Cornutomía (Privado: Clementine + Personal médico)

Korven se encontraba sentado en el consultorio de la doctora Clementine. Movía incesante su pierna derecha. Estaba muy nervioso pero había tomado una decisión que podría parecer drástica pero hasta cierto punto era muy lógica.

Su decisión de partir antes de que terminara el funeral fue lo mejor. No podía soportarlo. Escuchar a Hazel decir esas palabras... se le hacía tan hipócrita. Fue tan poco prudente, su delirio de mártir suicida lo llevó a hacer esa técnica tan peligrosa que si se hubiera muerto él, quizás hubiera sido un héroe y le hubiera llorado, pero no si se hubiera llevado a Gustav.



No podía creerlo. No podía creer que era real. Mayor... mayor... Era lo único que podía escuchar en su cabeza. Haha... ya te he dicho que no me llames así, Gustav~♫ Quizás nunca se ganó su confianza como para que pudiera dejar de verlo hacia arriba, sino que lo viera de frente.

Korven comenzó a llorar. Primero retenía las lágrimas hasta que empezaron a surgir. No podía hacer nada. La imagen del rostro sonriente de aquel muchacho con el que jugaba mugby hasta antes de que le salieran los cuernos le venía a la mente, cuando le ayudaba a pulir su armadura después de los entrenamientos, o las bromas que le hacía al abrir una lata de atún. De repente, esa ira le volvía y la pudo descargar golpeando el escritorio de Clementine, no tan fuerte, pero lo suficiente para descargar su coraje.

-¿Por qué...? ¡¿Por qué...?! ¡¿POR QUÉ?!

Korven llevo su rostro hacia sus brazos recargados sobre el escritorio, escondiéndolo en llanto.

Clementine había decidido irse después de Hazel. Las palabras eran duras, pero podía entender lo que era llevarse a la espalda la muerte de un amigo. La edad y el tiempo le habían enseñado muchas cosas, pero tal vez una de las mas dificiles era esa. Caminó tranquilamente dejando que la lluvia se llevara esa mala vibra y el mal sabor de boca de la situación. Eventualmente tendría que dar la cara a Furukawa y evitar que esto se vuelva una tragedia más grande de lo que era.

Al llegar al consultorio se dió cuenta que alguien estaba listo para su Cornutomía. El joven Palssen se había adelantado y parecía estar aun de luto. Suspiró y le dió una ligera palmada al muchaho para luego entregarle un pañuelo.
- Animo muchacho, estas muy joven para estar sufriendo así, deja ir esas malas vibras que no traen mas que cansancio...

La doctora no podía mentir. Su cabello negro demostraba lo poco feliz que se encontraba.
- Estas listo para tu nuevo peinado? - dice la mujer intentando animarlo y a ella al mismo tiempo - No estés nervioso, no voy a utilizar una cierra o algo así, prometo que será rápido y sencillo.

Korven se levanta lentamente al escuchar a Clementine. No deja de llorar, solo asiente.

El chico seca sus lágrimas. Aunque sabía que Clementine era capaz de tenerle toda la paciencia del mundo, no la haría esperar todo el día, así que respira hondo y trata de calmarse.

-Estoy listo. Cuando perdí mi cuerno izquierdo fue todo tan traumático, me sentí como el nahual más incompleto de toda la existencia. Ahora simplemente no me importa. Si normalmente soy llamativo con dos cuernos, ahora con más razón con uno. También hay que darle un retoque al cuerno izquierdo que no se cayó de raíz...

Korven respira y se para.

-Hacia donde me digas, doctora.

El joven enfermero se mantuvo pasos atras de Clementine durante el funeral, sabia que habia trabajo que hacer y su ayuda aunque casi inecesaria para alguien de la experiencia de la doctora le daria el motivo para estar presente, habia tanto que queria decirle a tanta gente.

Lentamente abrio la puerta del consultorio y entro despacio, pero casualmente, y se alisto para procedimiento como regularmente lo hacia sin decir palabra, despues de todo no habia nada que pudiera o quisiera decir.

Al ver a la Doctora y Korven se acerco a ella ¨Estoy aqui para prestar cualquier ayuda que necesites¨.

No quería realmente tener que hacerlo, pero su mana estaba frágil aun por sus emociones. Temible punto debil para aquellas mujeres Phelettier que acabaran con su felicidad. Tomó a Nick de la muñeca al acabar y lo acercó a Korven.
- Korven, no se si conozcas a Nick, es mi asistente y tambien uno de los que me ayudaron en tratarlos... Nick va a hacer tu Cornutomía con un hechizo básico... no te vayas a mover ¿De acuerdo?

lLa doctora toma la mano de Nick y la pone con la suya, observandolo.
- Nick, vas a utilizar el hechizo de Mana Negro - Scalpel.. para poder eliminar los residuos uniformes en el cuerno cortado.. y luego harás lo mismo con el cuerno que falta .. ¿De acuerdo?

