Tema: Tell You Something │ Privado Dom Sep 30, 2012 3:07 am
Si se acercaba lo suficiente, podía notar la diferencia entre las rosas rojas del jardín de su abuela materna, y las rosas gélidas que se encontraban siempre congeladas. Nacían de tierra que se encontraba cubierta todo el año por nieve blanca y pura y crecían en un aspecto perfecto y cristalino. El aroma a frío llenaba sus sentidos, haciendo que su piel sintiese cosquilleos, pues, a pesar de todo, ella prefería el calor al frío. Se colocó de pie sólo para sacudir su uniforme y mirar hacia la puerta del enorme invernadero. Ése lugar le gustaba mucho, podía ver todo tipo de flores y plantas, la mayoría de ellas crecían en el bosque, pero algunas otras, como esas rosas gélidas, se tenían que traer de las montañas y cuidarse mucho más que todo lo demás. Ella lo sabía porque de niña su madre se lo había enseñado, pues en el jardín de su mansión había un gran rosal de ellas.
-Faltan diez minutos...- Se dijo a sí misma antes de caminar hacia el centro del lugar, donde había una enorme fuente, rodeada por tres bancas sin respaldo que permitían observar la fuente o las plantas del invernadero. Ella se sentó mirando a la fuente. En ella había una estatua con la forma peculiar que, sin embargo, parecía tener un significado oculto. Intentó analizar de nuevo todas sus palabras a decir, pues algo no calzaba bien. Miró el piso, sus zapatos tenían escarcha en la punta por haber estado muy cerca de las rosas. Suspiró suavemente para acomodarse luego el fleco que llevaba cubriéndole parte de la frente. Su coleta se encontraba de lado, dándole un aspecto más aniñado.
Taylor Kluivert Estudiante
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Tema: Re: Tell You Something │ Privado Dom Sep 30, 2012 4:00 am
Después de tanto tiempo de pensar en como abordarla, fué ella una vez mas quien decidió dar el primer paso. No entendía muy bien lo que pasaba pero sentía que los días habían durado mas de 76 horas cada uno. Ahora sentía mucho más pesada la espera del fin del horario matutino.
Caminó en el edificio de ciencias, con ese hedor tan fuerte a las pocimas que hacian en los cuartos y avanzó hasta el último piso donde se encontrarían.
A decir verdad, aquel día que ella decidió alejarse y pasar su luto a solas lo sintió como una mala señal. Ni siquiera pensaba en eso de que le gustara, era solo el hecho de sentir que nunca podrían ser amigos. La fraternidad de Srad la tenía emprisionada y el nunca lo sería. Por cierte serían solo Nuker y Portier. Dos elementos más el Instituto Furukawa.
Caminó por entre los pasillos llenos de flores. Esas fragancias lo aturdian un poco, debido al exceso de olor que podia percibir su nariz de demonio. A veces le gustaba la idea de ser humano, no tener que vivir con las reglas tontas de los demonios... - Hey Nuker.. - dice levantando ligeramente la mano - Llegue tarde? Lo siento...
Naami Khöler Estudiante
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Tema: Re: Tell You Something │ Privado Miér Oct 03, 2012 3:08 am
Al escuchar el saludo la más bajita apenas se volteó de reojo, observándolo con curiosidad. ¡Había ido! A pesar de todo lo mal que ella lo hubo tratado, o al menos, lo mal que creyó haberle tratado. Volvió la vista al frente cuando él se acercó más y dio dos golpecitos con su mano en el otro extremo del banco para invitarlo a sentarse. -Llegaste bien, Gladiador.- Hizo una pausa ahí, al sentir un sabor amargo de boca cuando hubo pronunciado tal apodo. ¿No se suponía que habían cambiado las cosas? Sí...habían cambiado pero con su frialdad ella lo regresó todo a donde habían iniciado. Pero no quería perder a Taylor. Él se había acercado a ella cuando se estaba desmoronando y le había ofrecido una amistad que ella pensó corresponder, hasta que el piso bajo sus pies se hundió de nuevo y la ojiverde pensó que tomar la mano de él sólo lo hundiría también.
Pero no era así. ¿Cierto?
