Primer Castigo ~ Privado

Aquí vamos, por fin había llegado el fin de semana y con él, el tan esperado sábado, SABADO, este ultimo había pasado de ser mi día favorito a uno de los más odiados y temidos, era el fin de semana si y también era uno de esos días en que podría visitar a mi hermanito y pasar una tarde amena en Little Monsters, entonces qué podría ser lo malo?, bueno, lo malo era que hoy seria el primero de 4 castigos que me impartiría el profesor Soderkvist, muy a mi pesar, ahora tendría que pagar por la inocente travesura de escaparse al bosque prohibido, como si realmente necesitara más cosas de las cuales preocuparme.

Largué un suspiro al encontrarme caminando por los pasillos de la Fraternidad enemiga y metí las manos en los bolsillos de mi pantalón mientras encorvaba el cuerpo y bajaba la cabeza evitando cruzar la mirada con algún extraño, al llegar a las oficinas, volví a largar otro suspiro, sabia que a Kodran no podía habersele olvidado, algo me decía que ese hombre disfrutaba torturar a sus alumnos así que sin siquiera tocar coloqué mi mano en la perilla de la puerta, puerta que marcaba el inicio de una pesadilla, giré para abrir y lentamente fui entrando a la casa del vampiro.

Por un momento me imaginé en una película de terror y que del otro lado estaría él con una decena de cuerpos a sus pies y un hilillo de sangre resbalando por la comisura de sus labios hasta su cuello, aunque tal vez estaba siendo demasiado dramático pero luego de sacudir el cuerpo entero por mis propios pensamientos, eché un vistazo a toda la habitación, muy en el fondo, quería creer que solo me diría, tienes que leer estos 10 libros de historia como castigo y no podrás levantarte de tu asiento hasta que no hayas terminado, eso seria bueno y bastante condescendiente...

-Hola?- Exclamé, alzando ligeramente el tono de mi voz y con ello anuncié mi llegada.

Kodran estaba viendo hacia afuera a través del vitral de su oficina cuando el pequeño entró, estaba esperándolo, cuando comenzó a hablar, dio media vuelta para verlo de frente mientras estaba en el umbral. No era de su fraternidad y muy probablemente el cargo de consciencia que supuso tendría luego de ver la expresión de Sutherland aquella noche eran un buen castigo por lo que en respeto por uno de los alumnos de Fado y para no aumentar más la "carga psicológica" del muchacho optó por un castigo menor que solo atentaría un poco en contra de su paciencia pero antes haría dos preguntas de las que le encantaba escuchar las respuestas de los alumnos.

Rodeó el escritorio y al llegar a la esquina del mueble se recargó en este y le dijo


El vampiro encendió un cigarrillo y espero pacientemente por las palabras del alumno de Sal

Pero, pero! osh! Ni siquiera valía la pena ponerme a discutir con ese hombre, la ultima vez, no salí muy bien librado, gracias a eso ahora estaba castigado, así que lo único que hice fue dedicarle una mirada y cambiar mi gesto a uno un poco mas...cansado.

-Disculpeeee...- Agregué prácticamente arrastrando las palabras mientras rodaba los ojos y finalmente cerraba la puerta, no me opuse a su petición y tomé asiento, me extrañaba un poco la forma en que todo esto se estaba manejando y no sabia para que me preguntaba eso pero algún truco debía de tener, todos los profesores eran así y prácticamente cualquiera que se adjudicara el titulo de mago.

-Uhm... pues, de querer ninguno...- Conteste. -No creo que haya personas a las que les guste recibir castigos...- Agregue, respondiendo con eso a su primera pregunta.

-Y de que castigo espero recibir...- Lo mire de arriba a abajo y luego, mire a los alrededores de sus aposentos.
-Espero que no sea espero que no sea algo que tenga que ver con espadas pero conociéndolo, tal vez me use de maniquí de practicas...-

Kodran había ignorado por completo la forma en la que el pequeño había hecho su "reentrada" y al escuchar el castigo que Noah eperaba recibir solo rió un poco y casi sin esperar un momento le dijo


El vampiro había señalado una charola con golosinas y algo de comida que había aparecido en el lugar junto con una jarra con jugo, luego señalo el reproductor a un costado del escritorio, luego se puso de pié y se alejó unos pasos del niño para esperar en caso que hubíera alguna otra pregunta antes de que saliera del lugar.

