Tarde Celta

Aquel había sido mi primer evento en Furukawa. Me habían entregado un broche que Noah me hizo el favor de usar para mi. La ropa que me había elegido era muy comoda y muy discreta, en realidad me gustaban mucho los colores terrestres como el cafe y los colores mas apagados. Caminaba por entre los puestos que los chicos de sexto habían puesto. Noah se habia perdido un poco y por mas que le daba vueltas parecía no estar por ningun lado.
- A donde se metió ese chaparro... - dije rascandome la nuca. Le había comprado unas chocoranas celtas y esperaba que le gustaran. Era la misma cosa pero tenia un toque de crema irlandesa, haciendolo mucho más dulce y algo de dulce de leche. Estaban adornadas por un hermoso color verde.

Por más que caminé sentí que comenzaba a cansarme y previne un ataque respiratorio. Lo bueno es que siempre cargo con...
- Mierda.. - dije dandome cuenta que Noah se había llevado mi inhalador en su mochila. Todo culpa de que inventé mi traje sin bolsillos - Bueno...

Solo no había que perder la calma. Estoy seguro que pronto lo encontraría...

Aprovechando un descuido de Socrates, decidí escapar de él y tomarme ese tiempo para comprarle un regalo, como había pasado todo el festival a su lado, nunca tuve oportunidad de hacerlo y si en verdad quería darle una sorpresa esta era mi oportunidad, ya lo había preparado todo, durante todo el día que duró el día Celta estuvimos perdiendo el tiempo entre los diferentes juegos y comprando regalos para nuestros amigos, yo no tenia mucho dinero pero Socrates me había prestado otro poco y con eso, logré comprar aunque fuera un detallito para la mayoría de ellos, a Rhia le había comprando una cadena con un símbolo Celta, a Hazel le llevaba una daga a escala, quien sabe de que maldito material era pero me habían contado una historia interesante acerca de ella y eso fue prácticamente lo que me convenció y así, llevaba uno hasta para Aris...

Llegué caminando por detrás del semi-demonio y le di una palmadita en la espalda para anunciarle que estaba de regreso, luego me rasqué la cabeza y le dedique una sonrisa mientras le pasaba mi mano por el cuello.
-Perdón, había mucha gente en el baño...- Le dije abusando un poco de su inteligencia, creo que nadie en su sano juicio creería algo como eso, habían sido poco más de una hora el tiempo que estuve ausente.

-Quieres ir a otro lugar o vamos a recoger a mi hermanito?-

Di un pequeño salto al sentir la palmadita y senti como mi garganta se cerraba. Di la vuelta y vi a Noah pero no podia responderle bien. Comenzaba a sentir como me faltaba el aire pero aun así sonrei y asenti a su excusa del baño.
- Eh.. - dije pokeandolo - Me pasas... mi.. ajá? jeje...


Sin decir más, intenté llevar mis manos a su mochila para poder tomar el inhalador. Comenzaba a frustrarme la sensacion de falta de oxigeno.

Me quedé un poco extrañado al ver la reacción que había tenido Socrates pero rápidamente mi cerebro empezó a trabajar y ya luego entendí a lo que se refería. -Oh!~ Si, claro!- Contesté apresuradamete y estuve a punto de caer, de no ser porque recordé que EL REGALO SORPRESA estaba ahí dentro.

-DIGO NO!!!- Contesté después de una forma bastante alarmada y lo empujé con una fuerza desmedida para hacer que quitara las manos de la mochila.
-Yo te lo paso!- Le dije y rápidamente empecé a correr lejos del semi-demonio donde con cuidado abrí la mochila para sacar el inhalador y luego regresé con él entregándoselo en las manos.

-A-aquí esta!-

Cuando Noah dijo que no senti TAN feo, sobretodo porque mi MALDITA GARGANTA SE CERRABA. Lo mire con cara de angustia (:c) y me quedé ahi, sin oxigeno, probablemente muriendo.

Cuando regresó sentí como todo en la vida se solucionada. Lo vi tan feo como mi cerebro desoxigenado podia y se lo arrebaté para darme dos o tres pericazos. Casi me vomito y luego volvi a ser yo.
- Es real!? - dije molesto aun tomando aire - Por.. que no me.. dejaste tomarlo? Me estaba muriendo!! - dije mientras me echaba otro pericazo...

