La brecha entre la vida y la muerte (privado Isaac + Kiwi)

Ya habían pasado dos días, y justo como el científico prometió, le había enviado un mensaje al celular diciéndole que tenía hallazgos y que quería hablar con él. Hazel le contestó que tendrían que verse en su cuarto. A pesar de todo, seguiría los consejos de Kodran. No quería estar vagando por la escuela como un alma escondida, al menos no sabiendo que lo seguía un agente de la OMST.

Antes de contestarle al castaño, el pelirrojo se da un momento para observar su cuarto. Por un segundo, se preocupó un poco por lo que pensaría el chico de Creag ante tan desagradable desorden. Abrió todas las ventanas de par en par para que se ventilara, y con magia roja creó ventiladores que hicieran que el aire fluyera más, para que ya no hubiera un olor tan encerrado. El tiro le salió por la culata y algo de la lluvia de afuera se metió, mojando la alfombra cerca de las ventanas. En realidad no le importó demasiado.

Recogió los platos sucios del suelo y algunas prendas sudadas las arrojó a un cesto en el baño. Al final seguía siendo un cuarto muy desordenado, pero ya no parecía un deshuesadero inmundo.

Finalmente hazel envió la respuesta, en la cual venía el número de cuarto. Le dijo que tuviera cuidado al ir, puesto que podrían estar vigilados. Sin embargo, era el lugar más seguro. Encendió un cigarrillo que le robó a Kodran el día anterior y se sentó junto a uno de los abanicos a esperar a su socio.

Isaac leyó el mensaje enviado por Hazel y posteriormente lo borró de su celular, tenia sentido, después de todo era el sospechoso principal de un crimen y tenia razón, entre menos llamaran la atención seria lo mejor. Regresó el mensaje.

“Cuenta tus palabras”

El científico dejó el laboratorio donde había estado trabajando y cerró la puerta tras de si para caminar hacia la Fraternidad de Athar, llevaba todavía puesta su bata lo que denotaba que había estado trabajando hasta altas horas de la noche con un olor mezclado entre el tabaco y algunas plantas que había estado utilizando para fabricar algunas pociones.

Isaac no hacia ninguna clase de gesto sospechoso, en realidad, le importaba poco lo que pasara por la cabeza de su hermano si lo veía rondando por la institución, esta vez, estaba en su territorio, Gerard aun cuando fuera un agente de la OMST no se atrevería a tocarlo o al menos, eso creía él...

Al llegar, tocó la habitación del Djarda, solo fue un corto crucé de palabras en el que "le mat" solicitó su ayuda y después de eso, avanzaron juntos hacia el cuarto de Hazel Korhonen. Algo le daba mala espina, le preocupaba que la información que trataran se filtrara pero aun no ideaba una forma de mantenerlo en secreto, suponía que mientras no hablaran de mas, reducirían los riesgos.
-Korhonen.- Se escuchó la sonora voz Fournier del otro lado y tocó la puerta.

Kiwi había decidido cantarle a la luna toda la noche. Ya que era dia de fertilidad en botsuana y eso hace que la santa cabra de la luna deje caer su manto de lluvia en aquel pais. Por desgracia para él esa noche tambien estaba nublada, aquellas gruesas nubes sobre Furukawa le daban un mal presagio. Observó detenidamente el cielo hasta que alguien tocaba a la puerta.

Isaac Fournier pedía ayuda al D'jarda, algo nuevo para él. Realmente no había entendido nada con lo poco que hablaba pero era un buen momento para salir de su cuarto y olfatear el viento nocturno.
- QUE MIIISTICO! El canto de la luna, envuelta en algodón negro! Buena viibra, buena viibra~ - dice el demonio haciendo bastante escandalo a lado de su compañero. Kiwi era uno de esos demonios que brillaba tenuemente en la obscuridad. Sus pequeños patrones rosados en el rostro soltaban un agradable brillo que siempre le ayudaba a notarse. Sus ojos naranjas tambien brillaban sin contar lo sedoso de sus puas - Que bueno que me invitaste a salir, carnalito, la cabra de botsuana no se enojará conmigo si le fallo un dia. Buena vibra, buena vibra.

Caminaba tranquilamente con sus extrañas patas que tenian similitud con un león, Kiwi no podía usar zapatos porque sus pies eran muy diferentes. De todas formas intentaba ser muy limpio, al menos frente a los demas.

