Lo Prometido Es Deuda ~ Taylor

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La última clase previa al receso había terminado sin muchos contratiempos. Algunos estudiantes conversaban entre ellos, mientras que Naami simplemente acomodaba sus cosas en el interior de su bolso café con diseño de gato y se acomodaba la falda, mirando de reojo a los alumnos de la zona trasera. Se levantó de su asiento preferido, el tercero de la primera fila, y colocó el bolso al hombro para dirigirse luego de eso hacia la cafetería. Era un lunes normal que había transcurrido sin muchas preocupaciones, para el resto; claro. Ella por otro lado tenía demasiados deberes pendientes que aun se esforzaba por realizar.

Sus pasos eran seguros, como si nada de lo acontecido la semana anterior hubiese sido real; como si todo hubiera sido una ilusión. Miró de reojo a sus compañeros antes de introducirse a los largos pasillos del Instituto. Pasó por donde había sido atacada y simplemente bajó la cabeza. A pesar de todo; el miedo sería un reflejo imborrable. Cuando dobló en otro pasillo pudo elevar la mirada con firmeza y caminar hasta finalmente encontrarse a lo lejos con la cafetería. No estaba segura de cómo terminaría todo eso, pero al bajar la mirada hacia sus pies y mirar los vendajes en su tobillo, aun con las calcetas encima, le hizo saber que no podía simplemente retractarse.

Lo lastimado se había marchado, pero el vendaje era para abrigar un ungüento especial de Clementine que protegería la zona por un tiempo. Mordisqueó el interior de su mejilla derecha y mientras caminaba observó murmullos cerca. Aun bastante lejos de ella supo que Hazel, Sebastyan y Gustav se dirigían cerca de la zona, por lo que sin pensarlo demasiado apresuró su caminar, dirigiéndose lo más rápido posible a la cafetería. Buscó con prisa una mesa para dos personas y al encontrarla soltó el bolso sobre el asiento. Se mantuvo de pie, esperando impaciente ver a Taylor cerca. Si la miraban con alguien, seguro los muchachos del equipo no se acercarían. Aun no quería verlos. Estaba demasiado nerviosa. En la cartera de kuromi aun yacía la chocorana que Hazel le había enviado con una nota que la citaba a un entrenamiento un rato atrás.

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Viernes...
Sabado...
Domingo...
Lunes...

LUNES....

LUUUNEEESSS...

Taylor al fin tenia la cita-eh-desayuno que la Nahual había prometido. Toda esa mañana no puso atención a ninguna de las clases, solo pensaba en lo mucho que se divertirian...

Entonces fué cuando se dió cuenta que era un estúpido. Suspiró y se dió cuenta que se estaba construyendo castillos en el aire y comenzó a calmarse. Para las 9 se había dado cuenta que tal vez debería tomar las cosas mas tranquilas.
"Unos ojos tan lindos no van con un puerco como yo, no? jejeje..."

Tomando las cosas con calma, el demonio esperó a que fueran las 11. Los nervios se habían transformado en tranquilidad y decidió avanzar hasta el punto de reunion. Pasó por los bebederos y se echó agua en el rostro. Era un demonio con metabolismo alto y siempre estaba caliente -literalmente- por lo que una refrescada no le caeria mal.

Al llegar a la cafetería vió por todos lados en presencia de la Nuker hasta encontrarla. Sonrió tranquilamente al verla y caminó hacia ella.
- Hey Nuker - dice en forma de saludo acercandose a ella -Ya llegué, ¿Me extrañaste?

"Nah, encargate de ayudarle, pero no te emociones.. probablemente ya tenga quien le guste... al menos ya lograste ser su amigo, bien hecho "Tay Tay"..~ "

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Con algo de impaciencia buscó en su bolso el lip gloss, pues el que había colocado en la mañana hubo desaparecido lentamente con las horas. Retocó aquello y se miró al espejo, con curiosidad. Acomodó un mechón de cabello que sobresalía de su broche violeta que se encontraba al costado derecho de la cabeza con forma de una mariposa no demasiado grande. Su mirada se encontraba inquieta cuando finalmente se apareció Taylor por un costado. Una casi imperceptible sonrisa se dibujó en sus labios ahora brillantes y sintió alivio. Si llegaban Hazel, Sebastyan o Gustav, ya no estaría sola.