O bien estaba experimentando una especie de Síndrome de Stockolmo o tal vez Kodran no era tan malo como parecía y solamente estaba exagerando, las golosinas me estaban haciendo babear por dentro. No consideraba que mi castigo fuese justo aun así pero viendolo desde otro punto de vista, no me estaba tratando del todo mal, ni tampoco me estaba exigiendo demasiado. Ojala no estuviese hablando muy pronto pero a veces tendía a ser de mente muy simple, al menos cuando me agarraban con la guardia baja.

No podía ocultar mi sorpresa al escuchar el castigo y me quedé un momento viéndolo fijamente al rostro como esperando el momento en el que lo escuchara decir, era una broma, en realidad si te usaré de maniquí pero no, solamente estaba ahí y hasta amenazaba con dejar la habitación...

-A donde va?- Pregunté inmediatamente después, no quería ser grosero, ni tampoco entrometido pero ya que estaría recluido, podría intentar simpatizar un poco con él y en vez de pelarme a cada momento, podría platicar...e intentar llevarme mejor, aunque no sabia nada de él, ni por donde empezar.

-Uhm...- No supe que decir...

-No me molesta, no me hace sentir presionado...- Agregué como invitándolo a quedarse y mientras escuchaba su respuesta, avancé hacia el mueble para empezar a sacar los libros y colocarlos sobre la mesa.

Kodran esperó la respuesta, si el oscuro tenía una debilidad respecto a su actitud fría y hasta cierto punto sádica, esta era el hecho que algunas acciones humanas (a pesar de convivir tanto tiempo con ellos y entre ellos) le provocaban bastante curiosidad, sobre todo las de los alumnos que eran menos predecibles que las de los adultos y hablar con aquel peculiar "especimen" era algo que creia sería interesante. Sin esperar respuesta y a sabiendas que estaría ahi alguans horas invocó una cerveza con mana indigo y luego de darle un trago encendió el estereo para poner una estación de radio local en la que reproducian musica variada en generos pero que en su mayoría era rock.

Empezaba a creer que Kodran era otro de los profesores que sufrían de ser victimas de las llamadas leyendas urbanas, probablemente todo mundo había escuchado que era un ser horrible y diabólico, un monstruo que le arrancaría un brazo a un niño y después se lo comería en estofado, pero lo cierto era que, era estricto, si, pero no parecía ser una mala persona. Después de lo que había escuchado, siempre pensé que su castigo seria una tortura de esas que salen en las películas donde los quemaban vivos o les arrancaban las uñas con unas pinzas o algo peor, pero no, en realidad Kodran me tenia bastante mimado, tan así que estaba disfrutándolo, digo, me había dejado dulces y solo me había puesto a ordenar un librero viejo, grande pero solo eso, casi parecía como un intercambio de favores...

-No es justo- Comenté un poco mas relajado y perdiendole el miedo a pesar de su dura respuesta. Deje escapar una sonrisa mientras continuaba con mis actividades y de reojo lo miré. -Usted si me preguntará y a mi no me querrá responder nada de lo que le pregunte.- Agregué divertido y caminé hasta la charola donde había dejado las golosinas, tomé un par y me llevé una a la boca para luego responder a su pregunta.

-Siempre quise jugar Mugby, desde que Hazel me contaba sus historias, me llamó mucho la atención ese deporte de escucharlo a él me emocionaba y me contaba tantas que no podía esperar a intentarlo yo mismo, creo que eso había sido lo único que estuve esperando desde que supe que entraría al Instituto, simplemente no pude esperar, ademas también supe que Hazel aplicó desde su primer año, no es un modelo para mi pero si es alguien a quien me gustaría superar, tengo muchas ganas de jugar contra él para ver como realmente es en la cancha- Respondí con toda sinceridad y luego una picara sonrisa se dibujó en mis labios y volví a reír mientras me daba la media vuelta para seguir sacando otro par de libros.

-Y tampoco sabia que de verdad dolía...eso también ayudó- Agregué, la parte que no tenia que saber es que el primer día que jugué, me dolía tanto el cuerpo que Taylor tuvo que darme un masaje para que pudiera dormir y que lloré tanto pero eso era un poco vergonzoso como para contar.