Eso había sido raro, lo único que hice fue verlo fijamente sin mover la mirada ni un solo milímetro, estaba un poco asustado, normalmente mis amigos se enojaban conmigo cuando intentaba hacerlos enojar y no cuando estaba haciendo un acto de buena voluntad, así que realmente no sabia como reaccionar, me quedé solamente ahí, sin saber que decir.

Cuando el semi-demonio dejo de regañarme, bajé la cabeza apenado. -Estas bien?- Cuestioné y lentamente volví a levantar la mirada, ahora que lo ponía de esa forma, me había preocupado un poco.
-E-es...que... estaba jugando, bueno, no, solo quería dártelo yo...Perdón Socrates.- Contesté evidentemente mintiendo pero aun así, me disculpé con él.

- Hmm... ahora resulta... - dije algo poco convencido. De todas .. TODAS las cosas buenas que rodeaban a Noah Fenian, la PEOR era su brutalidad para ser sincero y honesto. Estaba luchando contra una mentira.. PODÍA OLERLO!!!

Lo miré seriamente y me crucé de brazos. En verdad no estaba enojado pero me serviría para lo que seguía.
- Esta bien... ahora cierra los ojos... y cuenta hasta 10

Esperaré a que cierre los ojos y cuando cuente hasta 10 las chocoranas celtas ya estarán frente de él.

(Trigger XD)

Y ahora qué? Me daría una cachetada? Fue lo primero que pensé pero estando en la posición en la que me encontraba, no me quedaba de otra mas que obedecer, aun mirándolo con desconfianza, lentamente fui cerrando los ojos y después de unos segundos los deje bien apretados como esperando recibir el golpe pero en lugar de eso me pidió contar hasta 10 y mi sorpresa fue aun mas grande de lo que ya era.

-B-bueno...- Murmuré y aun teniendo los ojos cerrados enarqué una ceja, empecé a contar en voz alta muy lentamente pero nada pasaba.

-1...2...3...4...5...6...7...8...9...y 10- Conté y en cuanto llegué al ultimo numero, abri los ojos de golpe para encontrarme con una bolsa enfrente de mi que me hizo trastabillar, enfoqué bien la mirada en la bolsa y hasta me acerqué para ver bien, eran chocoranas...

En ese momento, mi boca se abrió cual animalito frente a su comida y empecé a salivar y a sentir mi estomago revolverse, TENIA QUE PROBARLAS, NECESITABA PROBARLAS, mi cara se puso un roja como tomate al concluir que durante ese tiempo que estuve ausente, Socrates había tenido prácticamente la misma idea que yo y sonreí, moviendole la manita y echandomele encima en un fuerte abrazo.

-Tonto...- Murmuré primero, en verdad me había preocupado pero luego solo empecé a gritarle -Gracias!!! Gracias!!! Gracias!!!-

- Gracias de que? - dije seriamente - Te estaba enseñando las chocoranas que le compré a Mila.

Me detuve un segundo en una pausa... y luego sonreí.
- No no es cierto, son tuyas xD - dije riendome y entregandoselas en las manos - Espero te gusten, estan rellenas de crema irlandesa. Dicen que estan deliciosas.

Lo despeiné un poco y le regresé el abrazo. Me habia sorprendido su... enfermedad por las chocoranas pero ahora sabía como llegarle al corazón.

"Corazón de sapo, jajajaja"

Su broma me había hecho que se me helara la sangre, así que en cuanto dijo las palabras mágicas aproveché la cercanía para morderle el hombro en venganza, no lo había hecho muy fuerte pero se lo merecía!
-Grosero...- Le dije un poco emberrinchado pero estaba dispues...tomé la bolsa e inmediatamente después y metí la mano para sacar una y empezar a masticarla.

“Mhhhhhhhhhhmmm” Exclamé y luego de sonreirle con la boca cubierta de chocolate le di otro abrazo. -Están bien ricas!! Prueba!!!- Dije entregándole una y luego lo tomé de la mano para jalarlo, rápidamente lo solté, esas chocoranas me habían hecho el día.

-Mira!!! Mira! Allá!!- Le dije todavía emocionado, señalandole un trampolín que estaba a lo lejos.