El peculiar saludo le arrancó una risa sarcástica, tras la cual sonrió de lado y, colocando el gran bolso de chococat sobre el asiento de nuevo, se colocó la mano derecha sobre la cadera. -He pasado noches en vela por no haber conversado contigo.- Ironizó antes de buscar su cartera para luego lanzar un pequeño soplo al bolso que lo protegía en caso de cualquier broma con un hechizo ya sabido de memoria. -¿Vamos a cumplir el trato?- Preguntó refiriéndose a la comida que ella había quedado de comprar. La verdad tenía hambre. El día viernes había comido demasiado, pero sábado y domingo apenas hubo probado alimento, por lo que ahora necesitaba recargar combustible.

-¿Cómo te va con tu nuevo carrier, gladiador?- Preguntó con sarcasmo mientras se adelantaba con una mano sujetando la cartera y la otra tomando el brazo contrario. -He escuchado que aun usa pañales.- Soltó mirando hacia atrás para sonreírle burlonamente. Para ella eso era simplemente una victoria servida en bandeja de plata.

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Taylor soltó una sonrisa al sentir el brazo de la Nuker tomar el suyo. Comenzó a caminar con ella mientras se acercaban al area de comida. Bufó un poco al escuchar como se expresaba de Noah, no era tanto que se burlara de él sino del grupo. La vida de Taylor era el mugby y no dejaban de ser sus mas acerrimos oponentes.
-Sí los usa... - murmura el portier viendola maliciosamente - ¿Y el tuyo? Yo escuché que su portier le hace la tarea...

Comenzó a tomar algunos platillos. Poco a poco fué llenando su charola y comenzó a tomar tambien la comida de Naami. Sin darse cuenta sentía como si estuviera acompañando a Maggie y aun cuando no supiera que eso era ser caballeroso, le brotaba por inercia.
- Yo pago.. - dice al entregar el dinero antes que ella - Tomalo como una venganza por la gomita babeada... que por cierto estaba rica.

El portier avanza hasta la mesa que había encontrado, un niño se acercó como queriendo hablar con Naami pero el rostro de Taylor fué suficiente para espantarse. Le dejó la comida que había tomado y le movió la silla para que se sentara. Acto seguido camina al otro extremo y se tira. Su estomago se había estado quejando hace ya algunas horas.
- Muero de hambre! - gruñe Taylor saboreandose - Me comería una vaca si pudiera... agradezco no conocer Nahuales bovinos, jajajaja- observó a la nuker por un momento y le sonrió. Se sentía muy feliz de estar hablando con ella, no pensaba que la chica seria y tosca de los Srad estuviera en su mesa. - Y bueno... ¿Como sigue tu tobillo?

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Sonrió divertida por el comentario sobre Hazel, girando el rostro para mirarlo. -Sí, le hacen la tarea porque se entrena todo el tiempo para poder ganar por tercera vez.- Comentó al respecto, antes de observar la comida que iban a coger. Había mirado comer a Taylor, por lo que al ver lo que hubo escogido ella tomó un par de cajitas más, quería comer sin problemas, por lo que era mejor que sobrara a que faltara. Cogió una papa frita que se llevó a la boca y abrió la cartera, pero antes de sacar su efectivo escuchó las palabras ajenas y la ceja izquierda se alzó con curiosidad. Eso no era parte del trato, ¿qué tramaba el demonio?

Antes de poder reprochar un tono rojo incendió sus mejillas. Usualmente su rubor en polvo evitaba que los sonrojos se notaran, pero ese no era un sonrojo tierno como cuando miraba a su capitán, ¡ah, no! Era un sonrojo de indignación por el comentario tan incómodo que acababa de escuchar. Se mantuvo parada en su sitio mientras el más alto avanzaba hasta su respectivo sitio e hizo puño su mano libre antes de cerrar la cartera y comenzar a casi correr para alcanzarlo. Al llegar al lugar colocó las dos manos sobre la mesa estrepitosamente.

Cuando aquel mocoso se acercó Naami se preparó para alejarlo salvajemente, pero el mayor le ganó la jugada. No me cambies el tema, gladiador. Pensó frustrada antes de ver que le ofrece asiento. Infló la mejilla derecha y se acomodó sobre éste para luego planchar la falda con las manos y mirar a Taylor despectivamente. Inconscientemente miró a los lados para buscar alguien que se burlara de ellos. Tal vez todo eso era un plan del otro para hacerle una broma pesada y humillarla con su equipo o algo así.