Empecé a liberar primero los libros de las filas inferiores pues eran lo que estaban a mi alcance y todos los fui apilando en pequeñas columnas sobre una mesa cercana, alcancé a leer los títulos de algunos libros, me daban una idea de los gustos del vampiro, suponiendo que era suyos, claro.

-Taylor me puso una prueba, dijo que tenia que anotarle para que me dejara entrar al equipo... fueron muchos, muchos, MUCHOS intentos pero al final lo hice.- Contesté sin dar muchos detalles pero en ese momento volví a darme la vuelta, irónicamente, habían sido pocas las personas con las que había podido hablar de aquello y que Kodran me estuviese preguntando, me hacia feliz, era alguien que según yo, sabia del deporte por lo que decidí contárselo a fondo.

Sin pensar, empecé a hacer una representación gráfica de mi explicación, cosa que solo pasaba cuando en verdad estaba muy emocionado por algo.
-Dijo que seria mi ultimo intento así que tuve que patear el balón con toda mi fuerza, fue lo único que se me ocurrió para a poder anotar y lo mandé muy muy alto, usé un hechizo de super velocidad pero... mi pie estalló o algo así... solo vi que mi zapato se manchó de sangre y me dolió muchísimo! Muchísimo! Es lo mas horrible que he sentido! - Le dije al vampiro, primero corriendo, luego replicando el hechizo y por ultimo levantando las manos y saltando para indicarle lo alto que había subido el balón.

-Así que volé para alcanzarlo en el aire y cuando lo hice me abracé de él y mientras se me acababan los segundos subí muchos muchos metros!, acomodé el cuerpo y me dejé caer en picada para anotarle. Taylor intento poner su barrera pero iba tan rápido que se destruyo, después de eso no recuerdo nada...- Continué y luego tomé un libro para usarlo como referencia y me abracé de él como si fuese la pelota mientras le explicaba. Terminé matándome en el acto pero de esa forma es como había logrado anotarle.

Luego con un tono mas bajito le susurre -Me dio miedo...- Concluí devolviendo el libro a su lugar finalmente y sonriendole mientras esperaba alguna clase de reacción por parte del oscuro.

-¿Usted jugo Mugby cuando fue estudiante?-

El vampiro prestó atención a la explicación del pequeño acerca de como obtuvo su puesto en el equipo de Sal, sabía bien que Taylor no era un muchacho que se dejara vencer y menos en mugby.


Kodran sacó un cigarrillo y lo encendió despreocupadamente, arrojo el humo hacia arriba y continuó viendo la "danza" del pequeño mientras despojaba aquel mueble de sus "entrañas", hizo un chasquido con sus dedos y apareció una escalera que el niño pronto necesitaría para alcanzar el resto de la estanterías.

Era extraño insisto, normalmente uno ve a los maestros como una especie de seres superiores que pueden hacerlo todo y sin defectos, por lo que, escuchar a Kodran decir que en su tiempo fue un muchacho prepotente era hasta cierto punto increíble...
-Gracias...- Le respondí mientras sacaba los últimos vestigios de libros que quedaban en el mueble, estaba feliz por el cumplido. Para cuando apareció la escalera la tomé y continué con mi trabajo.

-Al principio había querido estar enlistado en la Fraternidad de Srad, ahí tengo muchos amigos...- Le confesé al profesor con una media sonrisa. -Pero no sé, no creo que pelear sea lo mio, osea... no me disgusta, bueno si... pero lo que quiero decir es que, prefiero pelear sin lastimar o algo así...-

Por unos momentos el vampiro no dijo nada al respecto, simplemente continuó fumando. Cuando terminó el cigarrillo le respondió al niño


Al terminar, Kodran tomo otro cigarrillo y lo encendió. Le resulto algo fuera de lo normal tocar ese tema pues por lo general estaba almacenado en algún rincón de su mente, pocos alumnos de hacían a él preguntas como aquella, pero luego de hacerlo por tanto tiempo la respuesta simplemente salía de su "trinchera" de un salto y volvía ahi sin más complicaciones
"odio el papeleo... pero sin intensión de hacerlo me estoy aprendiendo los protocolos, voy siguiendo sus pasos viejos" pensó el vampiro refiriéndose al Profesor Furukawa y a Cedric Söderkvist.

