Tema: Responsabilidades │ Privado Lun Jul 16, 2012 12:30 am
La noche aun no había caído con todo su esplendor cuando la peliplata ya se encontraba sentada en el tronco de la zona en que siempre se citaba con su amigo de la infancia. Siempre era así, ni dentro ni fuera del bosque, en una orilla que en sus épocas tiernas les permitió no romper las reglas y ahora que eran mayores era costumbre verse allí. Un largo suspiro escapó desde su pecho por sus labios. El clima era cálido por la época del año, pero suficientemente fresco para llevar una blusa de manga larga a rayas blanco y violeta. Sus dedos de la mano derecha jugaban con la manga izquierda para pasar el tiempo.
El mensaje a Hazel había sido enviado esta vez un poco más seriamente. Había sido una mariposa monarca sin brillo mágico y al final no había dejado dulce alguno. Estaba confundida y aturdida por los acontecimientos y quería que su amigo llegase en plan serio también. Se acomodó el cabello tras la oreja y volvió a pensar que estaba un poco largo ya. Sus pies, cubiertos por unos tenis converse blanco y negro se encontraban golpeteando el suelo inquietamente. Había llegado al menos diez minutos antes de la hora acordada en el papiro de mana, pero había sido porque estaba muy inquieta.
Se encogió de hombros y miró a lo lejos el arroyo. Pensó en acercarse pero desechó la idea al suponer que el pelirrojo ya no debía tardar en llegar. Se mordió el labio inferior y se preguntó si todo estaba recién comenzando.
Última edición por Rhiannon A. Sutherland el Lun Jul 16, 2012 11:02 pm, editado 1 vez
"Ahora no hay chocolate...? :c" fue lo primero que pensó el pelirrojo cuando llegó el bastante apagado mensaje que había enviado su amiga esta vez. Sabía que eso no era buena señal, así que con un simple suspiro el chico se dirigió inmediatamente a su punto de encuentro de siempre. Esta vez no podían tardar mucho puesto que tenía que ir a los entrenamientos. Suficiente lo había regañado Sebastyan por no presentarse el día que Noah se quedó en su dormitorio como para VOLVER a faltar en la misma semana, y ahora por una cita con Rhia? Si no estaba ahí por esa razón en específico, su amigo iba a destriparlo vivo...aparte de que no sería el mejor ejemplo capitanezco de su parte... ya no quería quedar mal con sus compañeros.
Sacó de su mochila una chaqueta muy desgastada color café, la única que tenía en realidad, y se la puso encima en un raro impulso. Estaba arrugada y tenía algunas manchas, pues nunca salía de su morral. Por alguna razón de pronto no se sintió cómodo por llevar las mangas recogidas del uniforme. Tal vez era un reflejo para cubrirse de la tormenta que seguro vendría.
Con paso apurado se dirigó hacia el bosque, con ambas manos metidas en los bolsillos y una postura algo encorvaba, rara cosa en él. Después de cruzar todos los puntos necesarios, llegó al pequeño tronco que cruzaba el arroyo y alcanzó a ver a Rhia ya sentada en la roca. Esta vez no le había pedido jugos, ni había promesas de "golosinas", ni nada... el pelirrojo simplemente se limitó a sacar una mano del bolsillo del pantalón para levantarla a manera de saludo. - Qué hay, Rhi~...- dice con entusiasmo mermado al caminar casualmente por el tronco sin perder el balance. -No esperaba que me buscaras tan rápido después del Sábado... estás bien?
Entrecerró los ojos al observar a un animalillo corretear entre los arbustos que estaban cruzando el río, se preguntó internamente qué hacía a esas horas jugando por ahí, pero volvió a la realidad cuando los pasos cerca suyo la hicieron girar el rostro en la dirección opuesta por donde ella había llegado. Media sonrisa se dibujó en sus labios mientras el menor se acercaba y al escuchar su saludo la sonrisa menguó ligeramente. -Wallaby.- Soltó como respuesta a su saludo antes de ponerse de pie y subirse al tronco, en el borde de su lado. Recordó de pronto un momento de su infancia donde habían hecho aquello y Hazel parecía impresionante por poder moverse con tanta facilidad en el tronco.