Al entrar a Srad, Kiwi bajó las orejas un poco. El ambiente lugubre de la honorable casa de fuego en verdad le afectaba. Era como caminar entre denso humo de cigarro, provocandole que intentara taparse la nariz, luego la otra, luego la anterior y así varias veces hasta darse por vencido.
- Que mala vibra, muy mala vibra carnalito - dice haciendo una cara triste - A que venimos?

Isaac se mantenía en silencio mientras que Kiwi parloteaba, seguían avanzando hasta el ultimo piso en donde parecia estar muy denso.
- QUE FUEERTE CARNALITO! La peste mayor sale de ahí! - dice apuntando la puerta que Isaac comenzaba a alcanzar - NO!! EL MONSTRUO COME ALMAS! Todo esto es venganza de la Cabra de la Luna! Que le da fertilidad a Botsuana!! Mala Viibra! Mala Viibra ~ T_T

Sin embargo, el parloteo de Kiwi fué detenido por la indiferencia de Isaac al momento de hablarle a Hazel, cosa que atrajo la atención del D'jarda.
- Oooh.. es el cuarto de Hazel.. que miistico~

"Monstruo come almas? <_<" piensa Hazel escuchando de pronto una voz ruidosa desde el pasillo. "Quién demonios trajo a Kiwi a Srad?" estaba pensando justo cuando Isaac cruzó la puerta. El chico levantó una mano para saludar al castaño, y estaba a punto de preguntar qué pasaba afuera cuando Kiwi entró.

El pelirrojo se les queda viendo a ambos en silencio con una cara totalmente perpleja. Por un segundo, el único ruido del cuarto fue el de los abanicos hechos de mana, que hacían que el pelo de los presentes se moviera incómodamente mientras se veían los unos a los otros.

-No quiero ser grosero, pero... Kiwi?- pregunta Hazel viendo a Isaac y enarcando una ceja. -Em...pasen...siéntense- dice levantándose para ofrecerles un asiento en unos banquillos que tenía cerca de los ventiladores -Ah...sólo... no se sienten en esa cama.- dice señalando la cara de Sebastyan con la mirada. Si alguien tocaba esa cama, no sabía cómo iba a reaccionar.

-Em...en fin. Perdón por estar tan confundido, pero, Kiwi, qué haces aquí? Le contaste algo...?- dice Hazel sentándose y preguntando lo último a Isaac, acercándose a él y bajando la voz disimuladamente.

Por el bien de su sanidad mental, Isaac decidió ignorar si no, totalmente, la mayoría de lo que el Djarda decía, entró en la habitación y se sentó en el borde de la cama. No hizo ningún comentario al respecto solo vio a Korhonen y a Kiwi, tosió un poco para llamar la atención del grupo.
-Kiwi es una de los estudiantes mas ligados a lo espiritual en este Instituto.- Respondió Fournier, ni el mismo estaba tan seguro de su decisión, no solo tendría que lidiar con la veracidad de las palabras del Djarda sino que ademas tendría que encontrar la punta de toda esa telaraña de información.

-No, no le he comentado nada- Contestó Isaac seriamente luego sacó un cigarro y lo llevó a su boca. -Kiwi, necesitamos preguntarte algunas cosas...- Anunció el castaño mirando de reojo a Hazel, quería hacer el primer movimiento solo para comprobar que el australiano hubiese captado el mensaje que le dejo respecto a NO HABLAR DE MAS.

Si la OMST estaba investigado, en especial su hermano, tal vez no lo metería en problemas pero bien podría meter su nariz donde no debía.

-Es meramente curiosidad nuestra...- Mintió y fue al grano. -¿Existe un plano, dimensión...brecha... como quieras llamarlo que este ubicado antes de la muerte?-

El D'jarda observó el lugar. Aquel pinaculo del mal olor y las malas vibras que Hazel Korhonen había estado conservando. Los ojos de Kiwi podían ver HUMO NEGRO saliendo de una montaña de calcetines en una esquina, pero lo que mas malas vibras le traia era una cama satanica a lado opuesto de la suya.
- LA CAMA DEL DIABLO! QUE MIIISTICO! - grita Kiwi señalando el mueble que Hazel impidió que tocaran - Noo carnalito, este muñequito no se sube a los aparadores tan mal vibrosos. LA VACA SE ENOJA! Y NO TE DA DE SU LECHE! Que mala onda, muy mala onda....