- uh..no deberías... - dije al ver que el niño ya había corrido, solté un suspiro y caminé hasta donde estaba el trampolin.

No pensaba meterme verdad? Porque los tipos con problemas respiratorios y los trampolines no somos buenos amigos. Sinceramente no tenia ganas de terminar con un pulmón colapsado. Pero lo que más me preocupaba era que las chocoranas tenian CREMA IRLANDESA y probablemente el niño no entendía que eso era alcohol...

¿A que persona se le ocurria vender chocoranas alcoholizadas?

Al girar vi que el que atendía aquel lugar de golosinas era la doctora Clementine y sonreí un poco.
- Pues alla vamos... jeje..

No sé que tenían esas chocoranas pero estaban deliciosas, no podía parar de comerlas, una tras otra y tras otra las fui engullendo mientras seguíamos caminando hasta el trampolín, en realidad no quería meter a Socrates ahí, solo quería presumirle lo que podía hacer, cuando llegamos, lo primero que hice fue quitarme la mochila y se la dejé a él para que la cuidara, mientras preguntaba al encargado cuanto costaba.

Ni siquiera tuvo que responder, ya estaba entregándole un billete y pagando, me subí al trampolín y le dije a Socrates.

-Mira!! mira!!- Y mientras decía esto, metí otra chocorana a mi boca y di un par de saltos para hacer una maroma en el aire, seguí haciendo piruetas, siempre llamando la atención de mi amigo entre cada acrobacia, hasta que después de un rato y con tanto brinco y demás, empecé a sentir mucha sed así que me detuve un momento para secar mi frente.

-Oye, Socrates, me puedes pasar una botella con agua que deje en la mochila?-

Vi como el niño se alejaba a la velocidad de la luz. Era bueno que no hubiera preguntado si yo entraría. Supongo que entiende que probablemente termine tirado en la tela ahogandome.
- Ah, si.. - dije de inmediato abriendo la mochila para sacar el bote que me había dicho Noah, solo para toparme con una tarjetita con mi nombre punzada por una pequeña flecha. Tras de esto, un pequeño oso blanco. Abri los ojos de sorpresa y saque el osito y el bote con agua.

Caminé y le lance el bote y tosí un poco para llamar su atención
- Eh.. perdon que me meta pero... - dije enseñando el osito un poco extrañado.

“Noah Fenian, eres un idiota!” Fue lo primero que llegó a mi cabeza luego de ver el osito y el bote con agua, eso no era lo que se suponía que debía pasar, me quedé sentado en la lona, viendo a Socrates con un marcado sonrojo en las mejillas que parecía no querer desaparecer.
-Sor...presa- Dije entrecortadamente y le sonreí un poquito nervioso.

En realidad eso era lo que se suponía que era, una sorpresa que también se suponía notaria hasta que ya hubiese llegado a su dormitorio, pasé saliva como no queriendo explicarme. Pero luego le sonreí y desvié la mirada.

-Abre la tarjeta...- Le dije avergonzado pero sin parar de comer las ranitas.

En la tarjeta se leía escrito con tinta de color violeta:
“Para mi mejor amigo Socrates y luego una carita feliz

Como dijiste que perdiste tu osito, decidí comprarte uno, lo hice blanco para que se ensuciara rápido y pudieras ponerle mugres, como el que tenias antes...”

Eran los mismos ositos que habíamos visto casi al principio de nuestro recorrido en el festival, unos ositos de color café armados con un arco y una flecha y vestidos de Robin Hood, la diferencia era que este en particular era de color blanco. Se suponía que originalmente estaban destinados a venderse entre las parejas y la tarjeta tenia forma de corazón o al menos eso era lo que nos había explicado el encargado pero en vez de eso, esta tarjetita era un recuadro blanco, muy simple solamente doblada a la mitad.


“Gracias Rhia...” Pensé, ahora le debía una.

Me quedé pasmado al escuchar al niño y leí la carta. Poco a poco mis ojos comenzaron a ponerse rojos y cristalinos. Intenté no verlo a la cara y me acerqué donde él. Me subí como pude al trampolin y me le aventé encima, haciendonos caer y rebotar algunas veces.
- Eres un tonto.. no tenias que gastar en eso.. - dije entre lagrimas y sollozos. Era el regalo más lindo que me habían hecho. No podía dejar de llorar, algunos niños pasaban y me veian raro y hasta el chavo encargado se preocupó.