-No lo estoy.- Confesó extendiendo los brazos para tomar las muñecas del pelirrojo y dar los pasos que faltaban para poder estar frente a él. Agachó la cabeza sin querer verlo y cuando finalmente la elevó, sus ojos demostraron una confusión tremenda. -Es sobre Noah.- Sentenció antes de entrecerrar sus orbes violáceas y dar un paso más cerca. Su diferencia de estaturas era poco notable, pero sí se notaba lo delgada de ella y su femenina figura bajo las ropas ajustadas, a diferencia de el aspecto masculino de su amigo adolescente. -Y...- Torció los labios mirándolo con seriedad. -Y tú tienes en parte culpa.- Aseguró para luego soltarle las muñecas y cogerle el brazo izquierdo para buscar tumbarlo al suelo. Pensó que por no estar prevenido para un gesto como ese caería con facilidad. Pero lo que no dedujo es que el tronco le jugaría una mala pasada y ella también terminaría cayendo con él.
Última edición por Rhiannon A. Sutherland el Jue Jul 19, 2012 1:06 am, editado 2 veces
"No lo estoy" dijo ella. Al escuchar eso Hazel no pudo evitar cerrar un ojo y apretar un poco los dientes, ya veía venir el regaño... pero cuando la chica mencionó a Noah simplemente se quedó entre extrañado y preocupado. Después de ver al niño quebrarse ante él, no esperaba que Rhia tuviera que ver en ello, estaba a punto de preguntar a qué se refería cuando ella continuó acusándolo "en parte". Los ojos del capitán se abrieron grandes, y abrió la boca como para decir algo a su favor, pero cuando estaba a punto de defenderse un fuerte tirón lo jaló hacia un lado, y un sonoro "AUGH" salió de su boca antes de ir a parar al piso de espaldas. Cerró los ojos al caer, así que no se dio cuenta qué fue lo que cayó encima de él.
Cuando los abrió, a pesar de que estaba algo bronceado por el sol, tooooda su cara empezó a ponerse de un rojo color tomate al ver a Rhia postrada sobre él con la cara hundida en su pecho. El capitán no pudo más que dejar salir un par de balbucéos antes de poder articular una oración.
- Adsd AG PERO QUÉ--? A-A-AHORA QUÉ HICE?!?!- pregunta casi gritando, más agraviado por tener a la peliplata arriba que por el regaño previo, que justo en ese momento era lo último que pasaba por su cabeza.
Rhiannon A. Sutherland Monitor Escolar
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Tema: Re: Responsabilidades │ Privado Mar Jul 17, 2012 12:21 am
Su pie resbaló son previo aviso y con la poca concentración que le quedaba logró hace un par de esferas de mana en las palmas de sus manos para detener el golpe, quedando estas a los lados de la cabeza de Hazel para que ella no terminara golpeándose el rostro contra el del menor. Sin embargo para su sorpresa, un sonido a lo lejos la terminó de desconcentrar y la mana se disipó en su totalidad, cayendo ella, gracias a un movimiento rápido de las piernas hacia abajo, con el rostro en el pecho de Hazel. Su corazón comenzó a latir con fuerza y al elevar el rostro notó la confusión de su amigo, por lo que con cuidado colocó las manos en su pecho para apoyarse y colocarse sentada a un lado de él.
-Lo siento, es sólo que estoy muy confundida...- Confesó llevándose una mano a la cabeza mientras pegaba las plantas de sus tenis contra el tronco y movía los pies lentamente. -Siempre pensé que podría mantener todo bajo control. Pensé que era suficientemente buena para ser responsable de todas estas obligaciones...- Negó con la cabeza llevando las manos a las rodillas para luego mirar a Hazel. -Pero no lo fui para cuidar de Noah.- Soltó con incomodidad. -¡Y tu no ayudas! ¡Sabías que era carrier y no lo detuviste!- Se quejó soltándole un golpe en el hombro de improviso. Pero luego lo miró con una expresión culpable. -Y yo tampoco pude hacer nada.- Bajó la mirada. Su idea al ir ahí era regañar al australiano hasta quitarse parte de la culpa. Pero la realidad era que ni ella era madre de Noah, ni Hazel su padre, por lo que en sí el pelirrojo no tenía responsabilidad alguna en aquello. Ella sí, por múltiples razones. -Y el dragón...- Arrugó la nariz con gesto de enojo.