-Debo sonar muy hipócrita al haberte llamado después de la forma en que te ignoré los días pasados.- Acomodó un poco su fleco y finalmente se dignó a mirarlo, mirarlo fijamente para luego bajar ambas manos hacia la banca y sujetarse de ella como si así se aferrara a la vida. -Y puede que lo sea. Pero agradezco mucho que hayas venido.- Volvió la vista a la fuenta al no poder mantenerla sobre él. -Siento mucho haberlo hecho, estoy muy arrepentida.- No estaba segura de si él le creería, pero lo decía de corazón. Lo decía tan sinceramente que su voz sonaba distinta, quizá un poco más madura. -Pero hay algo más que quiero decir...en realidad es algo que quiero que sepas de mí.-
Tras decir eso, extendió su mano derecha hacia él, esperando que éste comprendiera que debía tomarla, invitándolo a ello con la mirada. -Es algo que nadie más conoce de mí.- No mentía, posiblemente en todo el Instituto el único conocedor de aquello fuese el mismo Director. Tras sentir la mano ajena la joven nahual comenzó a emitir un aura naranja antes de que las dos manos fuesen cubiertas por mana de ese color y los ojos de la chica brillasen intensamente.
Luego todo se volvió borroso para los dos, hasta que ambos fueron transportados a otro lugar, al menos dentro de su mente. En la mente de Naami, en sus recuerdos.
La habitación era enorme, blanca y hermosa, en ella, através de los ojos de la más bajita se podía ver el cuerpecito de una pequeña niña. Tendría máximo tres meses de nacida. Era adorable y sonriente, y se podía escuchar una risa infantil. Era la risa de Naami, quien debía tener unos cinco años. Una vocecilla adorable comenzó a canturrear: "Kreszenz, Kreszenz ~ " adorablemente, antes de que ambos viesen un pequeño brazo extenderse para acariciar la manita de la bebé que luego sujetaba un dedo de su hermanita menor. Estaban viendo lo que Naami recordaba haber visto años atrás. Más de diez años atrás.
Volvieron a la realidad por un segundo, como si ekka quisiera concentrarse en lo siguiente. Sus ojos no miraban a Taylor, miraban a cualquier lugar, menos a él. -Mi hermana.- Hizo saber antes de volver a concentrar el mana y transportar a ambos en recuerdos. Estaban ahora en un cementerio. La visión giraba de un lado a otro hasta enfocar a lo lejos a dos adultos. Un hombre y una mujer, ella lloraba en el hombro de él mientras tiraban tierra a la pequeña tumba. Luego la mirada cambió a todos los sitios, bajando de pronto hasta encontrar en las manos de la niña que les mostraba aquel excenario, una cajita llena de cubos leggo grandes. Eran con los que su hermanita jugaba.
Tras recordar eso Naami soltó bruscamente la mano de Taylor y la apretó contra su propia rodilla, haciendo lo mismo con la otra, mirando hacia el suelo y apretando los labios. No sabía qué decir. Pensó que con eso sería suficiente pero acababa de entender que sólo lograría confundirlo. Largó un suspiro prolongado antes de mirar hacia el techo. Éste estaba decorado por algunas plantas enredaderas que daban un aspecto más natural al lugar. Ese lugar, los primeros años, le había recordado mucho a la oficina del profesor Fado.
Taylor Kluivert Estudiante
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Tema: Re: Tell You Something │ Privado Lun Oct 15, 2012 12:28 am
Taylor estaba en una nube de emociones. Su corazón latía con fuerza mientras observaba aquellos recuerdos y al llegar al cementerio pensó en su hermanita. Se dió cuenta que todo este tiempo, Schwan había estado cargando con estos sentimientos desde muy joven ella sola. Un nudo en su estomago lo lleno de angustia y la observó detenidamente mientras regresaban al lugar donde estaban. - Así que... - dijo sin terminar la oración. Su mano viajó directo al hombro de su acompañante. Intentó ser lo mas delicado posible para no abordarla. - Todo este tiempo has vivido con esta tristeza... este vacio...
Volvió a pensar en su hermana y sus ojos se llenaron de lagrimas por un instante que inmediatamente fueron removidas con su mano libre. Recordó que si algo le había enseñado su hermana era que la tristeza no debía pasarse sola y que nadie tenia el castigo de no tener quien la apoye. Aquel recuerdo comenzó a encender su sangre, sobretodo cuando fué ella quien se dedicó a ser su aliada cuando Maggie estaba encerrada en little monsters. Se hincó donde ella y la tomó de ambos hombros. - Me estas enseñando esto porque ahora confias en mi? - preguntó observandola - Porque si es así.. no permitiré que vuelvas a hacerme esto... estaba preocupado por ti... me hiciste sentir que puedes disponer de mi cuando quieres.. y que en verdad no te interesa lo que yo pueda llegar a sentir...
