Una noche como cualquiera

La noche anterior había sido demasiado intensa. Korven se percató de sus verdaderos miedos: quedarse solo y volverse un monstruo. Ciertamente el segundo era algo nuevo, desde que Gustav murió, todo fue muy raro. Ahora estaba más tranquilo, pero sabía a cierta ciencia que era muy dependiente de las acciones y decisiones de los demás para poder tomar las suyas propias. Korven sería siempre el último en comer de un delicioso pastel, pero si alguien le ofrecía un pedazo extra, lo aceptaría sin pensarlo dos veces. Era un tipo decidido, pero acomedido. En las batallas, era más considerado como un táctico, pues podía evaluar las situaciones muy bien y escoger la mejor estrategia.

Era de noche, y Korven estaba vestido con el nuevo uniforme, el de los Neo-Exorcistas. Algo había escuchado de los Neo-Exorcistas de hace algunos años, pero no estaba seguro qué fue lo que pasó con ellos. Según él, algunos murieron, otros regresaron a su hogar y no recordaba quién del cuerpo académico inclusive solía ser parte de ellos, y es que lo desconoce porque realmente nunca estuvo interesado en ello, era ciertamente como una historia muy trágica. Esos chicos habían aceptado formar parte de los Neo-Exorcistas así como él, pero realmente todos estaban conscientes de las consecuencias? Jyrki y él ya habían formado un pacto para proteger la escuela si significaba sacrificar su vida.

Jyrki, pobre niño. Korven tuvo que usar su mala magia blanca para acomodarle la mandíbula y usar otros hechizos para reparar todas las repisas que rompió a la hora de lanzar al elfo. En cambio, Korven carga con el golpe que le hizo Jyrki, como un recordatorio para mitigar su lado obscuro. Si se anda paseando por ahí con esa aura, es probable que alguien le llame la atención, pero ahora iba a ver a alguien a quien quería mucho.

Korven observaba su teléfono quedó de verse con Gustav a las 20:00 en el techo del edificio de artes. Faltaban tres minutos para ello. Korven estaba solo, lo cual no lo molesta. La soledad a la que le teme es a no tener a quién querer ni que lo quieran, y de repente extrañó mucho a su familia. Estas vacaciones de invierno no fueron suficientes para ir a Laponia, y menos con la situación actual.

No había visto a Gustav en todo el día anterior ni este, pero por fin lo vería, y estaba muy emocionado. Tenía escondido un pequeño regalo por ahí.

Gustav paso la mayor parte del tiempo libre de ese dia en la cancha de mugby, para sorpresa de mucho, sin hacer nada practicamente, solo caminaba al rededor de la cancha. No tenia cabeza aun para lo que habia pasado en la prueba que el directo le puso. Si bien el tenia la idea de que no queria que lo que le hicieron a el se lo hicieran a sus amigos, jamas penso que lo provocara el mismo hombre y con "su cuerpo", como si el hubiera sido el que lo provocara. Cada vez que lo recordaba, daba un pisoton muy fuerte que movia las piedras a su alrededor.

Tras horas y horas de caminar el chico vio que se acercaba la hora de su encuentro con Korven. En ese momento, el chico tenia sentimientos encontrados con el. Si bien ambos pasaron por algo muy pesado, esperaba que se abriera con el. -Pues, por algo me queria a su lado no...?- Se decia mientras caminaba al edificio de artes. Saludando a algunos compañeros, noto que algunos se extrañaban por el uniforme de neoexorcista que portaba. Suspiro llegando al edificio. -Pues bueno, al menos esta vez si nos veremos- Se agacho de hombros al entrar.

Gustav camino lento al lugar, incluso noto que subiendo al tercer piso ya eran las 8:03. En otras circunstancias, su sentido de la puntualidad lo habria torturado desde hacia minutos tal vez horas en que llegaria tarde si no se apuraba. Pero el hecho de que hasta ese momento no habia sabido nada de el, lo tenia algo irritado. Al fin, a las 8:10 abrio la puerta que daba al techo, camino lentamente, con las manos en los bolsillos mirando con la cabeza agachada a su amante. -Perdon... llegue tarde- Dijo en un tono un poco apagado, dandole un beso en la mejilla.

Korven sonrió al sentir a Gustav, lo tomó del brazo y se posicionó de tal manera que pudieran estar frente a frente. Korven tenía dibujada una sonrisa en el rostro, que desapareció de golpe al ver el atuendo de Gustav.

-Ay. no... tú también...

Korven sintió como el corazón le comenzaba a latir a mil por hora. Su deseo de preservación no sólo era para el mismo, sino para su manada, y si bien Gustav podría ser muy fuerte, ya demostró haber muerto dos veces, al menos. Sintió la necesidad de ir a gritarle a Furukawa lo que estaba pensando en ese momento, que quizás Gustav no sería el mejor elemento para los Neo Exorcistas, aunque después suspiró conformado con la idea de que si lo eligieron, fue por algo.