Última edición por Rhiannon A. Sutherland el Jue Jul 19, 2012 1:05 am, editado 2 veces
Hazel Korhonen Estudiante
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Tema: Re: Responsabilidades │ Privado Mar Jul 17, 2012 2:24 am
El pelirrojo se quedó tirado en el paso, apoyado con los codos para quedar ligeramente incorporado. El sonrojo aún no se desvanecía de sus mejillas, y probablemente se quedaría ahí por un buen rato. Sin embargo, ver a Rhia culpándose (como solía hacerlo) hizo que su cabeza volviera a la situación que debían discutir.
-Y-yo? Pero...- el capitán sólo balbucea unas cuantas palabras con gesto preocupado y culposo impreso en el rostro. De todo lo que le pudo haber dicho su amiga, eso era lo último que esperaba. Él ya había aceptado y olvidado todo ese asunto de Noah siendo carrier de Sal, y no pensaba que alguien más le fuera a dar tanta importancia como él. - Oye...no, Rhia. Las cosas no son así... no es culpa de nadie! Él estará bien, es un chico duro, como yo! No le va a pasar...- el comentario de Hazel fue interrumpido por el susurro de la chica. Él sólo torció la boca hacia un lado con algo de pesar. Realmente por lo del dragón no podía abogar. Y, en realidad, él también estaba preocupado por Noah. Muy preocupado de hecho. - Hey, hey, no, nooo!- dice el australiano incorporándose para quedar hincado en sus rodillas, poniendo sus dos manos sobre los hombros de la peliplata. - Rhia... no es tu culpa. Nada es tu culpa, me oyes? Tienes mil deberes qué hacer... es normal que se te escape el mocoso de vez en cuando, pero no le pasó nada! Kodran llegó a tiempo, y si no hubiera llegado él de seguro hubiera llegado Fado o algo así... no puedes partirte en más piezas de las que ya estás partida nada más para estarlo viendo todo el tiempo...- agacha un poco la cabeza, pausando sus palabras -Lo siento... no debí darte esa responsabilidad de cuidar a Noah... fui muy desconsiderado contigo... y muy egoísta. Pero te prometo que también haré un esfuerzo para vigilarlo... en realidad... me tiene algo preoucpado...
El capitán estaba considerando si sería buena idea contarle a su amiga sobre lo que había pasado en su dormitorio un par de días antes. Con las cosas que estaban pasando por la cabeza de Rhia, decirle que Noah se quebró en llanto por ninguna razón aparente probablemente sólo la haría preocuparse más...
Rhiannon A. Sutherland Monitor Escolar
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Tema: Re: Responsabilidades │ Privado Mar Jul 17, 2012 2:40 am
Al observar los ojos ajenos fijamente contra los suyos y sintiendo las manos de Hazel en sus hombros no pudo más que mostrar esa debilidad que pocas personas conocían, si no es que solo una aparte de él. Bajó la mirada por unos instantes antes de volver a verlo con curiosidad. -¿Te tiene preocupado?- Entrecerró los ojos y llevó la mano derecha a la muñeca izquierda del pelirrojo, no para quitar su mano, si no como un contacto físico normal entre ellos con la finalidad de transmitirle confianza. -¿Por qué?- Sinceramente no le gustaba mucho escuchar eso, si ya le había dicho que se calmara aun cuando hablaron inclusive del dragón, significaba que algo peor sospechaba el carrier de Sal.