Desvió la mirada un poco,intentando no llorar, no podía hacerlo frente a ella. - Pensé que a final de cuentas sólo le permitias estas cosas a tu fraternidad... que nunca iba a poder ayudarte... que entonces... yo... de nada sirve que sea tu amigo si no me permites luchar tus batallas a tu lado. Soportar el sufrimiento o perdidas y servirte de pilar para que te derrumbes si eso es lo que deseas...
Poco a poco, como un volcan, sintió como las emociones hacian erupción en él. Apretó ligeramente las manos antes de volverla a ver con un rostro ahora completamente rojo. - YO... yo.. yo quiero cuidarte siempre... y tal vez va a sonar estúpido para ti.. pero ... tu.. tu me gustas... osea... no de una manera sexual! ... bueno osea sí... pero... agh...
Al decir eso, Taylor soltó a la chica y se levantó para rascarse la nuca. Sentia que su corazón, boca y cerebro estaban volviendose licuado y no podia articular bien las cosas. Comenzaba a frustrarse y probablemente se había equivocado con todo lo que dijo. - Tu me gustas.. Schwan... y no me importa mucho que tu no sientas lo mismo... pero quisiera conocer mas de tí... y si me toca ser tu amigo, entonces serlo y estar ahi para cuando me necesites...
Naami Khöler Estudiante
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Tema: Re: Tell You Something │ Privado Lun Oct 15, 2012 1:32 am
Todo este tiempo has vivido con esta tristeza...este vacío... Al escuchar eso sus ojos se llenaron de lágrimas, principalmente de impotencia. Tuvo un impulso de levantarse e irse, al sentirse débil, como si estuviese desnuda frente a él. Pero entonces al mirarlo de reojo notó que él realmente había sentido una conexión con los recuerdos de ella misma, y pudo desvanecer las ganas de marcharse. Pasó saliva y volvió la vista a las bonitas enredaderas del techo. Habia unas florecillas violetas por ahí dándole un aspecto más alegre. Pensó en cuando ella se ponía florecillas en la cabeza y jugaba a ser una princesa. Recordó cuando quería serlo. Quiso contarle sobre ello, sobre sus juguetes de niña que compartió con su hermanita. Que luego de la muerte de la misma todos esos juguetes fueron guardados bajo llave por órden de su madre y que ella misma no tuvo más deseos de ser una princesa...nunca más.
Pero sus labios se mantuvieron sellados hasta que él la sujetó de los hombros, colocándose así frente a ella, mirándola intensamente y preguntando algo tan directo. Se llevó una mano a los labios sin alejar su esmeralda mirada de la de él. -Yo no...- No, ella no quería usarlo. ¿Cómo podía haber pensado eso? ¡Había sido él quien se había acercado y se le ocurría pensar que ella sólo lo había utilizado! Pensó en el collar que yacía bajo la blusa, pensó en su tobillo, en las gomitas, en los videojuegos, en el oso que yacía sobre las almohadas en su cama, en Maggie...¿De verdad podía pensar la gente que ella era tan insensible para pasar por todo eso sólo para usar a alguien? Sí...esa era la imagen que ella se había creado. La de alguien sin sentimientos que podía utilizar y luego tirar al piso y todavía darle una patada.
Al sentir cómo el más alto desviaba la mirada la castaña cerró los ojos un segundo y se mordió el labio inferior, bajando la mano para acomodarla de nuevo sobre su rodilla, volviendo a abrir los ojos y sintiendo cómo una de las lágrimas contenidas previamente bajaba por su mejilla. Se la limpió con la mano que antes hubo bajado, rápido y bruscamente. De nada sirve que sea tu amigo si no me permites luchar tus batallas a tu lado. Así que iba a aceptar seguir siendo su amigo. Sollozó muy suavecito, y de pronto, sin quererlo, llegó un recuerdo fugaz. Una voz fuerte y potente que, raramente, había sonada tan suave al decir aquello... Mi opinión acerca de ti no cambiara a pesar que seas capaz de inundar el Instituto entero con tus lágrimas.