-Bueno... ahora puedes estar seguro que yo te voy a cuidar la espalda si nos metemos en algún lío.- dice Korven mientras juega apesumbrado con la bufanda cerceta de Gustav.- Si eres Neo Exorcista, supongo que tú también tuviste una noche horrorosa como la mía. ¿Cómo estás, Gus? ¿Me puedes perdonar por no haberte respondido ayer?- dice mientras le da un abrazo a su novio.

Gustav no se habia percatado hasta oir la voz de Korven. No le sorprendia que el tambien fuera seleccionado para la tarea que el director les pidio, pero eso no quito que dejara de preocuparse por su novio. -Jeje, si, parece que taremos mas unidos.- Sonrio tenuemente el chico mientras abrazaba a Korven, asintiendo tenuemente con la cabeza, en respuesta a su pregunta de perdonarlo.

-Pues... la verdad es que si.- De repente, pensar en la prueba que paso lo hizo sentirse muy incomodo. Mas que nada por recordar que hasta el estuvo involucrado. Gustav abrazo muy fuerte a korven, y no lo solto en un largo rato, no le dio la cara, solo recargo su rostro en el hombro del nahual, pensando que si con alguien podia desahogarse, ese era el.

-Fue algo muy... revelador, darme cuenta de mis temores.- Gustav dejo de abrazar a korv y lo tomo de la mano, invitandolo a sentarse. -Cuentame un poco de lo que viviste bebe...-

Korven se queda mudo. Sabía que podía confiar completamente en Gustav pero no quería preocuparlo. Se sentó junto a él, tomándole la mano y recargando su cabeza en su hombro.

-Preferiría no hacerlo, me da mucha vergüenza, es algo muy mío. Sólo prométeme que estarás conmigo y a mi lado, y que me permitirás cuidarte y defenderte de ser necesario. Al pedirte esto, mis miedos no se llevarán a cabo. De igual manera, tú no tienes que contarme los tuyos si no quieres, yo lo entenderé. Solo dime si puedo hacer algo para ayudarte.

Korven estaba muy avergonzado. En su cultura no se habla mucho de los miedos y emociones de uno, solo se demuestra la unidad que se tiene el uno hacia los otros y de esa manera, todo estaba resuelto. Por eso le fue tan difícil la muerte de Gustav, porque no quería/podía decirle a nadie que se había quedado con emociones inconclusas hacia él.

-Si hay algo...- Gustav miraba a Korven y recargo su cabeza junto a la suya. -No te quieras llevar toda la carga aqui, somos un equipo, nos protegemos ambos, no nada mas tu. dejame cuidarte tambien.- Su voz sonaba mas tranquila, se sentia descansado por no tener que hablar lo que vivieron, lo que queria era saber que hay confianza entre ambos.

Acto seguido, beso a su novio, por un largo rato bajo el manto de las estrellas y nubes nocturnas. Despues lo abrazo recostandose en el piso con el, mirando sus uniformes. -Me da curiosidad ahora... quien mas estara en... pues, esto?- Enarco la ceja mientras pellizcaba su traje señalandolo. -Viste a alguien? en el campo de mugby estaba muy distraido con mis pensamientos, pero de lejos vi 2 chicos con este atuendo...-

Korven le da vueltas a sus recuerdos. ¿Habrá visto a alguien?

-No... no creo haber visto a nadie. Tú y yo sabemos qué es ésto porque se nos explicó y es algo así como un secreto y bla bla bla, aunque no creo que lo sea por tanto, todos alguna vez han escuchado algo de los Neo Exorcistas de... ¿hace qué? ¿Diez, quince, veinte años? ¿Tú sabes algo de ello? Y estoy seguro que alguna maestra fue parte de ellos, quizás podamos ir a pedirle consejo. ¿Caroline? ¿Sloan? ¿Clémentine? ¿Piensas que es prudente ir a preguntarles o vamos a la biblioteca a buscar algo? ¿Tú qué dices?

Korven estaba intrigado. Había aceptado, igual y de todas maneras ya tenía predispuesto entregarse de lleno a crear una estrategia ofensiva contra aquellos que se les ocurriera atacar el instituto. El saber un poco de la historia de los Neo Exorcistas le serviría para prepararse mejor con anticipación.

-Alguna vez...- Se encogio de hombros recordando la platica que tuvo con la doctora. -Clementina me menciono sobre ellos. Ella fue una neoexorcista, y se que le molesta mucho el tema. Pero creo que si vamos a hacer esto, no esta de mas que pues, preguntemos... seguramente me matara al verme asi.- Dijo riendo un poco, para no sentir tanta tension.

-Vamos mañana temprano, si bien nos va, solo nos sacara a patadas de la enfermeria... y servira para que de de baja el servicio como ayudante.- Suspiro muy ondo, poniendole el brazo encima a Korven. -Quiero dormir contigo hoy.. asi- Terminando eso, un tono rojizo se hizo presente en su cara, y sello sus labios. Como quien dice "Le salio del alma".

