La pequeña semi demonio se sentía intranquila, algo dentro de ella parecía impedirle encontrar la calma a la que estaba acostumbrada por lo que decidió caminar sin un rumbo fijo por el instituto. Como aún no estaba familiarizada del todo con el lugar decidió aprovechar la situación para conocerlo mejor, así que inició su "reconocimiento" en el edificio que tenía frente a ella cuando se le ocurrió aquello. Y así Nikky terminó por entrar al edifico de artes, procurando identificar cada sección del inmueble así como los puntos ciegos que pudiera tener alguien al avanzar por el sitio (una costumbre que hacia de manera casi instintiva sin importar lo pacifico del lugar).
Al final, aquella inspección del edificio la llevo al tejado del lugar. En ese sitio se sintió un poco más tranquila pues la presencia de tantas personas en una situación de "no combate" la había abrumado, para su fortuna había llevado su reproductor de música, así que solo tuvo que subir el volumen y sonreír cuando creía que le hablaban. Sin embargo, en aquel sitio encontró a una chica sentada en el suelo, estuvo a punto de dar media vuelta e irse aprovechando que al parecer no la había visto ( de lo contrario podría argumentar acerca de lo alto de la música), pero en ese momento recordó una de las peticiones/condiciones que le había dado el directo para poder quedarse en el lugar "Nikky, se que al principio será difícil, pero debes tratar de hacer amigos, no es bueno para una niña tan pequeña pasar todos los días sola". Suspiró y pensó para si "Aquí vamos..." y apagó su reproductor y se acercó a la figura en el suelo tratando de ser menos sigilosa de lo acostumbrado (Luego de más de un susto, su compañera de cuarto le había explicado que en ocasiones hacer eso era perturbador para el resto de las personas). Cuando estuvo a un lado de la chica la saludo.
- ¡Hola!, yo soy Nikky de tercero y estoy en Athar... eh... ¿Que haces aqui?
La pequeña se sentía muy fuera de lugar por lo que su voz, a pesar de ser alegre, también tenía un cierto tono de timidez en las palabras, no supo que más decir y se quedó de pié en silencio con las manos en la espalda y viendo la cicatriz que relucia en el brazo de Alison.