- Es EN SERIO que ni siquiera vas a mostrarme los hechizos que sabes? O sea, no sólo eres un mocoso debilucho, sino que también eres un inútil? Vaya... quien te haya nombrado como mi amo realmente debe tenerme algún rencor. Qué le hice yo para terminar siendo utilizada por un mago de tan bajo nivel?!-
Hazel caminaba por los pasillos del edificio central con paso algo rápido y apurado, aún vistiendo su gabardina negra, y con el rostro decorado por una expresión molesta y hastiada.
- Te das cuenta de que de esta forma no puedo alimentarme sólo de tu poder mágico verdad? Vas a necesitar darme objetos de este mundo para que pueda sobrevivir! Vivir a base de tu mana va a hacer que me muera y desaparezca o algo así, así que más te vale que vayas buscando cosas qué darme, también necesito aprender más de este mundo!!-
Empezó a subir las escaleras al mismo paso, aunque después de un minuto empezó a subir más y más rápido hasta llegar al piso de la oficina del Director.
- Oye!! Te estoy hablando!! Qué, también eres sordo acaso?! Al menos reacciona, niño!! Ya te escuché hablar una vez, así que no vas a poder engañarme. Dios! No sólo eres débil, sino que también eres denso!-
Estando frente a la enorme puerta, Hazel suspira con una evidente expresión de molestia, casi con una vena saltada en su frente, y levantando la mano lentamente. Dio tres toquidos fuertes en la oficina, sin pensar mucho en si el ruido sería molesto para el Director.
Sólo quería que se callara...
-SENSEI!- dice fuerte para que el director lo escuche al otro lado. -Puedo pasar? Soy Hazel Korhonen. Tengo un...- hace una pausa volteando a ver a la pequeña niña hecha de luz naranja que flotaba a su lado -PEQUEÑO problema...