Sin embargo la pregunta del tobillo la hizo paralizarse un momento. ¿En verdad estaba siendo amable con ella? Miró de reojo su pie y metió la cartera al bolso antes de coger una cajita de fruta con queso cottage y miel. -Está mejor. Aunque el fin de semana tuve fiebre.- Soltó inconscientemente mientras abría una bolsita transparente que tenía dentro un tenedor, una cuchara y dos servilletas. Se quedó en pausa un instante con el tenedor en la mano preguntándose por qué le informaba sobre eso. Sin embargo al final sólo lo miró de reojo para coger un trozo de fresa con queso y miel que se llevó a la boca para saborearlo con rapidez. Al terminarlo se limpió la boca con cuidado y miró a Taylor. -Los domingos no te veo comer aquí.- Comentó sin mucho interés, al recordar ese pequeño detalle que había notado hacía un tiempo.

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Taylor se sorprende al escuchar lo de la fiebre. Observó los ojos de la Nahual y se sorprendió de la naturaleza de esta. Sonrió un poco al escucharla sobre el domingo por lo que tragó lo que estaba comiendo antes de contestar.
- Los domingos salgo con mi novia - responde con una sonrisa mientras cerraba los ojos - Tengo una hermana, se llama Maggie. Es una pequeña demonio... literalmente .

Tal vez era la primer persona que le preguntaba eso y a la primera que le podía contar sobre su hermana. Normalmente los dialogos con los demas terminaban en ordenes de Mugby o peleas. Por algo la fama que se había ganado. Tragó otro pedazo de carne como intermedio y regresó su mirada a ella. Sonrió otra vez tranquilamente como si estuviera perdiendose en una idea.

"Osea que aun con tu veneno, fluye sangre tibia por tus venas.. ¿eh?"

- Deberías tener cuidado con eso de la fiebre, estas todavía algo debil de lo que sucedió el primer dia... - murmuró tomando un poco de refresco - Come bien y duerme tus horas... -

Un silencio se interpuso entre las palabras del demonio y la chica. La observo con seriedad pero estaba tranquilo.
- Y deja de pensar cosas negativas...

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Tomó una uva con el tenedor y la masticó antes de escuchar el comentario sobre la novia. Observó con curiosidad a Taylor, de forma incrédula. Posiblemente pudiese tomarlo él como un impacto extraño, pero en la mente de la rubia la duda era; ¿cómo una chica podría aguantar su actitud de patán todo el tiempo? Además no lo había visto con nadie de esa forma en esos años, por lo que se mantuvo expectante hasta que supo que se refería a su hermana. Pero entonces su expresión no fue precisamente de alivio, si no que se tornó seria. -¿Una hermana?- Cuestionó instintivamente al limpiarse la comisura de los labios para luego seguir devorando la fruta con calma.

Mientras él daba su discurso sobre los cuidados ella bajó la mitad de la fruta y posteriormente lo miró de reojo. Se lo pensó antes de responder pero finalmente separó los labios tras un rato de silencio, soltando una risa burlona antes de coger una papa frita que se encontraba en una pequeña cajita de cartón especial y la arrojó contra la mejilla del portier. -¿Es acaso que tu coordinadora estudiantil te está ablandando? En un año te veré haciendo mariposas con mana por toda la escuela.- Soltó venenosamente antes de dejar la fruta un rato para beber medio vaso de jugo de naranja de una sola vez.

-Y no te preocupes, sólo me faltaba comida. Por eso hoy me saciaré. Aunque odio quedar debiendo cosas, gladiador.- Musitó entrecerrando los ojos para luego tomar una uva llena de miel y arrojársela también al rostro. -Y eres un cerdo, por cierto.- Aseguró al recordar lo de la gomita, llevándose el dedo índice y pulgar a los labios para lamerlos y quitar la miel que había quedado en ellos por tomar la uva con estos.

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El primer ataque saca de onda al chico. La mujer soltaba veneno cada que pudiera y tenia para todos. Ahora la había llevado Rhia y eso le daba algo de risa.
- Dicen que no hay nada mas sexy que un doctor, si te portas bien, hasta te dejaré que me invites para hacerte un chequeo general - dice el portier con una sonrisa maliciosa. Justo para recibir el segundo ataque el cual atrapo con los labios.

Dejando la comida en ellos se quedó viendo a la chia.
- Gracias! - para luego abrir la boca y comerse la uva. - Sea lo que sea, portate bien... recuerda que prometiste portarte arrogantemente horrible cuando volvieras a tu habitual veneno... por cierto que bien te ves en falda.. eh? jejeje..