-Yo, no lo sé. A veces siento que exagero, pero es que...- Sonrió de lado bajando la vista hacia sus propias piernas. -A veces siento que realmente Noah es algo mío. Como si fuera mi hijo en serio. Aunque en este momento estoy segura de lo mala madre que terminaría siendo.- Aseguró, no por hacerse la débil o la víctima, si no porque en ese instante realmente pensaba así de sí misma. Se mordió el labio inferior y luego se encogió de hombros. -Sé que tú seguro dirás que seguro sería buena en eso, pero es que...tuve tanto miedo cuando Kodran llegó a darme a Noah. Fue como cuando tú estuviste en peligro. Y yo no pude hacer nada en ninguno de los dos momentos.- No quería mirarlo, no quería que él notara su pesar, pero sencillamente le dolía que eso estuviera pasando. -Ambos son muy importantes para mí, y si hubiera pasado a mayores, no podría soportarlo...-
Soltó la muñeca de Hazel para bajar ambas manos al suelo, a sus costados. -Y me da miedo todo esto. Me siento tan frágil ahora. Nunca antes tuve miedo de esta forma, porque si la escuela realmente está en peligro, tal vez por ayudar en otras formas descuidemos a Noah.- Finalmente fijó su vista violácea en el menor. -Y creo que los dos sabemos que no sería bueno.-
Última edición por Rhiannon A. Sutherland el Jue Jul 19, 2012 1:05 am, editado 1 vez
El pelirrojo bajó la mirada ante las últimas palabras de Rhia. Era eso exactamente lo que había temido desde la noche pasada, que tuviera que escoger entre cuidar al pequeño o prepararse para la guerra... y ambas eran cosas que no podía dejar de hacer...
Dejó ir un suspiro silencioso, y después de un momento de silencio, puso su mano izquierda sobre la derecha de la chica, intentando rodear el dorso de su mano con gentileza.
- Anoche...suspendí el entrenamiento por él...- empieza a narrar algo dubitativo el capitán. -Me lo encontré antes de irme, y me dijo que jugáramos Street Fighter... haha, hacía mucho no lo hacíamos.- dice con nostalgia viendo al piso. -Empezó a contarme eso de que se escapó y demás... y, de seguro me regañarás, hahaha, pero no le dije nada malo... en realidad me recordó mucho a mí cuando niño. Le dije que aceptara el castigo, que no era gran cosa, pero...- Hazel hace una pequeña pausa y levanta la mirada para ver a su amiga a los ojos - Le conté de, pues... todo lo que está pasando, Rhia. Le dije que las cosas están mal y que no podía andar solo por ahí porque alguien o algo podía lastimarlo. Le dije que me prometiera que mientras arreglamos lo que está pasando en la escuela no saliera y no hiciera tonterías de esas... y entonces...
Las cejas del capitán entristecieron su expresión al mismo tiempo que sus ojos se entrecerraban con pesar. Tan sólo recordar la voz quebrantada de Noah hacía que el espíritu de Hazel no estuviera en calma. -Él empezó a llorar. Como loco. Nunca lo había visto así, Rhi. Me abrazó como si me estuviera muriendo o algo, y empezó a pedirme perdón y a decirme que nos quiere mucho. Pero...salió de la nada!! Te juro que no le dije nada para asustarlo ni lo regañé ni... Él solo empezó a llorar y ... aghhgh!! Maldita sea, me frustra tanto no saber qué le pasa!!
Dejó ir un suspiro más. Ya se había vuelto una incómoda y triste rutina durante ese día. Respiró profundo un par de veces para intentar calmar un poco su voz y su temperamento, y empezó a acariciar con dos dedos el dorso de la mano de la peliplata de forma casi terapéutica. -Por eso le dije que se quedara conmigo esa noche... para ver si podía sacarle algo, o si al menos podía hacerlo sentir mejor...
A continuación, el pelirrojo dejó escapar algo que la chica casi nunca en la vida había visto. Un tono de voz delgado que sólo salía de su pecho cuando algo lo agobiaba de más, como sólo un par de veces en todo lo que se conocían había sucedido. -Qué hacemos, Rhi?...- preguntó casi susurrando. -Qué tengo que hacer para saber qué le pasa?
Ante cada comentario lanzado por el pelirrojo, el nudo en la garganta de la peliplata se volvía más poderoso y lastimero, hasta que sus ojos se volvieron tan brillantes como cristales. Lo miró con un gesto de consternación de sólo imaginarse a Noah llorando como le narraba, y sintió una fuerte opresión en el pecho. ¿De qué se estaban perdiendo? Se suponía que el peliplata más pequeño confiaba en ellos, ¿por qué no les decía nada? Recordó el mensaje que no pudo responder por la carga de trabajo, pero sabía que el pequeño no le mentiría respecto a estar con Hazel, o al menos eso había creído hasta ese momento. Pasó saliva antes de sentir que se le erizaba la piel por la voz de su amigo saliendo de aquella forma. Apretó los labios antes de que una lágrima escapara de sus ojos violetas para deslizarse por su mejilla.