Korven escuchaba a Gustav. ¿Era Clémentine la que fue Neo Exorcista? Habría que ir a preguntarle, pues sería bueno saber algo acerca de ellos. De repente, recordó que había una prueba, pero de repente las suaves palabras de Gustav lo hacen reaccionar, y de repente su novio lo besaba. Se despega por un momento y le busca la mirada con una mirada cómplice.

-Mañana hay que buscar a Clementine y preguntarle acerca de los Neo Exorcistas, el "no" ya lo tenemos, así que no perdemos nada con preguntar, y por otro lado... alguna vez hablé de ésto con Jyrki. Si le das permiso, él se va a dormir a tu cuarto y nosotros nos quedamos en el mío. ¿Cómo ves?

Gustav asintio con la cabeza, el mismo estaba muy sorprendido por su misma proposicion. Iba con un aire muy deprimente sobre el y sin darse cuenta ya estaba todo rojo de apenado. No penso que el seria el primero en, pues, dar ese "pasito".

El chico le rasco el menton y le asintio con la cabeza. -Si bueno, no tengo ningun inconveniente, ahorita estoy solo en mi habitacion, en un par de dias tal vez uno de los alumnos menores pase a mi habitacion. asi que no tendra quien lo moleste.- Miro sus ojos y le regalo una sonrisa traviesa. -Y cuando podamos salir de tu habitacion iremos con clementine.- (su rostro parecia esto >//w//¬)

Korven de inmediato saca su celular y le escribe a Jyrki. Era muy probable que no pasara nada entre los dos chicos porque uno era un reno y el otro una lata, pero con un poco de magia y el hecho de que Gustav estaba recobrando sus sentidos, al menos algo se podría hacer.

Jyrki recibe un mensaje de Korven explicando lo que alguna vez ya habían acordado antes. Un homólogo a colgar la corbata en la manija de la puerta. Cuando Korven le explicó a Jyrki que se podía quedar en el cuarto de Gustav y que estaría solo, para él fue un completo alivio. No es que no le guste socializar, pero su naturaleza callada era muy incómoda para las demás personas y por lo tanto, para él también.

-Listo...- dice Korven mientras se levanta y se va corriendo a un arbolito que estaba en una maceta ahí en el techo, y toma una caja. Era una caja de chocolates.

-Pedí esta caja de chocolates de Suiza, supuestamente son lo mejor de lo mejor.- dice el nahual mientras los abre, un poquito desesperado, para mostrar unos chocolates hermosos, de una manufactura única.- ¿Cómo está tu sentido del gusto, Gus? ¿Ya ha ido mejorando?- dice mientras toma un chocolate y lo lleva a la boca de su novio.

El sonrojar del djinn todavia no se disipaba cuando vio venir a Korven con los chocolates. Gustav se sento juntando las piernas apenado. -B-bien, lo siento... - Ni siquiera penso en todo el dia en que su ser amado querria algo o de perdido pa demostrarle que le alegraba el verlo, aunque por un rato sintiera sentimientos encontrados por la tarde. -Perdon bebe, no se me ocurrio traerte algo o hacerte...- Se dio un par de cocotazos en la frente. -Soy el peor novio de la escuela.-

Gustav cerro los ojos y comio, asistido por su mushasho, un chocolate. Las papilas gustativas de Gustav servian a la perfeccion, tanto que sin tio como se le hacia agua a la boca y se recosto sobre las piernas de Korven. -BEBEEE DAME OTROOO.- No pudo contener la emocion, sentia que era algo practicamente nuevo para el sentir la gama de rico sabores que recordo por el delicioso chocolate. -

Por unos minutos la pareja se quedo ahi comiendo chocolates y riendo. Y a la mitad del paquete, Gustav tomo uno y de sorpresa le dio uno a Korv, seguido de un tierno y prolongado beso. -Ese fue el ultimo, quiero comer mas pero hasta llegar a tu cuarto...- Acabado de decir esto, se levanto, y cayendo en cuanta de el tono tan sugestivo en el que lo dijo se volvio a tornar rojo completamente, pero no titubeo esta vez, solo le dio la mano a Korv para levantarse. -Nos vamos, bebe?-

Korven toma la mano de Gustav y se levanta para limpiarse el polvo sin decir nada.

Una mirada penetrante hacia los ojos de Gustav, mientras da un paso hacia él y lo abraza con fuerza por la cintura.

-Jyrki dijo que se quedaba en tu cuarto esta noche. Espero que eso se necesario para probar qué tan eficientemente has recuperado tus sentidos. Todos y cada uno de ellos...- al decir eso, Korven le muerde una oreja suavemente a Gustav mientras se da la media vuelta mientras se dirige a la puerta más cercana.

Aunque cabe aclarar, Korven gritaba internamente como adolescente emocionada por recibir la carta del chico que le gusta o algo así.