Caminó y vió el asiento el cual empujó un poco para sentarse en el suelo. Cuando vió a Isaac una caja de cigarros y ver que Hazel tambien portaba uno, pensó que sería sano unirse al juego.
- Ahh yo tambien traigo mi fuego! - dice el D'jarda sacando un porta incienzo y poniendo una barrita que al chasquido de sus dedos se enciende. El olor era una especie de fusion entre jazmín y el cuarto de tu abuela. - Que naturaaal! El olor a Jazmin! EL JAZMIN ES SALUDABLE!~ Como los pistachos.. que ricos pistachos...

El D'jarda logra acomodarse donde estaba mas a gusto y veia todo a su alrededor. Veia como el incienzo comenzaba a alejar todas esas malas vibras por la ventana. Luego fué atrapado por la oscilación del ventilador y comenzaba a imitarlo.
- La vida es como un ventilador, carnalito, LA SOCIEDAD NOS HACE OSCILAR! - grita levantando las manos - Mala viibra, la sociedad... la vaca de bostuana... que fueeerte...

Fué entonces cuando escuchó la pregunta de Isaac y Kiwi se congeló, justo como si le hubieran puesto pausa.
- Aah, carnalito! Esas preguntas no las sé yo, pero podemos preguntarle a mi tarot.. EL TAROT LO SABE TODO! COMO LA VACA! Pero con menos cantidad de calcio.. Buena vibra! Buena vibra! - el demonio saca una cajita de madera negra con algunas runas -Pero ojo, carnalito, el tarot no es gratis, solo en el evento celta. LAS CARTAS SON PEDICHES! MUY PEDICHES! Mala vibra, mala vibra~

El pelirrojo se quedó boquiabierto ante tooooda la palabrería rara del Djarda. Y lo peor de todo? Muchas cosas de las que decía... le parecía que tenían sentido. La cama del diablo? No pudo haber acertado más, muy probablemente esa cama tuviera tanta mala vibra que podría envenenar a Kiwi hasta matarlo.

El olor a incienso lo relajó un poco. Kiwi tenía razón, olía bien. Natural... a hierbas.... como las que usaba Sebastyan...

Hazel dejó ir un suspiro ante los recuerdos que llegaban a su nariz mientras Isaac le explicaba su... extraña decisión. El pelirrojo asintió una vez viendo al castaño. En eso tenía razón: si alguien podía explicar algo espiritual, era él. Aunque normalmente nunca era muy explicativo que digamos.

-Y cuál es el precio? Pagaré lo que sea que pidan las cartas, Kiwi. Pero tienes que hablar directo y al grano, sí? >_>... no es tan fácil entender tus palabras tan... místicas. Tenemos así como que, algo de prisa...- le dice el australiano al djarda viéndolo fijamente. Sabía que Isaac iba a cuestionar lo del tarot. De seguro diría que no podía corroborarse o algo así, pero él estaba dispuesto a tomar esa oportunidad. Probablemente le pudiera decir algo que nadie más diría.

Isaac estaba tratando de mantener esa tendencia cuadrática, desechaba la información basura, que en el caso de Kiwi solía ser bastante y se quedaba solamente con la parte que le servia, dejó que Hazel se ofreciera, a final de cuentas, esto era asunto de él aunque un conocimiento tan poco conciso no era muy de su agrado, no dudaba de su veracidad, esta vez pero de alguna manera el hecho de que fuera tan poco tangible era incomodo para Isaac.

El loco, no tuvo mucho que decir, solamente esbozó una sonrisa llena de satisfacción y prácticamente dejó morir al ex-capitan de Srad.

-Adelante- Comentó para Kiwi. -Di tu precio y continua.-

- QUE FUERTE! LA TRAMA SE DOBLA! - grita Kiwi levantando los brazos y comenzando a caminar en las palmas de sus manos - Todo esta de cabeza! Que fueerte!!