-No...n-no lo sé.- Respondió aturdida por todos los acontecimientos, llevándose la mano libre a la cabeza para intentar pensar con claridad, pero era demasiado frustrante que el niño supiera algo que ellos no. -Hazel, hay algo que debes saber...- Comentó en un susurro mirando a los lados. No debía decirlo, pero era su amigo, estaba demasiado involucrado con ella y Noah para no comentárselo de alguna u otra forma. -Nuestro hijo está en peligro.- Soltó seriamente, volviendo a mirarlo, con más seriedad aun. -No puedo contarte nada más sobre eso, pero él está en mucho peligro, más que cualquier otro estudiante o maestro de Furukawa...-
Cerró los ojos con pesadez. No quería atemorizarlo, ya era mucho con estarlo ella, pero el miedo de perderlo era demasiado. Tal vez el australiano pudiese ayudarle un poco a vigilarlo, a mantenerlo a salvo de lo que fuese que era una amenaza para él. -No sé qué medidas tomar.- Confesó. -Si le pongo demasiada protección lo agobiaré. Tal vez tú puedas pasar tiempo con él en las noches, yo lo recogería en tu habitación, pero...- Se mantuvo en silencio antes de razonar las cosas. -Pero tú entrenas...- Entrecerró los ojos. Comenzaba a sentirse frustrada. Ahora que había compartido esa verdad con Hazel todo se volvía más grande, era como si la realidad de pronto se volviese tangible a un extremo doloroso. -Taylor es el compañero de Noah. Es un muy buen muchacho, pero no me da confianza de encargarle a mi hijo.- Negó con la cabeza. Era demasiada carga para dársela sin explicaciones.
Última edición por Rhiannon A. Sutherland el Jue Jul 19, 2012 1:04 am, editado 1 vez
Los ojos del pelirrojo se fueron abriendo lentamente mientras ella hablaba, sus cejas arqueándose con sorpresa y enojo. Pronto, empezó a mover su mirada erráticamente, como si estuviera buscando una respuesta en cualquier lugar del piso. El resto de las palabras de Rhia no lograron llegar a la consciencia de Hazel, el simple hecho de saber que Noah estaba en un mayor peligro que todos los demás había hecho que su sangre hirviera con preocupación y ansiedad. Su respiración se agitó un poco, y finalmente llevó sus ojos a los de la chica.
-Qué?!?- suelta alzando la voz -Por qué dices eso?! No puedes dejarme así! Por qué está en peligro, Rhia? Por qué?!- el chico tomó a la peliplata por los brazos, sujetándola fuerte. No solía dejarse llevar de esa forma, pero que le dijera eso y luego le ocultará las razones había colmado el vaso de estrés que había acumulado durante esa semana. Sus dientes estaban apretados, y su mirada algo enfurecida. Tenía que ayudar a Noah, y sólo podía hacerlo si sabía qué era lo que estaba sucediendo. Si las desgracias que habían caído y estaban por caer en el instituto tenían algo que ver con Noah, ahora no sólo era una cruzada por defender su hogar, era una guerra personal para proteger a su pequeño amigo... a su hijo.
Apretó los dientes con fuerza al sentir la forma en que el menor le tomaba los brazos y lo miró culpable. Las lágrimas por suerte se habían detenido, pero amenazaban en llover en sus mejillas a la mínima provocación. -¡Hazel! Me estás lastimando...- Se quejó antes de intentar zafarse, acercando su rostro al de él para poder murmurar bajito. -Cállate, Wallaby.- Siseó enojada. Ella también estaba molesta, pero más lo estaba porque arriesgaba la información al decírsela a él. Por lo mismo hablaba en códigos y sin soltar por completo lo poco que sabía.
-Si te digo más se enterarán. Sabes que hay vigilantes en el viento.- Soltó aun en un tono de voz bajo, apenas separando los labios para hablar. -Y si nos borran de la memoria lo que sé, no podremos ayudar a Noah en lo absoluto.- Finalizó zafándose bruscamente para hacer su cuerpo hacia atrás sólo un poco, mirando hacia otro lado. -Te digo esto porque me preocupa. Y me duele no poder decirte más, pero tú debes entenderme...deberías hacerlo.- Murmuró débilmente. Si él actuaría así, ella simplemente no podría continuar a su lado, no al menos en ese camino lleno de espinas que seguramente atravesarían en esos días.