Me calmé después de un rato pero no podía soltar a Noah y al nuevo Mugres. Estaba muy feliz.
- Gracias... gracias...

Yo también me quedé pasmado por su reacción, al principio no supe como reaccionar, solamente deje que mis brazos rodearan su cuerpo y lo estrujé con fuerza. Tenia que admitir que me había asustado un poco pero luego me dio gusto al saber que un regalo mio le había provocado eso y sobre todo que le había gustado.

-De nada...- Contesté con una sonrisa en los labios y todavía con un marcado sonrojo en las mejillas. -Ahora estarás cómodo cuando duermas en las noches...- Le susurre y le di otro fuerte abrazo y me quedé ahí con él otro rato más.

Al final tuve que bajarme del trampolín para estar juntos, no podía dejarlo solo así como estaba, a decir verdad, me sentía un poco incomodo caminando con el mientras lo abrazaba y mas porque algunos niños empezaban a vernos un poco raro.

Le recargué la cabeza en el hombro, sin importa lo que los demás fuesen a decir.
-A donde vamos ahora?-

- Pues tu ibas a saltar, no? - dije aun moqueando un poco y limpiandome los ojos - Vamos por algo de comer... antes de que se te suban las chocoranas...

Volví a ver el pequeño oso blanco. Lo que el niño no sabía es que Mugre en verdad era negro y se llamaba así porque se transformó en gris. Pero eso no importaba. Lo abracé una vez mas con todas mis fuerzas y luego estrujé al oso.

"Te llamaré Noah, pero eso no tiene que saberlo él.." dije en la mente viendo al oso.
- Vamos a donde tu quieras, la verdad ya le di la vuelta BUSCANDOTE y pues no hay nada más pasando los trampolines..

-Como que se me suban?- Dije un poco confundido, poniéndole la bolsa vacía enfrente y agitándola para hacerle notar que ya estaba vacía. Luego una sonrisa picara se formó en mis labios cuando dijo lo de la comida y le poke la lonja despacito.

-Y si comemos más chocoranas?- Pero antes de que dijera algo empecé a jalarle el traje. -Anda!! Anda!! Es que ya se acabaron...- Le dije haciéndole un puchero, creo que tanto salto me había dejado un poco mareado aunque nada grave.

-Pues ya me cansé ahora si, ya solo quiero que vayamos a comer para luego ir por Aris y DORMIR...-

Intenté contenerme la risa, parecía que las chocoranas le habían pegado sigilosamente en el higado y actuaba muy gracioso. Era como darle café a un gato o fumigar una araña. Asentí y le tome la mano y le sonrei.
- Si chaparro, vamos a comer, pero no corras.. de acuerdo?? - le dije intentando enfocarlo, no sabia a que grado comenzaba a sentirse el niño. Papá algunas veces llegaba ebrio y me tocaba cuidarlo, asi que tenia algo de certeza que el niño estaba bajo los efectos de la rana.

- ... por cierto, estas chocoranas .. es mejor que no le des a Aris, ok? Dicen que los niños chiquitos se enferman con tanto dulce.. - dije con una mentira piadosa, no queria a los hermanos Fenian ebrios esta noche...

Lo miré con una ceja levantada, de pronto sentí como si me hubiese vuelto Aris, creo que ahora sabia lo que el mas pequeño sentía cuando le hablaba como si fuera su padre.
-Ya estoy grande...- Le respondí a Socrates 'molesto', pero luego le sonreí feliz porque había aceptado que fuéramos por más chocoranas.

Lo tomé de la mano y empecé a caminar apresurado hacia el estante de la Doctora Clementine donde estaban las chocoranas con crema irlandesa.

-Bueno! Entonces me las acabaré antes de que vayamos a recogerlo.- Le dije riendo y cuando llegamos, me quedé parado detrás del semi-demonio mientras esperaba que hiciera la compra.

Me incomodé un poquito al escucharlo así. Estaba sonando como un niño ebrio y me sentía culpable. Suspiré y lo tome del hombro para que no se fuera a sentir mal y nos dirigimos donde la Doctora Clementine.

