepción. Pero también pudo leer en la mirada del muchacho que algo le perturbaba y el sabia que estaba directamente relacionado al incidente en la oficina de la casa. "Debería mandarlo a la enfermería un rato" pensó por un instante el profesor pero sabía que no lo haría, no era parte de su política golpear alumnos por responder de esa manera,tal vez habría otros motivos, pero ese no era uno.

- Debería calmarse un poco señor Korhonen, no necesito recurrir a mis "dones" para saber que esta como un tigre agazapado listo para saltar... Debes conservar la calma e impedir que alguien o algo te haga perder la serenidad, se que no tienes mucha, yo era así a tu edad, sin embargo, es imperativo que lo hagas. Tienes un grupo de personas que esperan mucho de ti, no los decepciones y haz valer tu título de capitán dentro y fuera de la cancha - el vampiro apoyó una mano en el hombro del muchacho y haciéndolo a un lado avanzo al otro lado de la puerta luego avanzó unos metros para después continuar -, "Cuida de los tuyos que nadie más lo hará mejor que tu"... Esa se volvió una de mis máxima hace algunos años, no lo olvides, y tampoco debes olvidar que soy el Guardián de la casa Srad y bajó ese titulo esta es LA máxima... cambiando de tema, por lo que dijiste hace un momento casi estoy seguro que dejaste libros en tu habitación, "Estrategias de combate para grupos reducidos" ese es uno y de este seré meticuloso en la revisión, el otro es este...

Cuando dijo eso Kodran sacó un pequeño volumen de su bolsillo y se lo arrojó al muchacho para luego continuar su camino y maldecir por el mal funcionamiento de su encendedor, por lo que se detuvo para intentar hacerlo funcionar por medios Darkhas

Mientras el vampiro hablaba, la mirada del muchacho iba bajando lentamente, hasta quedar clavada en el piso. En ese momento le revolvía el estómago que tuviera el derecho de ser tan condescendiente con él. Y lo peor del caso es que en VERDAD tenía ese derecho. Cuando mencionó a los demás sintió como uno de sus ojos se entrecerró, como si fuera un tic. El desgraciado conocía bien su "punto débil", y siempre terminaba llegando a él sin perder tiempo. Mencionar la responsabilidad que tenía para con sus compañeros siempre amainaba su actitud de moderada rebeldía, aunque fortalecía su espíritu.
Al sentir la mano del profesor sobre su hombro, sólo por un instante pudo sentir la flama del enojo empezar a avivarse dentro de sí. Después de la situación que habían pasado, el hecho de tocarlo era casi una ofensa para el australiano, pero pronto ese enojo desapareció con unas simples palabras.

"Cuida de los tuyos, que nadie más lo hará mejor que tú"

Los ojos de Hazel se abrieron de más, aún mirando al suelo. Se quedó así un momento, escuchando las palabras de Kodran mientras lo invadía la culpa sin que pudiera controlarlo. Lo volteó a ver rápidamente, con un gesto algo arrepentido.
En su terquedad había olvidado que Kodran estaba ahí sólo para protegerlos... y lo sabía... pero era TAN difícil aceptarlo de esa forma. Odiaba tener que ser el protegido de alguien, especialmente de alguien que era de cierta forma cercano a él.
"Está bien....tú ganas esta vez..." pensó mientras una media sonrisa se formaba en su cara. No había puesto mucha atención a las demás palabras del vampiro, pero reaccionó al ver el libro dirigiéndose hacia él. Lo atrapó con una mano, mirándolo con curiosidad y algo de sorpresa.

El título era "El arte de la guerra" de Tsun Tsu. Ese libro ya lo había conseguido (por medio de Sebastyan), y de hecho era bastante accesible en la biblioteca. Se le hizo raro que el mismo Kodran le diera una copia hasta que analizó un poco mejor la carátula. Tenía un sello que no había visto nunca... pero decía "Biblioteca Furukawa" con tinta desgastada y percudida... era un poco diferente al sello que usaba la biblioteca actualmente, pero tenían un diseño similar. Y abajo de ese sello, se leía con letra algo descuidada y también en tinta gastada un nombre: Kodran Söderkvist. No reconoció la letra, definitivamente no era la de Kodran.

Miró el libro por unos segundos mientras el profesor intentaba hacer funcionar su encendedor. Luego, de cierta forma (y algo muy raro en él), entendió de qué se trataba ese libro. Era un libro viejo... tal vez un tesoro. Un escalofrío recorrió la espalda del pelirrojo y los vellos de sus brazos se erizaron con algo de emoción. "Maldito seas, siempre estás un paso adelante, verdad?" pensó con una sonrisa.

- ...Me haré más fuerte.- escupió de pronto en voz alta, para que el otro lo escuchara, viendo su espalda algo agachada por encender su cigarrillo. -Ya verás! Este año será el último año que me tendrás que proteger, Kodran!! Entonces podremos pelear lado a lado... y te demostraré que todo lo que has hecho por mí valió la pena... Lo juro!!- dijo antes de que un nudo se hiciera en su garganta. Pasó saliva y logró contener esa enorme emoción que sentía. - No descansaré hasta que pueda ser tu compañero...- dijo en un tono de voz un poco más bajo. Sin darse cuenta, estaba apretando fuertemente el libro entre sus manos.

Por fin el artefacto había funcionado y en el momento que hecho la "gloriosa" primer bocanada escucho las palabras de Hazel. "un año no será suficiente mocoso" pensó para sus adentros, después de todo lo que había pasado el vampiro sabía que no sería tiempo suficiente un curso, sin embargo, eso no significaba que el cazador sería más fuerte.

- Más te vale que así sea Hazel y si no valiera la pena no lo habría hecho. Y cuando te vuelvas mi compañero me devolverás ese libro, y no olvides la máxima de Srad... Ahora ve por esos libros y no dejes de entrenar, te hará falta así como al resto de tus compañeros... te dejo que hay papeleo que terminar y no se escribirá solo...descansa.

El capitán sólo asiente sonriente y entusiasmado. Mientras el vampiro caminaba alejándose de él, el chico regresa la mirada a la cubierta del libro, y pasa una de sus manos lentamente por sobre su portada.

- Con que el arte de la guerra...- dice para sí. - Eres un perro, viejo... y yo un estúpido por siempre caer en lo que haces, hahaha...

El pelirrojo empieza a caminar rumbo a su dormitorio mientras abre el libro, saltándose la introducción y el prefacio (como siempre hacía) para ir directamente al capítulo 1.

"La guerra es un asunto de importancia vital para el Estado; un asunto de vida o muerte, el camino hacia la supervivencia o la destrucción."

Por primera vez, leería un libro con atención genuina... quién sabe, tal vez después de esto empezaría a agarrarle el gusto a esa actividad que tanto disfrutaban su Carrier y su mentor.

"Un perro indeed..." piensa mientras se hunde en las palabras impresas en el papel viejo.