El gesto de Hazel cambió en un segundo al escuchar las palabras de Rhia, e inmediatamente la soltó, reaccionando ante su propia estupidez y clavando la mirada en el piso. Por un segundo se estaba dejando controlar por esa ira que tanto detestaba... estaba empezando a flaquear, y sabía que si se dejaba consumir de nuevo se volvería un fracaso, se volvería un idiota y sería inútil y desagradable para todos a los que quería.
- P-perdón... yo...- entre balbuceos, el pelirrojo se dejó caer de espaldas, apoyándose sobre sus brazos para quedar como sentado sobre la tierra, y se arrastró hacia atrás para alejarse un poco de su amiga. Podía sentir sus músculos tensos y sus puños apretados con demasiada fuerza. Tenía demasiadas cosas embotelladas dentro... tenía que sacarlas de alguna forma, de la que fuera. - T-tienes razón... fui un idiota... lo siento... yo... agghh!-.
En un impulso de estupidez y frustración, el pelirrojo se lleva un puño pesadamente hacia su propia mejilla, tirándose a sí mismo de bruces al suelo del bosque y abriendo una pequeña herida en su pómulo. Aún con los dientes y ojos apretados, el capitán empieza a respirar pesadamente para intentar calmarse. A pesar de que probablemente no sería nada grato para Rhia, el descargar todo lo que sentía sobre sí mismo era probablemente la mejor opción que había tenido... no sólo para dejar salir el vapor, sino también para reprenderse por haber lastimado a su amiga de esa forma y darse una sacudida para reaccionar. Tenía que alejar esa ira... tenía que hacerlo.
-¡Hazel!- Se quejó de la actitud del pelirrojo, pensando inclusive en decir: "odio que todo lo arregles con golpes", pero deteniéndose al pensar que ella lo había empujado primero. -¿No era suficiente con el golpe de mi empujón?- Preguntó en un intento de broma, pero con la voz demasiado seria para que sonara así. Apretó los dientes al mirarlo de esa forma, mostrando un gesto claro de dolor. No le gustaba ver a Hazel tan desesperado. Cerró los ojos antes de elevar las manos, colocándose de rodillas, para atraer con mana un poco de agua del arroyo y formar una pequeña esfera con ésta. -También me siento desesperada...- Comentó cmientras avanzaba de rodillas hasta donde él, para comenzar a colocar el agua sobre su mejilla.
El movimiento era suave y parecía una caricia fría y húmeda, pero el mana blanco otorgaba las propiedades curativas necesarias para poder sanar la herida. -Preferiría ser yo quien estuviese en peligro.- Continuó mirándolo fijamente. Estando tan frustrado el australiano, Rhia sentía una profunda necesidad de abrazarlo fuerte y quedarse así con él. -Pero no podemos cambiar las cosas; sólo buscar una solución.- Pasó saliva antes de quitar el agua de la zona para dejarla caer en el rostro de Hazel, empapándolo. -Así que no te metas en ti mismo y reacciona afuera.- Habló con firmeza, sentándose sobre sus talones al lado de él, mirándolo fijamente. -Si tú me ayudas, podremos protegerlo. Tú eres el más fuerte de todos. -Buscó la mano ajena con la suya.- Y cuando lo intento, soy muy buena protegiendo.- Sonrió de lado. Ella tenía mucho miedo, nunca antes había pensado tener que pasar por eso, la impotencia, la preocupación constante, la ira, el dolor. -Así que hagámoslo juntos.- Bajó la mirada, insegura de si era justo para él. Pero también sabía que Hazel quería a Noah tanto o más que ella.
-Lo siento...- responde apenado el pelirrojo bajando la mirada al sentir el frío y relajante mana besar su mejilla y apagar el dolor por el golpe. -No estoy siendo de mucha utilidad... verdad?- agrega luego, volteando rápidamente a la cara de Rhia y desviando la mirada otra vez. Recordó unas sabias palabras que había escuchado hacia poco tiempo: "En este mundo de la única cosa que tienes control es sobre ti mismo".