Diciendo eso, el mana de Clementine se une por un momento con el de NIck, haciendo que sus dedos obtengan el hechizo de Scalpel, un pequeño halo de energia que transformaba los dedos en filosos bisturís que servian para esta clase de trabajos. su corte era tan fino que era casi imperceptible para el cuerpo.
- No te muevas querido - le dice al chico nahual - esto no dolerá nada, no te preocupes, tus cuernos no tardarán mucho en crecer, imagina que te dió un desajuste hormonal, aunque creo que eso solo pasa en mujeres.. jajajaja , lo lamento...

Bajo otras circunstancias la proximidad con la mujer le hubiese puesto nervioso, pero en luz de los eventos no se encontraba de en condiciones de darse el lujo de actuar como un idiota, asi que solo le quedo ser el mismo nick de siempre, gentil y distante.

Cuando Clemetine puso su mano sobre la de el y comenzo el hechizo solo se dejo guiar, esto es estrictamente negocios, la bromilla de la doctora en otra ocasion hubiera hecho que sonriera por compromiso pero despues de su charla con Furukawa este se sentia demasiado avergonzado para pensar en algo mas que no fuese lo que estaba frente a el, los cuernos dañados de un paciente y punto.

¨No te preocupes Korven siempre eh sido muy cuidadoso y esta no va a ser la exepcion, solo necesito que estes quieto y no hagas movimientos repentinos¨ Nick se volvio a ver a la doctora ¨No se preocupe, puedo hacer el resto del procedimiento yo mismo, no es necesario que se esfuerze de mas, porfavor¨, la miro a los ojos con palpable preocupacion al verla en ese estado con su cabello tan negro.

-Claro, no te preocupes, Nick.

No tenía por qué preocuparse, no le iba a doler nada, en todo caso, podía sangrar un poco de los mismos cuernos, pero tampoco nada para alarmarse. Por eso decidió hacerlo en el consultorio de Clementine y no hacerlo el mismo, aparte de que los cortes serían más limpios.

Aún cuando normalmente su naturaleza de reno lo llevaría a ser un animal asustadizo, emocionalmente se sentía muy mal para siquiera sentirse asustado que hasta cierto punto era trivial. Sus cuernos representaban como una especie de corona en su tribu, pero lo quisiera o no, era el mayor de Srad. Tenía un compromiso con los chicos y Gustav se le había ido.

-*sigh* Sin miedo, yo estoy tranquilo - dice Korven mientras cierra los ojos, un tanto perdido en sus pensamientos.

¨Bien, bien, al mal paso darle prisa¨ dijo el joven enfermero y comenzo el procedimiento con toda cautela cortando excedentes y aquello estrictamente necesario. ser cuidadoso era algo por lo que se destacaba y en esta ocacion no podia hacer menos que una obra de arte por decirlo de alguna manera, lo cual es logico sabiendo el aprecio que los cuernos de un reno importen en el aspecto social del lugar que viene.

¨Que raro¨, penso Nick, estando tan cerca de Clementine parecia no importarle como antes, almenos unos dias antes, no era paz lo que sentia, quiza no era nada, o quiza era que los funerales mataban el animo, de cualquier modo unos cortes mas y...

¨Ya esta¨ con un pase de su mano limpio las rebabas y limpio los cuernos, ¨listo para que sanen de manera adecuada en el menor tiempo posible espero, ahora solo debes de venir para darte seguimiento¨.

¨Puedes verte en el espejo y ver como quedo¨ le dijo a Korven, esperando el unico resultado logico, una lluvia de halagos que quiza en otra ocasion le hubiesen elevado su ego pero el dia de hoy no estaba de humor y con un gracias bastaria aunque este definitivamente habria sido uno de sus mejores trabajos de cirugia.

Korven abre los ojos sorprendido.

-¿Tan rápido? Pensé que se tardarían más...- dice Korven. Estaba tan sorprendido de la eficacia y fuerza del Scalpel que consideró inclusive aprenderlo, aunque primero se observa en el espejo. Su cabello alocado le ayudaban a tapar esa zona que ahora estaba calva en lo que le crecía cabello nuevo y después cuernos nuevos hasta el año siguiente. -Muchas gracias, Nick... La verdad es que has dejado los cortes bastante limpios- dice Korven agradecido, dándole unas palmadas firmes en el hombro con una mano mientras que la otra la pasa por su cabeza.

-Ummm... Clementine, ¿puedes enseñarme... a hacer el Scalpel?- preguntó. -Sé que probablemente no sea la ocasión más acertada, pero como hechicero negro y daggermaster, he quedado encantado y me encantaría aprender el hechizo.

Nick interrumpio al joven paciente, sentia hacerle eso, mas cuando se veia tan positivo al respecto de su cornutumia, pero su concentracion se habia terminado, habia aguantado y actuado tan normal y profesional como habia podido pero ya era mucho, sentia tener que hacerle esto a Korven, pero no habia otro modo.

¨Korven, el hechizo tendra que esperar, te voy a tener que pedir que nos dejes solos, hay asuntos importantes que tenemos que discutir¨ su cara reflejaba tanto la urgencia como una peticion sin palabras, ¨porfavor, te lo pido¨.

El joven enfermero le puso la mano en el hombro y lo llevo a la puerta sin esperar reaccion de Clementine, tampoco es que le importara mucho que ella se opusiese, hoy no, necesitaba respuestas, asi que su parte logica entro en control, almenos eso fingia.