El D'jarda toma con su cola la caja y al voltearse se deja caer de sentón para luego abrirla y dejar salir todas las cartas. Al caer al piso el D'jarda mueve su mano y estas comienzan a apilarse solas y a partirse, poco a poco como un profesional invisible. Kiwi seguia hablando sobre el ciclo de fertilidad de la cabra de Botsuana mientras que las cartas terminaban su ritual. Al cabar, el demonio golpea el piso y las cartas se dividen en tres mazos.
- Ya stufas carnalito - responde - primero veremos que piden las cartas para contestar. TODOS ATENTOS A LAS SEÑALES! LAS SEÑALES WI FI COSMICAS! QUE MIISTICO~

Un movimiento en su mano envuelta de mana purpura hace voltear la carta. Esta tenia el dibujo de una hermosa sacerdotiza del bosque. Los ojos superiores de Kiwi observan a Hazel mientras que los otros semantienen en la carta.
- Que denso carnalito.. me esta pidiendo el muñequito del duende irlandes que tienes en aquella repisa... YO NO ENTIENDO A LAS CARTAS! Son bien pediches.. que verguenza, mucha verguenza!!...

Hazel se queda viendo incómodo a Kiwi mientras hacía su ritual, con sus ojos superiores clavados en él y los inferiores en las cartas. No sabía a cuál par mirar, así que el pelirrojo alternaba la mirada entre cada uno con extrañeza.

Finalmente frunce el ceño cuando la carta se voltea, sintiendo una gota de sudor resbalar por su mejilla. Pensaba que tal vez las cartas pedirían algo como... no sé, un brazo, movilidad en los dedos, años de vida, un hígado... podía vivir con sólo uno...

Pero no, claro, las cosas nunca son tan fáciles. En un mundo donde la magia puede reemplazarlo todo, prueba de ello estaba en su brazo incapaz de sentir, los órganos y los cuerpos no eran lo suficiente. No, esas cosas saben dónde te duele, saben exactamente qué es lo que valoras. Y para un hombre que siente que dentro de sí mismo ya nada vale lo suficiente, tienen que pedir algo que sea importante, algo que realmente sea un -precio- de verdad.

El pelirrojo entrecierra los ojos y aprieta los dientes, quedándose en silencio por varios segundos después de las palabras de Kiwi. Volteó a ver el peluche con recelo. Era sólo un peluche... cierto?

Y también era lo único que le quedaba de Sebastyan.

Hazel deja ir un bufido de hastío, desviando la mirada a otro lado. Eso iba a doler, y mucho, pero era su mejor oportunidad para poder avanzar con su misión. Y no, no iba a dejar que el elfo se adelantara con la suya sin que él estuviera avanzando por estar aferrado a un peluche. Ya era hora de tomar las riendas de las cosas y dejarse de niñerías.

El pelirrojo se para, va por el peluche y lo toma con su mano izquierda, quedándosele viendo por unos momentos en silencio. -Pareces insistente en eso de irte...- le dice en voz baja al pequeño duende, como si de esa forma Sebastyan pudiera oirlo. -Bien... si eso es lo que quieres... eso tendrás, pero esta es otra que no se me va a olvidar...- dice finalmente para voltear a ver a Kiwi y acercarse, sentándose en el piso en flor de loto y dejando el peluche frente a las cartas.

-Espero que me digas algo que lo valga, Kiwi...- dice viendo a los ojos del Djarda con cara seria y fría.

Isaac solamente enarcó la ceja, a pesar de su poca empatia con la gente podía darse cuenta de varias cosas, una de ellas es que no comprendía como funcionaba eso de los precios, viéndolo desde otro punto de vista, pedirle un peluche era estúpido comparado con lo valioso de la información que podrían recibir a cambio y la otra es que, notaba el choque de emociones de Korhonen, incomprensible para el, puesto que simplemente tenia que deshacerse de una cosa tan absurda a su ver, no lo entendía, posiblemente porque alguien como Isaac nunca tuvo una cosa a la cual aferrarse tanto y generalmente, lo que más valoraba eran cosas intangibles como la dedicación o el mismo conocimiento.