Largo un suspiro más, añadiéndolo a la lista interminable que habían salido de su boca esa semana. La sensación de alivio que producían las manos de la peliplata lo ayudó mucho a calmarse un poco. Sonrió un poco cerrando los ojos cuando el agua lo terminó de empapar: su mejilla ya no dolía. Tomó la mano de Rhia con su derecha, y la acercó a su propio pecho, sonriéndole ligeramente a la chica. El sentirla más cerca lo ayudó a calmar un poco su alma; sus pensamientos empezaron a fluir con un poco más de claridad, y después de cerrar los ojos un instante, logró por fin retomar las riendas de su mente y empezar a pensar en una solución, no sólo en el problema. -Haré todo lo que pueda, te lo prometo. Tal vez no pueda pasar todas las noches con él... no puedo dejar colgado a mi equipo. También a ellos los tengo que cuidar. Naami y Gustav cuentan conmigo para mantenerlos en el camino, y Sebastyan... bueno, tú sabes cómo es él. Pero encontraré una forma de pasar más tiempo con Noah, de vigilarlo lo más que pueda... tal vez termine llevándolo conmigo a los entrenamientos, al menos sólo para que esté ahí. No quiero involucrarlo en conflictos bélicos, él no tiene ese perfil, por más parecido a mí que sea.
Llevó la mano de Rhia, guiada por la suya, a su boca y le dio un pequeño beso en el dorso. Luego le sonrió cálidamente. - Gracias por confiar en mi, Rhi... perdona que no reaccionara muy bien. Ha sido una semana algo rara...- No era una buena excusa, pero de cierta forma era verdad. Con el inicio de los entrenamientos y el incidente con Noah, no había tenido ni un sólo día para acostumbrarse a, pues, nada. -Creo que ya fue suficiente dejarme llevar por todo el mes. Tengo que empezar a pensar más como el líder del equipo que soy, verdad? Hahaha...- ríe de forma algo triste. Estaba un poco decepcionado de sí mismo por haber caído en sus propios impulsos de una forma tan... débil.
La hechicera sólo atinó a sonreír dulcemente para él, sintiendo el beso en el dorso de su mano tras escucharlo hablar. -Hey, Wallaby.- Le habló cuando hubo terminado él, extendiendo su brazo libre para acariciarle con los dedos la mejilla antes herida. -Conmigo sabes que puedes dejar de ser el líder, el papá, el capitán.- Sonrió de lado pokeándole la mejilla luego. -Sé sólo Hazel, mi Wallaby.- Ofreció para luego acercarse más y besarle la frente cariñosamente. Se quedó con los labios sobre la piel de él soltando de pronto un suspiro. ¿Por qué no podía ser todo como cuando eran niños? Antes no importaba nada, no había mayores preocupaciones que ser reprendidos. Ahora ambos tenían grandes cargas sobre sus hombros y se convertían en adultos a pasos agigantados. En sólo unos años cada quien tomaría su propio camino. Apretó los dientes ante esa idea, pero se dio cuenta que se había perdido en sus pensamientos mucho tiempo.
Se volvió a alejar para mirarlo con una sonrisa sutil. -Es buena idea que te vayas. ¿Entrenan todas las noches, cierto? Personalmente me gustaría mucho que llevaras a Noah, yo podría recogerlo al finalizar el entrenamiento. Pero no sé cómo lo tomen tus muchachos.- Confesó antes de sujetarse del tronco para colocarse de pie y extenderle el brazo a él. -Sólo explícales que está castigado y es tu forma de vigilarlo.- Aconsejó, sin estar segura del todo. Tampoco debía saberse sobre el peligro que corría. -Y si te dice algo, cuéntamelo.- Pidió casi en un ruego, mirándolo fijamente a los ojos.
Hazel Korhonen Estudiante
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Tema: Re: Responsabilidades │ Privado Dom Jul 22, 2012 3:44 am
El pelirrojo sólo dejó salir otro suspiro, esta vez acompañado de una ligera sonrisa, y casi al unísono del que alargó la peliplata. Para él era tan... tan paradisiaco sentir sus labios sobre su piel. El sentir su mano sobre su mejilla. El simple hecho de tener contacto con ella era suficiente para calmarlo en sus más obscuros momentos. Siempre había sido así.