Comenzaba a sentirse aun mas tranquilo. Probablemente terminaría odiandolo pero pues ya era lo ultimo que le importaba.
- Ah... cuando me gradue lo que más extrañaré de Furukawa será la carne de Doña Juana.. - dice Taylor agarrando un bisteck y arrancandole un pedazo. [color=#62c6ff]- ¿Tu que piensas hacer acabando aqui?

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¿Sexy un doctor? Sexy un jugador de Mugby profesional; pensó. Pero no dijo nada, porque entonces el portier se iba a creer demasiado por ser un jugadorcillo medio. -A mí todo se me ve bien.- Musitó mirándolo de reojo antes de morderse la lengua. Ese tipo de comentarios no salían de su grupo de amigos, ¿qué hacía de pronto conversando animadamente con Taylor, que, aparte de todo, era su rival? Tomó el resto del jugo y cogió una orden de sushi que comió con palillos. Uno de los que hubo colocado ella en la charola. Amaba el sushi, en especial el que preparaban ahí, aunque desconocía la nacionalidad de la cocinera.

-¿Saliendo de aquí?- Preguntó tras acabar un bocado, mientras mojaba otro trozo en aderezo especial. -Jugaré Mugby.- Soltó sin pensarlo demasiado, comiendo entonces su alimento. Era la verdad, para ella sus intenciones eran esas, convertirse en jugadora de Mugby profesional tras terminar el Instituto. Aunque quién sabe, en su casa querían que tuviera una carrera universitaria “decente”. Torció los labios de sólo pensar en ello y luego miró al más alto. -¿Tú?- Aún no se creía que estuvieran conversando juntos, pero tampoco era nada tan malo.

Por un momento recordó el nombre de la hermana de Taylor y volvió al pasado. Alemania, una noche de tormenta. Una bebé con el rostro enrojecido por la fiebre y ella de tan solo cinco años tomándole la mano fuertemente. Se llevó otro bocado a la boca para borrar esa imagen, intentando no expresar sus emociones.

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- No esperaba menos de ti - responde el demonio continuando la conversacion - Creo que si la librarías en el Mugby profesional. Por lo menos podrias ser mi aguadora, jajajaja -

¡Hasta en eso el destino le jugaba feo! Al igual que Naami, él tambien deseaba jugar Mugby profesionalmente. Sonrió un poco antes de proseguir.
- Pues, primero haré pedazos a Srad en el torneo interno de Furukawa de este año para cumplirle la promesa a Maggie... -

Su rostro se llena de determinación al decir esas palabras. Toda su virilidad y hombría estaban de por medio.
- Le prometí que este año comería cereal en la copa del campeonato! Ya solo me quedan dos años de juego y no lo he logrado...

Pensandolo bien, uno de los culpables estaba frente a él, pero siempre estaría primero su propia falta de entrenamiento, su ausencia de buenos jugadores o la mala coordinación de la fraternidad de sal antes que a sus oponentes. No había mejor satisfacción que luchar contra la casa roja, pero era imposible que ellos supieran eso... o no?
- Pero con ustedes en frente es algo dificil.. jeje... - responde desviando un poco la mirada - Maldito Nuker que tienen ustedes si que la arma...

Soltó un bufido y siguió comiendo. Comenzaba a frustrarse por todos los problemas en su cabeza, pero no era momento para eso. Decidió cambiar el tema, mas bien, regresar al tema del futuro.
- Tambien quisiera casarme con una linda chica... entregarle mi corazón en llamas y que haga lo que quiera con el... -

"Eres un idiota.. porque sacas un tema amoroso? ..."

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Soltó una risa sarcástica ante el comentario de hacer pedazos a Srad y tomó un vaso con sprite para darle un trago que casi se le atora al escuchar la mención de Maggie. Consiguió fingir que era por el gas y se limpió rápidamente la boca para seguir escuchando. Te prometo que todo va a estar bien. Bajó la mirada y sonrió de lado, para hacerle saber que seguía escuchando, pero perdiéndose en recuerdos dolorosos de pronto. Pasó saliva y se mordió el labio inferior para luego seguir comiendo sushi. Era un poco incómodo escucharlo hablar así de su hermana. Comenzaba a creer que su alma era oscura, llena de envidia y odio.