Una sonrisa muy pequeña se formó en sus labios al notar cómo él apretaba las manos. Pensó que tal vez podía ser agradable tener a alguien aparte de su familia en Srad. Tal vez Taylor le abriese una puerta que se había negado a cruzar desde el fallecimiento de su padre. Separó los labios y antes de que pudiese decir nada el demonio lanzó una bomba. Sus ojos se abrieron lentamente todo lo posible y sus labios se separaron aún más. Contuvo el aliento unos insantes y cuando él continuó hablando finalmente cerró la boca para pasar saliva, perdiendo su mirada en cualquier otro lugar. Tú me gustas...Schwan... Se llevó una mano a la boca y agachó el rostro, buscando alguna planta interesante para mirar. ¿Le gustaba a Taylor Kluivert?...Al chico que siempre miraba las faldas de las alumnas y a la profesora Sloan. Al chico que había peleado junto a ella en aquel orfanato. ¿Y a ella? Volvió a mirarlo por un segundo y se preguntó que sentía por él. Y entonces... Era un elfo... Sintió una punzada en el pecho. Mis padres fueron asesinados por elfos. Él lo supo. Lo supo siempre. Sin poder controlarse, lágrimas gruesas y llenas de tristeza comenzaron a bajar por sus mejillas. Tuvo que llevarse las manos al rostro para ir limpiándolas conforme bajaban. -Perdón. Perdona yo no sé...- Sus hombros comenzaron a temblar. -Yo no sé qué demonios pasa conmigo justo ahora...- Se pasó una mano por el cabello antes de inclinarse un poco hacia él, recargando la frente en el hombro izquierdo de él.
Sabía que debía haber deshechado sus sentimientos hacia Hazel en cuanto leyó aquella carta. Que debería haberse rendido para siempre. Y por otra parte, ¿no había pensado que Taylor le gustaba un par de veces después de su salida a Canterbury? Aquella fiesta irlandesa y todo eso...pero ahora no estaba segura de lo que sentía. Era imposible tener esos sentimientos por dos personas al mismo tiempo, ¿cierto? Quería decirle "me gustas también", pero en cuanto pensaba en ello eran otros ojos los que llegaban a su cabeza. Y de cualquier forma...no era momento para eso, ¿verdad? Sería egoista, ¿no era así?
Taylor Kluivert Estudiante
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Tema: Re: Tell You Something │ Privado Lun Oct 15, 2012 1:54 am
Aquella respuesta le dió como cubetazo de agua fria, la cual fué inmediatamente mitigada por el cuerpo de la chica en su pecho. Su rostro sorprendido se relajó y envolvió sus brazos para esconderla. - No importa... solo descargalo... y cuando tu digas empezamos a arreglarte... ¿De acuerdo?
No queria presionarla, en verdad, no esperaba ninguna respuesta. Su corazón estaba completamente en paz otra vez. Ya había dicho lo que tenía que decir y ahora era cuestión de saber lo que le deparaba el destino. Sonrió al sentir sus fuerzas recuperadas y le dió un ligero apretón. - Yo pensé que me ibas a decir .. - dijo intentando pensar que probablemente no era el momento - Que tenias un cuerno donde nadie lo viera o asi.. algo bien bizarro... tenme un poco de paciencia..eres de mis primeros amigos.. a veces no sé como decir las cosas. Pero te prometo que intentaré aprender para que no te enojes! Pero tu tienes que dejar que yo entre ahi... OSEA EN TU CABEZA! No en otro lado!!
Otra vez comenzaba a balbucear y el rojo de sus mejillas volvia. - Solo.. agh... no te hagas la ninja... si es algo, lo que sea, yo te ayudo.. hasta a que me cuentes de que estas enamorada de otro... yo lo entenderé...
Naami Khöler Estudiante
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Tema: Re: Tell You Something │ Privado Lun Oct 15, 2012 2:08 am
La forma en que él la abrazó para intentar confortarla le hizo pensar que últimamente estaba apegándose demasiado a las personas. Además de Gustav... Suspiró despacio. Además de Gustav no acostumbraba acercarse tanto a otros. Y en las últimas semanas Hazel, el profesor Söderkvist y ahora Taylor se habían convertido en su consuelo. Esos brazos la habían confortado y le daban ánimos para seguir. Tal vez, sólo tal vez ella realmente no destruía todo lo que amaba. Sólo quizá podía querer a los demás sin verlos morir o desvanecerse un día. Soltó una risa muy bajita cuando escuchó lo del cuerno y se fue levantando poco a poco de donde se encontraba, limpiándose mejor las lágrimas que gracias al cielo se habían detenido cuando él comenzó a hablar.