Dejó salir un poco más de aire por la nariz al escuchar la petición, haciendo una mueca con la boca -Hablaré con los muchachos... no sé si estén de acuerdo en aceptar a Noah... pero intentaré convencerlos.- Miró hacia el piso rascándose la nuca, pensante. -Te molesta si lo hago la semana que viene? Es que... ayer falté al entrenamiento, y no creo que sea muy buena idea de mi parte imponerles estas cosas tan raras. Sobre todo porque, tú sabes, no puedo decirles la razón verdadera... no sé si sean tan comprensivos sin conocer nuestras razones...- agrega con una cara triste.
- Pero te prometo que para la próxima semana tendré una respuesta por parte del equipo, y si lo rechazan, entonces encontraré cómo vigilar a Noah de todos modos, aunque me tenga que partir en dos.- habló con certeza tomando la mano de Rhia para levantarse. No dejó todo su peso sobre su brazo, también uso el otro para impulsarse. Una vez de pie, sacó su celular de la bolsa para echarle un ojo a la hora. -Creo que ya tengo que irme...- agrega finalmente -Se está haciendo algo tarde, pero... Rhi... no te preocupes demasiado. Saldremos adelante. Siempre lo hacemos, cierto?- le sonrió de lado a su amiga y se acercó a ella para darle un besito en la mejilla, para luego susurrar casi en su oído -Buenas noches, Rhi. En cuanto sepa algo te lo diré...
Asintió mientras él hablaba, entiendo perfectamente por qué decía cada palabra. Sin embargo le sorprendió que al tenerlo de frente el pelirrojo besara su mejilla. No por el gesto en sí, de más pequeños siempre tenían esos detalles, pero de un tiempo a la fecha las cosas parecían haber cambiado. -Siempre lo hacemos.- Respondió sientiendo cómo él se alejaba y en el proceso sus manos se soltaban. Era tan simbólico que ella simplemente tuvo que luchara para no mostrar una expresión triste. Sonrió de lado. -Buenas noches, Wallaby.- Sus ojos violetas siguieron cada movimiento del menor mientras se alejaba y cuando lo hizo por completo ella simplemente se sentó en el tronco de nuevo, mirando sus converse.
-Saldremos adelante...- Cerró los ojos llevándose el dedo índice al rostro para atrapar una lágrima antes de que bajara por su mejilla. Al abrir los ojos intentó enfocar el arroyo cerca de su lugar, sin embargo todo estuvo borroso por un instante y cuando finalmente todo fue claro, una sensación de nauseas desagradable la atacó. Buscó en el bolsillo un bolso pequeñito que abrió y se expandió a cuatro veces su tamaño. De él sacó una manzana y comenzó a masticarla. En Furukawa su alimentación era mejor que en Liverpool, donde ahorraba al máximo para poder guardar en su cuenta bancaria. Llevaba bastante dinero ya, con tan solo tres años de viajar durante las vacaciones. Al principio encontrar trabajos en la ciudad había sido un desastre, por su edad. Tuvo que recurrir al Falsum Flamei para aparentar más edad y cosas por el estilo, pero había sido difícil trabajar por primera vez. Sin embargo ahora todo era más sencillo, lograba conseguir hasta tres trabajos de medio tiempo que le permitían ahorrar bastante.
Jugó con los talones golpeteando el suelo y miró el agua a lo lejos, deseando bañarse ahí, pero pensando que correr el riesgo de resfriarse en ese momento sería una estupidez. Mordisqueó la manzana de nuevo y justo cuando iba a comenzar a masticarla escuchó una voz en su cabeza que la sacó de sus pensamientos. ¿El profesor Fado? Elevó la vista al estrellado cielo para escuchar atentamente. Rhiannon, quiero verte en mi oficina inmediatamente. Y espero no traigas a tu amigo de Srad~ Sus ojos se abieron por completo antes de que se pusiera de pie de un salto y guardara la manzana mordisqueada en su bolsa que, al cerrarla volvió a su tamaño diminuto y regresó a su lugar en el bolsillo del pantalón. Pasó saliva sintiendo que su corazón comenzaba a latir con fuerza mientras se dirigía a paso presuroso hacia la oficinal del docente.