-La única forma en que puedas cumplirle eso es que te unas a Srad y pidas lugar de jugador suplente.- Comentó con sarcasmo, comiendo luego un bocado. Tras terminarlo lo miró a los ojos, sintiendo una opresión en el pecho. -Eso claro, si Hazel te presta la copa cuando los titulares la ganemos.- Finalizó bajando la mirada. No había sido agradable decir eso. Juntó las puntas de sus propios zapatos antes de buscar una papa frita. De pronto se había escapado su hambre y eso no era bueno.

Sin embargo, justo cuando todo comenzaba a volverse incómodo él cambió el tema, arrancándole una risa burlona. -¿Corazón en llamas?- Preguntó divertida, comiendo otra papa frita para luego limpiarse los dedos con una servilleta. -Yo no tengo ese tipo de planes, gladiador. Sinceramente no creo que alguien tenga el valor de imaginarme como esposa.- Soltó con ironía, dibujando la sonrisa de Hazel en su cabeza. Sí; él jamás se fijaría en ella de esa forma. -Usualmente los chicos buscan tontas como tu nuker o actrices de programas infantiles, como tu coordinadora.- Se encogió de hombros. Había visto a Hazel mirar a Rhiannon, no era tonta.

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Taylor siente las pedradas de la nuker. El veneno de su boca no dejaba de ser doloroso y horrible.
- Guacala Srad - respondió inconscientemente - Prefiero ser la perra de Fado que estar en tu equipo...

Cuando se dió el cambio de tema su corazón seguía latiendo con fuerza, pero no tanto como el impacto que le dió escuchar a la nuker decir que no sería buena esposa. Fué como una broma de muy mal gusto pero no pudo evitar soltar una carcajada que casi lo hizo escupirle en su cara.
- JAjajajaja te la bañas - responde pasandose con dificultad el trago - Tu que sabes de que es lo que yo busco! ¿Qué dirias si te dijera que busco mujeres como tu? Con eso de que me gustan tontas... jajajajaja

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Con rapidez la menor se cubrió el rostro con un brazo, sintiendo demasiado probable el baño de babas y comida. Sin embargo se sorprendió por la risa. Había imaginado que él estaría de acuerdo en aquello, por lo que se rumoreaba de ella en la escuela. Se limpió bien los dedos para acomodarse un mechón de cabello tras la oreja y volver a atacar la fruta mientras él hablaba. Le sorprendió demasiado escuchar la primera parte. ¿Mujeres como ella? Se quedó con el tenedor a mitad del camino, antes de mirarlo con reproche por la forma en que continuó. -Eres un idiota.- Soltó para luego comer el trozo de manzana y negar con la cabeza.

Cuando hubo terminado bocado se limpió los labios. -Si te gustan las tontas entonces no tienes nada qué hacer aquí. Para una, tu nuker.- Atacó encogiéndose de hombros. En realidad esa mocosa principalmente era su rival, en segunda detestaba lo feliz que estaba siempre, como si todo en su vida fuese perfecto. -Y bueno, no creo ser tu tipo, gladiador. Además de que a ningún hombre le gusta que su chica sea mejor que él.- Rió un poco, comiendo luego más fruta. Eso era verdad, ella lo había visto muchas veces, y aunque en realidad no se sintiera mejor que él en muchos aspectos, tenía que contra atacar. Era su forma de sobrevivir en el mundo real; atacando. Ya había recibido muchos golpes para seguir sin protección.

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- De hecho... - dice Taylor comiendo tranquilamente - No, no eres mi tipo...

No entendia porque decia eso, probablemente para darle la tranquilidad a la chica y no tuviera que pasar por el incomodo momento de "seamos buenos amigos". Era la primera vez que en verdad hacia esto, con otra clase de chica simplemente hubiera seguido asi aunque lo botaran. Tal vez sentia que si atacaba tan directo a la mamba esta solo soltaria veneno y escaparia... tal vez por eso le gustaba.

"Escurridiza como un reptil... jeje"

Sonrio maliciosamente y nego con la cabeza.
- Estas bien mensilla... - dijo robandole una uva cubierta con miel - Creo que ya el simplemente el hecho de que una chica se fije en mi es mucho... entonces no te preocupes, Nuker, aun cuando comencemos a salir seguire siendo tu fan y no me da miedo decirlo.

Le guinio un ojo al decirle esto, no podia dejar que al Nuker fuera la unica soltando ponzonia. Fue entonces cuando se dio cuenta lo mucho que le gustaba que le dijera idiota en ese tono.

