A pesar de todo lo que había pasado en el instituto en los días pasados, de todo el sufrimiento, tragedias que se atravesaron y heridos que hubo....había lugar para la felicidad en el Instituto. Esos días eran los mejores para sanar las heridas y demostrar que, a pesar de todo lo ocurrido, siempre podrían seguir adelante si se mantenían juntos, y era algo que un cabeza dura había olvidado hasta unos pocos días antes de estos, por lo cual tenía mucho trabajo y tenía que hacerlo pronto.
Sin perder tiempo, comenzó a hacer preparativos para la noche especial, y un esmero especial se notaba en todos los detalles del mismo ya que era para una de las personas mas especiales para el, y que había estado con el desde...siempre en realidad. Ya llegado el día, un par de horas antes de la nieve de colores, el puercoespin lleva casi corriendo a su hermano con muchos ánimos hacia el lugar de su sorpresa.
- Vamos, querrás ver esto!
Le dice mientras continua jalándolo con los ojos vendados.