No es como si fuera muy sociable con quien sea, pero con la doctora he tenido un trato muy amable desde que me atendió el primer dia de clases. Gracias a ella mis ataques ya no son tan seguidos y he podido tener una mejor vida con la dieta que me recomendó. Estaba ahora a cargo de una dulceria celta y se sorprende de verme de nuevo.
- Hola.. eh.. me puede dar otra bolsa? - pregunte algo sonrojado...

Clementine habia estado de buen humor aquel dia. Los eventos era el unico momento que la dejaban salir del area medica para convivir con los chicos. Sin necesidad de verlos con un brazo roto, vomitando o fingiendo enfermedades. La doctora pidió el stand de los dulces porque había encontrado unas ranas con Baileys que le habian gustado mucho y agarraba una que otra cuando no la veian. Si al final alguien le decía algo solo tenía que pagarla y vengarse por el chismoso.

Había tenido buenas ventas. Pero los niños se habian calmado y tenia un momento para disfrutar sus chocoranas. Tomó la bolsa que le quedaba, la que había guardado con el delicioso Bayleys y la abrió. Cual es su sorpresa al darse cuenta que eran Chocoranas con nuez... sin una gota de alcohol.
- Ok... acabo de venderle chocoranas alcoholicas a un niño... ¿Habrá sido Socrates?

Fue entonces cuando vio al niño de sus dudas acercarse, con la bolsa que ella había marcado en la mano de Noah Fenian.
- Hola chicos, en que les puedo ayudar? - dijo fingiendo que estaba preocupada - Todo bien? Ningun mareo?

-Otra de estas!- Interrumpí yo luego de que Socrates habló y empecé a agitar la bolsa frente a la mujer para enseñársela, estaba sintiéndome un poco raro, tal vez había comido demasiada azúcar y mi cerebro iba a estallar o algo por el estilo, nunca antes me había pasado algo como eso.

De un momento a otro empecé a sentir mucho calor y mucha sed, creo que tenia la cara roja y estaba sudando, el traje de pieles que había usado empezaba a incomodarme así que empezaba a evaluar la posibilidad de cancelar el hechizo para regresar a mi uniforme.

Aprovechando la cercanía con el semi-demonio, me acerqué a su oído y use mi mano izquierda como “casita” para susurrarle algo al oído. -Tengo calor...- Dije a Socrates jalando el cuello de mi traje.

-No, no! todo bien pero queremos más...-

Calor

Calor

CALOOOOR

Ideas pervertidas pasaron por mi mente en un instante. Se me había ido el habla por escuchar la vocecita del niño en mi oido diciendome que tenia calor. TENIA CALOR CARAJO!! Pude sentir como pasar saliva era toda una proeza y solo me le quedé viendo a la doctora con cara de °-°.
- Eh.. esta bien.. pero.. queriamos mas chocorranas celtas.. - dije como pude. Estaba perdiendo oxigeno con solo pensar en lo mucho que podría aprovechar a Noah ebrio.

"No seas idiota! Ahora eres un violador?!" dijo mi cabeza viendo a Noah y sonriendole.
- P-Porque no mejor compramos una cerveza? Dicen que estan ricas- dije pensando que eso sonaba tan mal. Era mi destino abusar de niños alcoholizados?

Ya me veia en la carcel con mi papá.
- Es real, Socrates? - dije en voz alta mientras agitaba mi cabeza en señal de negación - Si, mejor una cerveza dulce bien fria no? :3

-Pero yo quiero chocoranas...- Le contesté a Socrates mirándolo con un puchero y luego mirando a la doctora de la misma manera. No importaba que tan rica fuera esa cerveza dulce, no se comparaba a las chocoranas y no estaba dispuesto a cambiarlas.

Luego empecé a sacudirlo agarrándolo por los hombros. -NO!!! Mejor chocoranas...- Insistí también luego de que él insistió y lo tomé con fuerza de la mano para retenerlo ahí en el stand, por alguna razón me sentía un poco mas valiente, digo, este tipo de cosas normalmente no las haría...

-Ademas eso no es comida!- Agregué refiriéndome a la cerveza, digo, las chocoranas tampoco pero al menos estas ultimas eran solidas.