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Por alguna extraña razón escuchar que no era su tipo hizo que Naami mostrase un semblante serio por tan solo un momento, antes de coger un vaso de agua y dar un trago largo. ¿En verdad era así? Qué tonta, pensó, siempre había sido así. Su actitud para con todo el mundo era hostil y venenosa, eso debería haberlo visto venir. Pero por alguna razón escucharlo tan directamente simplemente le hacía sentir más alejada de la posibilidad de tener algo qué ver amorosamente con el capitán de su propio equipo.

Al mirar la mano del portier robarle una uva la atacó con el tenedor pero no alcanzó a picarlo. -Pues la verdad, espero sigas siendo mi fan cuando gane el torneo de Mugby de nuevo.- Soltó sonriendo, haciendo énfasis en las últimas dos palabras para luego coger un trozo de mango con el tenedor y llevárselo lentamente a la boca, simulando -al menos eso pensó ella- el deleite de una nueva victoria, con un "Mmm" incluído en el espectáculo. Luego de eso limpió su boca y cogió un trozo de pechuga de pollo que se encontraba prácticamente frente a Taylor en venganza por lo anterior, pero al mover demasiado rápido el brazo el trozo terminó cayendo sobre su fruta. -Fuck...- Se quejó y sin importarle demasiado lo cogió con el tenedor y, manchado de queso cotagge y miel se lo comió, soltando una risa por lo extraño del sabor.

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- AJJAJAJAJAJAJAJA Cuidado, Campeona! - responde el portier bastante alegre por el karma instantaneo de su compañera - Con esa habilidad tuya ESTOY SEGURO que ya ganaron todos los partidos! -

Comenzaba a sentirse tranquilo, observar comer a la nahual era todo un deleite para sus fantasias internas, pero su platica tan agresiva solo le daba risa. Era como luchar con una niña a todas horas, en cualquier oportunidad. Sonrió y partió otro pedazo de pechuga y pokeo el queso cottage y miel. - Si mi idolo lo probó supongo que esta bueno -

Aun cuando el sabor era extraño, Taylor era un deposito de basura y siguió comiendo. Pensaba en lo divertido que sería si Naami fuera su novia.

"Al menos nunca me aburriría..." pensó perdiendose un poco. Volviendo a la realidad con la idea de seguir obteniendo información.
- Pero bueno... y a ti que tipo de hombres te gustan? - atacó sin piedad esta vez - Digo, las mujeres como tu siempre buscan idiotas que besan sus musculos y excentan materias por ser buenos en deportes.... o eres la excepción a la regla?

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Pensó, arrugando la nariz, que no era justo el hecho de que él comiese lo que ella. Estaba segura que él habría probado cosas que ella por nada del mundo haría. Alzó una ceja ante su pregunta y soltó una risa divertida, tal vez un poco más escandalosa de lo debido, pues notó algunas miradas extrañadas. Sonrió y miró a Taylor burlonamente mientras comía lo último de la fruta. -¿Por qué te describes, gladiador?- Preguntó burlezca antes de llevarse a los labios el trozo de plátano y mirarlo fijamente. Bueno, en parte se podría decir que Naami no tenía un tipo de chico en sí, cuando estuvo en segundo se hubo entusiasmado con un demonio rubio que iba dos cursos adelantados, pero eso fue punto y aparte.

-A mí me gustan los hombres seguros y centrados.- Improvisó, mirándolo seriamente al tiempo que cerraba la caja vacía donde antes hubo estado la fruta. -Como el profesor Fado.- Soltó para luego reír abiertamente. Detestaba tanto la clase de ese hombre, aunque él realmente no fuese una persona horrible, a ella no le agradaban sus clases. -No pude evitarlo.- Se llevó una mano al estómago mientras continuaba riendo y luego soltó un suspiro, acomodando un mechón de cabello tras la oreja. -No, no lo sé.- Se encogió de hombros. -Me gusta Josefat Toledo, el defender de España.- Comentó mirándolo de reojo. Ese hombre era un excelente jugador, sin mencionar lo atractivo que era. Tenía un poster de él en la pieza de la Fraternidad, además de una camisa de Mugby del equipo español con un autógrafo de él.

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- Si, tambien a mi me gusta - responde idiotamente el portier intentando parecer real. No estaba muy equivocado tampoco ya que Josefat era su idolo. Sonrió pensando que un día tal vez ella sería fan de Taylor Kluivert, portero de Inglaterra.

...Aunque Inglaterra era pésimo equipo...