Continué con la parte superior del mueble mientras escuchaba al vampiro hablar, en realidad, ahora que me revelaba el secreto, todo tenia sentido aunque eso me preocupaba un poco, Aris no pintaba para ser un miembro de Sal, digo a final de cuentas el tendría que escoger lo que más le gustara o en lo que fuera mejor pero en verdad me gustaría que estuviéramos del mismo lado, creo que pensar en todo eso, me hizo distraerme y por poco un libro terminaba en el piso.
-Ups!- Exclamé atrapándolo en el aire y solo miré a Kodran soltandole una risilla nerviosa, luego hice un puchero y usando magia, levanté el libro con telekinesis y lo apilé junto a los demás, así fui haciendo con todos, de esa manera no tendría que subir y bajar de la escalera.
-Entiendo...- Respondí haciendo un pequeño puchero pero tenia que tener fe, Taylor era igual de travieso y peleonero y de todas maneras estaba en Sal, me daba mucha curiosidad preguntarle si sabia algo de Aris pero no estaba seguro de si quería escuchar la verdad.

-¿Desde qué edad les hacen las recomendaciones?¿Puede ser que desde los 8 ya tengan una idea?- Si, cada cosa que decía apuntaba más a eso pero no! No lo haría! Dejaría que Aris creciera un poco más y que el mismo me contara.

-Tal vez no lo hizo, en venganza por todas las travesuras que le hice...- Le comenté a manera de broma. -Ella me castigaba más que usted.- Agregué divertido.

-Había veces que me ponía una runa en el brazo y si hacia un hechizo, el que fuera! sentía como si me pellizcara! Eso o me dejaba sin magia...-

Kodran miraba atentamente al muchacho mientras le respondía, hacer tantas preguntas acerca de Little Monster le hizo recordar que había dos Fenian en el rancho, así que intuyo que el temor de Noah era que su pequeño hermano no siguiera sus pasos y terminara en otra casa.

¿Por qué todos los profesores se esforzaban en hacer que todo fuera aburrido? Supongo que no me iba quedar de otra mas que aceptar sus condiciones, después de todo, no es como si pudiera reclamar, me lo había dejado claro desde lo que paso en el bosque. -Esta bien...- Contesté de mala gana pero no había podido evitarlo, eran rabietas de niños y por si no lo había notado, no era precisamente el mejor ejemplo de un adolescente o adulto.

-No parece que sea tan malo, ni usted, ni el profesor Fado. Los castigos de Fado son molestos, de hecho, ahorita de seguro debe estarme vigilando...- Escupí de repente con brutal honestidad, la verdad es que comparado a lo que otros estudiantes hablaban de Kodran, casi parecía ser mas como un mito, precisamente por eso estaba asustado cuando llegué pero la verdad es que el castigo e incluso la conversación había resultado bastante amena...

-Casi todo mundo dice que es un monstruo y que cuelga a la gente y los tortura y esas cosas. Y pues, esto no estuvo tan mal.- Agregué, evitando dar nombres, si lo hacia, no acabaría nunca. Como sea, estuve así trabajando por varios minutos mas hasta que empecé a cansarme y a sudar por tanto subir y bajar escalares, así que al final me quedé parado al lado de la mesita tomando un poco de aire y bebiendo algo lo que estaba ahí. Ya casi había terminado de sacar los libros, ahora solo tenia que limpiarlos y después regresarlos a donde estaban.

Diablos! Era mucho trabajo todavía...

Y la palabra clave era: Permanentes. No sabia si sentirme afortunado o peor, al menos de una cosa estaba seguro, no me iba matar...puede que en algún momento quiera hacerlo pero no DEBIA por múltiples razones. Me le quedé viendo todavía repasando mentalmente lo que había dicho y aunque tal vez no debí, no pude evitar soltar la pregunta.

-¿No me va colgar la próxima vez o si?- Dicho esto, seguí tomando un poco de lo que estaba ahí, había decidido tomar un pequeño descanso antes de dar el ultimo estirón. Ya no faltaba tanto para acabar, ahora que casi tenia todos los libros liberados, limpiar seria lo mas rápido del mundo, el otro problema, seria regresarlos y había otra cosa más personal que también quería preguntarle, eso me había saltado por la forma en que hablaba de todos.

-¿A usted le gusta que le tengan miedo? ¿Por qué?-