-Eres un tonto, Kluivert.- Rió un poquito más al separarse por completo al escuchar lo de su cabeza, ahá, su cabeza. Le dio un suave golpecito con la mano en el brazo y luego se acomodó el cabello como pudo, pues se había despeinado un poco al recargarse en él. -¿Quieres que te cuente si me enamoro de otro?- Preguntó con total seriedad, mirándolo a los ojos con intensidad. ¿En serio un chico podía verse atractivo sonrojado? Tal vez no lo había notado, tal vez lo que le gustaba de Hazel eran otros gestos, y en Taylor...
Recordó la forma en que él la había observado en el café escondiéndose atrás de su brazo, recargado en la mesa. Esa forma en que la había observado, ¿no había sido obvio? Sonrió un poquito. -El profesor Fado siempre me ha cautivado de sobremanera.- Bromeó antes de sonreír más bajando la mirada, observando sus propios zapatos con dificultad, pues tenía al demonio enfrente, justo enfrente tras haberle dicho algo así. -Realmente...- Pasó saliva y respiró hondo para volver a mirarlo. -Realmente en éste momento no quiero preguntarme si hay alguien que me gusta...o no.- Dirigió su mirada a lo lejos, a aquellas rosas de hielo que yacían inmóviles. -Pero no te quiero...perder.- Entrecerró los ojos sintiendo calor en las mejillas. Supuso que éstas habían adquirido una coloración rosa intensa, pues sentía que eso era una especie de confesión, si no romántica, al menos especial. -Y quiero que sepas que no quiero usarte. Yo también quiero...conocer más sobre ti.-
Taylor Kluivert Estudiante
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Tema: Re: Tell You Something │ Privado Lun Oct 15, 2012 2:35 am
Bastó un golpe en el brazo para darse cuenta que todo estaba bien. Volvió a ver a esa Schwan que tanto le gustaba y que había descubierto en Canterbury. La cual presentó a su hermana y que había extrañado todos estos dias.
Cuando escuchó acerca de no pensar, decidió que era una de las mejores ideas que se le habían ocurrido. Sonrió ante la broma de Fado y escuchó atento sobre no perderlo. - Estar en Srad te hace mal... obviamente no me vas a perder... yo siempre estoy ahi - le dice señalando el colgante que portaba ella en su pecho - No importando que pase...y ahora más porque a la otra que te escondas iré por ti... a donde sea... ¿De acuerdo?
Sonrió una vez mas mientras sus mejillas seguian algo rojas. Era la primera vez que le declaraba "eso" a una chica y se sentía bien. Se mantuvo un silencio un momento, observandola, para él eso era suficiente. No se había dado cuenta cuando pero en verdad estaba enamorado de ella. - Y si, tienes razón, mejor no me digas quien te gusta, no queremos que me expulsen por golpear gente... a menos de que hables de Toledo. Hasta yo quiero sus hijos!
Naami Khöler Estudiante
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Tema: Re: Tell You Something │ Privado Lun Oct 15, 2012 2:47 am
La sonrisa en sus rosados labios se fue ensanchando conforme notaba que la confesión de su am...de Taylor, no había arruinado nada. Aun era inquietante, pero intentaría no pensar demasiado en ello, no innecesariamente. Soltó una risita al escuchar el apellido de su jugador favorito de Mugby y se levantó con cuidado para subirse sobre la banca y dar un salto hacia atrás, extendiendo un poco el brazo derecho para señalarlo con el dedo índice de esa mano. -¡Ah, pero tú no tienes su playera autografiada del partido de las finales del año pasado!- Alzó las cejas retadoramente, ése había sido su regalo de cumpleaños anterior, pues había costado mucho más que la piscina techada de su mansión.
-Josefat Toledo es mío, Kluivert, ándate con cuidado.- Amenazó entrecerrando los ojos como si realmente estuviesen debatiéndose por alguien apreciado. -De cualquier forma...- Elevó la mano derecha para mirarse las uñas. -Yo seré jugadora profesional antes que tú, así que estaré en su territorio primero.- Aseguró antes de mirarlo de reojo. Respiró tranquilamente y percibió los aromas dulces de algunas plantas del lugar. Por alguna razón se sentía tranquila. Él no la odiaba, al contrario, y a pesar de que ella no hubiese confirmado sus sentimientos, tampoco se alejaría. Quiso tocar la piedra naranja, pero pensó que era mala idea, debía ser cuidadosa.
Se preguntó qué hubiese pasado si hubiera dicho "me gustas también", y sin poder evitarlo se sonrojó intensamente ante el pensamiento de haber terminado besándose. ¡O tomándose de las manos, o...! Pasó saliva y desvió la mirada unos segundos.