-Centrados y seguros ¿eh? - pensó, pues era una mujer inteligente, probablemente era natural - Buena suerte encontrandolo, mejor deberías irte por los imbeciles y tontos como yo. Hay muchos de nosotros en el Instituto... comenzando por tu carrier.

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Una risa divertida escapó de sus labios al escuchar que a Taylor le gustaba Josefat, pensó en decir algo como "siempre supe que eras gay", pero luego analizó que aun no llegaban a la zona de confianza para poder decirle algo como aquello. Es más, ni siquiera sabía cómo podían estar comiendo juntos animadamente. Observó sobre su hombro y notó que un par de chicas miraban con curiosidad, por lo que sacó la lengua en dirección a ellas sin querer ser muy obvia. Sí, bueno, seguro el capitán de Sal tenía también su séquito de fans idiotas como las de Hazel.

Miró en la mesa, aun tenía hambre, optó por tomar un trozo de pastel de queso con fresas y mermelada encima. Tal vez aun no era tiempo de comer postre, pero si no lo tomaba, seguro Taylor metería su cuchara. Cogió una cuchara y tomó un poco de la rebanada, llevándosela a los labios para deleitarse con el rico sabor de tal postre. Sin embargo, su burbuja de placer culinario explotó sin más al escuchar la idiotez del otro. -¿Mi carrier?- Preguntó luchando con toda la vida de que no se notara el sonrojo en sus mejillas. Por suerte llevaba rubor en polvo y éste podría pasar desapercibido. -No seas idiota, Taylor. Saldría con tu carrier antes que con el mío.- Mintió olímpicamente sonriendo falsamente divertida. De pronto el momento se había vuelto incómodo para ella. Tenía que salir del tema rápido. -Ésta cosa es riquísima. Ten, prueba.- cogió una cucharada grande de su pastel llevándose en esta un trozo de fresa para extendérselo a Taylor. Inconscientemente, claro, ella solo buscaba huír del tema sobre Hazel.

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¿Que?
¿Que?
¡¡¿Que?!!
¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?

Todo parecía estar en cámara lenta para el demonio quien veia la cuchara acercarse hacía él. Schwanhild Khöler estaba a punto de darle de comer en la boca. Como lo hacen los amigos.
"Por que eso hacen los amigos... ¿No? Se dan de comer en la boca... ¿Verdad?"

Tragó saliva antes de poder siquiera pensar en como formular una idea, crear una synapsis y mover su estúpido y babeante hocico. Solo veia como todo en el mundo se había detenido por un momento.

¿Cuando había sido que Taylor se había enamorado de Naami?

*Movimiento de Flashback*

Era un joven estudiante de primero. Aquella vez estaba muy nervioso y triste de que iba a dejar Little Monster y sobretodo a la pequeña bebe Maggie a manos de las enfermeras, simplemente ellas. Su padre era un empresario con bastante impacto en America y le desagradaba la idea de cuidar niños. Su madre, debil de mente, prefería pasar su tiempo ahogada de deudas y visitando lugares caros... gastando el dinero del padre quien disfrutaba más una junta que pasar tiempo con sus hijos. Cuando Taylor nació lo primero que pensó fué "Cual era el numero de esa niñera?" al momento de hacer una llamada al Instituto para que "le cuidaran a su hijo".

"Cuando necesite un heredero vendré por él o los demás" dijo el papá en una carta que se le fué entregada al Director del Instituto. Años después era una pequeña niña que Taylor inmediatamente cubrió de amor. Ese amor que se le fué enseñado en el Instituto y no por su sangre.

Pero lo importante de este flashback era el joven Taylor Kluivert, 3 años más joven, con esa bufanda celeste que en verdad disfrutaba y que ahora es verde horrible. Disfrazando sus nervios en una coraza de chico malo que le había servido hasta entonces. Dió el primer paso hacia el Instituto cuando escucho un estornudo.
- Uhm.. ¿Un pollito? - dijo volteando a ver al animalito, solo para toparse con una niña completamente sola con los ojos más hermosos que había visto. Su carita se puso roja al ver que el pollito era el estornudo de la niña lo cual se le hizo demasiado tierno, hasta para él.

El chico se preguntaba porque la niña estaba tan sola y agradecía tener el mismo color de uniforme. Inconscientemente avanzó para darle un pañuelo de pokemon que traia. Justo cuando estuvo a punto de entregarselo y hablarle, sacando todo el poder de su fuerza de voluntad, decidió a hacerlo.
- Ho...