No tuvo mucho que agregar al respecto, solamente dejo salir una bocanada de humo e invito a Kiwi a proseguir.
-Esta hecho, continua...-

Al ver que Hazel entregaba el peluche los cuatro ojos de Kiwi se sorprendieron y observaban el precio. Rápidamente el d'jarda toma el peluche y lo observa.
- HOLA AMIGUITO! BIENVENIDO AL TREN DEL AMOR! Buena viibra, buena viibra - dice tomandolo y viendolo a los ojos - Prometo cuidarlo bien carnalito, no te preocupes, tu tranquilo y yo nervioso. Buena vibra~ Buena vibra~

El D'jarda hace desaparecer el peluche en una flama color indigo y las cartas comienzan a voltearse. Los cuatro ojos de Kiwi comienzan a moverse en direcciones aleatorias intentando leer el tarot.
- Si carnalito, las cartas dicen que existe un lugar llamado "La Brecha entre la vida y la muerte", un lugar miiistico por donde pasan las almas. La gente que lo conoce le dice "La Brecha" y para muchos, es una leyenda... buena vibra, buena vibra~

Kiwi sigue observando, como si el tarot le platicara mas cosas. Este solo asiente y mueve sus brazos de manera muy incomoda.
- Dice las cartas que es de mala educacion hablar de la Brecha, mala viibra, mala viibra...

Sonrió de lado ante las palabras de Kiwi sobre el peluche. Asintió una vez sin cambiar su expresión ante la promesa, aunque la sonrisa se borró cuando el juguete desapareció en ese místico fuego.

"Entonces sí existe...." piensa Hazel para sí viendo a los ojos al D'jarda con determinación impresa en la mirada. Se queda en silencio un segundo después de la advertencia sobre el tema, pensando.

No, ya no podía echarse para atrás, una simple advertencia jamás lo había detenido, tenía que al menos intentarlo, aunque fuera peligroso tentar aún más al destino...

-Kiwi, perdóname por esto... pero estoy en una situación en la que no tengo mucha opción... tengo que seguir adelante. Si las cartas lo permiten...qué necesito hacer para saber más? pregunta el pelirrojo sin quitarle los ojos de encima al curioso demonio.

Isaac metió las manos en los bolsillos, la información había sido útil, había confirmado el supuesto que había formulado acerca de la brecha y ahora tenían un punto de partida, mas que suficiente para reanudar su búsqueda.
“ ¿Educación? ¿A quien le importaba la educación? “ Pensó el castaño dedicándole una mirada al mazo de cartas, no le preocupaba mucho las advertencias del D'jarda después de todo, creía Isaac que en el peor de los casos, podría conseguir alguien a quien no le pareciera de “mala educación” hablar de la brecha.

-Korhonen, no te adelantes- Dijo el ingeniero repitiendo las mismas palabras que había usado antes durante su primer encuentro. -Este es solo uno de los muchos caminos, no le des tanta importancia, Kiwi o mejor dicho, el tarot no es el único “ente” que tiene conocimiento acerca de la brecha. Cuando quieras detenerte, podemos terminar, solo necesitaba confirmar que existía un lugar como ese para tener un punto de partida, tenemos un nombre, incluso podemos preguntar a nuestros profesores...- Añadió, posiblemente los maestros no tendrían conocimiento de que uno de los gorriones tentativamente se encontraba ahí, así que mientras no les comentaran nada, no tendrían motivos para ocultarles dicha información.

- QUE MIIISTICO!! Me dijeron eeente!! - dice el D'jarda levantando las manos como si fuera un gran descubrimiento - Pues yo solo soy el mensajeeero carnalito, buena viiibra! buena viibra! Si es todo no veo porque no ir por algo de cenar. La señora me hace unas quesadillas de queso.. uuy! que fueeerte!

Kiwi realmente no le interesaba mucho sobre saber información. Las cartas le avisaban que no era un buen tema para tratar y que podía ser peligroso. Le incomodaba un poco exponer a sus compañeros en peligro. Sobretodo a Hazel quien irradiaba mucha obscuridad.
- Carnalito, SE FELIZ! LA VIDA ES PARA VIVIRSE! COMO LA LECHE DE LA VACA, QUE NOS MOJA TODOS LOS DIAS! Buena viibra! Buena viibra! - dice sonriendole a Korhonen, la verdad no había mucho por hacer si el no daba el primer paso.

Hazel ve a Isaac entrecerrando los ojos y frunciendo el ceño. Por qué siempre se sentía como una barrera hecha de aburrimiento? Bueno, bueno... tal vez lo estuviera haciendo por su bien. O tal vez no. Ese no era el caso, el caso es que en dos días iría a juicio y no sabía cuándo ni cómo iba a regresar.