Una ves que la puerta se cerro Nick se volteo hacia la doctora con una expesion seria, no la que ella conocia, confiado, jugueton, o incluso su supuesta cara de galan, esta no era mas que una mascara sin expresion.

¨Que carajos paso alla afuera, quiero respuestas¨, se acerco a Clementine sin rompero contacto visual, ¨te encontre tirada, inconsciente, alguien te lastimo, quien fue?¨.

Su tono de vos no era ya el de un adolescente si no el de un hombre.

Se quedo en silencio, era facil de ver que detras de sus ojos habia una mente que evaluando cada uno de los movimientos de la mujer analizando cada respuesta fisica, voluntaria o involuntaria.

Clementine se sorprendió al ver la rápida despedida de Korven y el portón de la puerta. El rostro del asistente ahora era diferente, sus facciones se veian serias y definidas en comparación a otras veces.

Tal vez nunca le había puesto atención a Nick en cosas como que su estatura era mucho mayor que cuando había comenzado a visitar el consultorio. Su voz se habia vuelto más grave y fuerte al igual que sus brazos. Cuando sintió que estaba cerca de él, ella lo observo sin decir una palabra y poco a poco sintió como sus fuerzas se iban.
- Nick... yo.. - pronunció al momento que las lagrimas comenzaban a derramarse por sus grandes ojos grises - Yo no pude detenerlo.. Nick... se fué... soy una estúpida!!

Poco a poco el cuerpo de Clementine se fué encorvando hasta recargar su frente en el pecho de Nick. No podía contenerse más, su corazón estaba grávemente lastimado.
- Soy una inutil Nick... soy una inutil!! .

La reaccion de la doctora lo tomo desprevenido, no estaba preparado para esto, por tanto tiempo el habia querido esto, su pecho se sentia caliente, el toque de la mujer lo estaba desarmando, por un momento sintio que su voluntad lo abandonaba, al diablo todos, disfruta el momento Nick, sus manos se movieron por si mismas y la abrazo como lo habia deseado desde hacia tanto tiempo.

De nuevo su cerebro logico entro, no seas estupido, reacciona, reacciona Nick, una voz interna le repetia una y otra ves.

El la abrazo, puso sus brazos alrededor de ella y dejo que la mujer reclinara su cabeza en su pecho mientras acariciaba su cabello.

Era la primera vez que lo hacia, nunca sospecho lo sedoso que era, no queria verla a los ojos, no ahora, si no la besaria y le diria que la amaba una y otra vez, estaba seguro, su mas ardiente deseo, todo su cuerpo le gritaba hazlo pero su mente le decia lo contrario.

¨si la amas, protegela¨ penso para si mismo, ¨si la amas consuelala¨............¨y averigua que diablos paso¨.

¨No eres inutil, eres la persona mas sorprendente que conosco¨. las palabras escaparon de su boca, sigio acariciando su cabello.

Por un momento tomo unos centimentros de distancia, solo lo suficiente para poder levantar su rostro por la barbilla, puso su mano en esta suavemente y la alzo, la vio directamente a los ojos, el verla asi le consumia todo su autocontrol pero debia soportarlo y seguir fuerte, por ella.

¨Ahora dime, quien se fue? quien te hizo daño?¨ le dijo en voz baja, su mirada firme, tierna, llena de autentica preocupacion.

Por dentro Nick trataba de mantenerse centrado, pero estaba al borde.

Clementine estaba en su punto, cuando sintió los dedos de Nick levantar su rostro. Sus ojos aun derramaban litros de lagrimas mientras sus palidas mejillas se ruborizaban al ver el ahora fuerte rostro de Nick.

Lo observó y escuchó por un momento, pero solo podía ver sus labios. Su corazón latía con fuerza pero solo se dejó llevar.

Tomó a Nick por la cintura y recargó su rostro en su pecho una vez mas. Aquel hombre olía muy bien en ese momento...
- Perdoname... solo necesito un momento.. - murmura entre sollozos- ¿Te molesta si me quedo aqui?

No queria pensar, no tenia fuerza para hablar.. solo queria liberar aquella angustia... desaparecer del mundo por un instante...
- Perdoname...

Al escuchar la suplica Nick la mantuvo en sus brazos, bajo su cabeza y la apoyo con la de ella, el tiempo se congelo, almenos eso queria, daria lo que fuera porque ese momento durara por siempre.

Nick saboreo cada instante, cometiendo a memoria cada detalle, su olor, el color de su cabello, la sensasion de su piel contra la de el, el gris de sus ojos y lo rosado de sus labios.

El joven respondio con su cuerpo, y la abrazo sin dejarla ir hasta que hubiese llorada hasta la ultima lagrima.

Se mantuvo en silencio todo el tiempo, no habia nada que decir, esto que experimentaba estaba mas alla de lo que conocia, jamas habia sentido algo asi y se dejo llevar por esta nueva sensacion, era como ser barrido por una tibia ola, sin miedo, nada mas existia a su alrededor, solo la mujer en sus brazos.