"CUIDADOOOOOOOOOOOOO"

Taylor es interrumpido por un niño pelirrojo con el uniforme de segundo que hace caer al mocoso y besar un charco. Afortunadamente para ellos la niña es algo inteligente y da un paso hacia atras casi por inercia, evitando mancharla.
- AAAY PERDON!! - dice el niño de segundo levantandose y sonriendole a la niña, pero la voz de otro niño de lentes atrae la atención de este - Ah! Nos vemos luego! Me gusta tu pelo! :B

Al irse vuelve a pisar a Taylor quien solo hace una mueca de dolor, quedandose ahi... probablemente muerto.

- Llega tarde joven Kluivert...- murmura Furukawa con un rostro maligno algunos minutos después - Y además viene con el uniforme sucio... es una pena... pero tendré que castigarlo...

******

Taylor regresa de su flashback eterno en aquella milesima de segundo y abre la boca. Como si este fuera el momento crucial cuando aquella maldita mañana no alcanzó a sacarle platica. Si bien no sería su novia se transformaría en su amigo de ahora en adelante.

El portier prueba el bocado y sonrie. El pastel estaba delicioso en verdad y más porque venia de la cuchara de la Nuker. ERA COMO UN BESO A ESCONDIDAS.
- ¡Oye! Si esta delicio-

No alcanzó a terminar aquella oración cuando dejo caer su puño torpemente haciendo catapulta en una cuchara y manchando a Naami en el area del pecho. Había sido salsa BBQ de la costillita cebosa que se había acabado de comer.

Taylor se quedó paralizado.....

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Por un segundo, cuando Taylor aceptó la cucharada y ella pudo sacar el cubierto de la boca ajena, sintió un gran alivio. Al menos habían evitado el tema de Hazel por completo, porque ella sencillamente estaba muy rara últimamente respecto a él. Llevó la cuchara al postre y cuando tomó otra porción analizó que tendría babas del portier y optó por fingir que estaba de buena persona y volver a darle a él el pastel. Sin embargo cuando quitó la vista de las deliciosas fresas y la fijó en su compañero de curso sólo alcanzó a ver vagamente la forma en que aquel líquido espeso viajó directo hacia su impecable blusa blanca. Sus labios se separaron y su rostro mostró la indignación del momento.

Se puso de pie tan rápido que la silla cayó a sus espaldas. Sus manos se fueron abiertas contra la mesa y la golpearon con fuerza, lanzándole la mirada más fría y despiadada hasta ese momento que hubiera podido lanzar nunca para él. -¡Eres un completo imbécil Taylor Kluivert!- Soltó con un aire aterrador y un aura oscura rodeando su cuerpo. Lanzó con su brazo derecho el puño cerrado para intentar plantarlo de lleno en la mejilla ajena antes de soltar un grito de exasperación no demasiado alto y tomar su bolso. -Gracias por el almuerzo...- Soltó finalmente antes de comenzar a caminar fuera de ahí. De pronto miró su pecho, la mancha era desastroza, pero podía comprarse otro uniforme sin problemas. Tenía otros cuatro de cualquier forma...

Una sonrisa tonta se formó en sus labios al recordar la cara de Taylor tras lanzar la catapulta accidental. Sí que era un idiota. Negó con la cabeza y aceleró el paso, necesitaba cambiarse antes de la siguiente clase. ¿Se podría curar solo la herida el portier antes de la clase de zoología planar?

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- Espera pue- Taylor sintió que las ideas se le iban de las manos. Cuando sintió el aura elevarse solo observó a la Nuker y al ver su puño simplemente cerró los ojos sin meter mano. El impacto hace que su rostro se voltee e inmediatamente un hilillo de sangre comienza a salir de su nariz.

Después de eso hubo un silencio mientras la Nahual se alejaba de él. Observó al trasero contonear irse, una vez más. Esa espalda que de seguro lo seguiría para siempre. Soltó un suspiro y sacó un pequeño colguije con una piedrita naranja.

"Tenga, aunque le advierto que tal vez deje de parecer un chico malo a sus ojos, joven Kluivert, fufufu~"

Una sonrisa se dibujó en los labios de Taylor.
- ... Sabe mi nombre completo.... - murmura Taylor con una sonrisa mientras aprieta el puño donde esta el colguije. - La próxima vez se lo daré... estoy seguro...

» Taylor Kluivert
» Would it matter at all? ~ Taylor
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» Necesito que alguien me escuche. ⌠Taylor⌡