El pelirrojo sólo suspira y voltea a ver a Kiwi con una apagada sonrisa. - No puedo salir de mi cuarto, Kiwi. Tengo a un VEJESTORIO VAMPÍRICO...- grita en voz alta viendo al techo, como queriendo que Kodran escuchara, donde quiera que estuviera -...y a un agente de la OMST siguiendo todos mis movimientos. En realidad no les conviene que los vean conmigo en los pasillos, al menos no por ahora... pero cuando esto del juicio se resuelva y me regresen, te invito una cena, qué te parece?- dice suspirando y dándole una palmada amistosa en el hombro a Kiwi -Gracias por la ayuda... si vuelvo a necesitarte te contactaré, hecho?- le dice intentando regalarle una sonrisa completa.

Isaac solamente miró a los otros dos estudiantes, suponiendo que con eso se daría por terminada la reunión, habían obtenido lo que buscaban, de cierta manera y justo como había pensado en el peor de los casos podrían volver a contactar al demonio o en su defecto contactar a algún otro.
Fournier no se molestó en agradecerle, más que verlo como un favor lo veía como un negocio. -¿Te debemos algo además de la cena?- Preguntó pues el miembro de Creag y se cruzó de brazos.

Luego de reojo miró a Hazel, aun tenia algo mas que tratar con el pelirrojo pero esperaría a que el D'jarda se marchara. Sacó su teléfono móvil y empezó a escribir algunas anotaciones.

- Aaah!! No se diga mas! no se diga mas! - responde Kiwi brincando de un golpe y extendiendo su palma. El tarot se apila en ella y la guarda en su cajita - Entonces este muñeco se cambia de aparador. UN APARADOR CON COMIDAAA PORQUE TENGO HAMBREE~ Que miistico, que miistico.

El chico se da la vuelta y levanta la mano para despedirse, no sin antes tomar el incienzo que a simple vista aun seguia encendido. Para Kiwi ahora era una enorme bola de obscuridad la cual había tomado del cuarto. Sin decir mas el D'jarda abre la boca y se mete el incienzo prendido, dejando salir una pequeña bola de humo.
- Que riico! Aunque le falta un poco de sal.. PERO SAL LIGHT PORQUE ME SUBE LA PRESIOON! Que fueeerte!

Sin más que decir, el demonio abre la puerta y se va, sin decir más. Pensando que aun tenia tiempo de ir a cantarle a la cabra de botsuana...

- ... Ok...- dice el pelirrojo siguiendo a Kiwi con la mirada y viéndolo salir por la puerta. Una vez que el d'jarda hubo cerrado la puerta tras de sí, Hazel voltea a ver a Isaac con una ceja enarcada -Osea que sí lo voy a invitar o no? Ya no entendí...- dice rascándose un poco la cabeza.

Luego suelta un minisuspiro negando con la cabeza, como para regresarse a sí mismo a sus asuntos. El pelirrojo deja ir una bocanada de aire y luego voltea a ver a Isaac con algo de molestia - No va a funcionar, Isaac. No creo que los profesores sepan tanto al respecto. Y si lo saben, no lo dejarán ir tan fácil. Kiwi nos acaba de confirmar que existe, pero el llegar a ella es un misterio que tal vez sólo podríamos conseguir a través de un pacto con algún tahúr o algo así...-

El chico baja la mirada, algo apenado -Ni siquiera Kodran sabe nada sobre la brecha...- dice sin voltear a ver al castaño. Sabía que se enojaría o algo así por haberle contado al vampiro sin consultarlo antes con él, pero estaba hecho y era mejor que Le Mat se enterara sobre el asunto. Al fin y al cabo, era su detective.

Isaac observó a Hazel fijamente pero no movió ni un musculo, estaba inexpresivo como siempre así que era realmente muy difícil discernir entre si estaba enojado o simplemente no le importaba. -No debiste mencionarles nada aun.- Fue lo único que dijo, su mente ya había empezado a trabajar, sabia que no podía regañarlo por ello aunque de cierta forma, le decepcionaba, no estaba muy acostumbrado a que la gente cometiera errores tan inocentes puesto que “el loco” se encargaba de seleccionar meticulosamente a las personas con las que trabajaba y hasta ahora, el único que había cumplido con todas sus expectativas había sido Albert.

El científico levantó la cabeza para ver el techo de la habitación como si ahí fuese a encontrar la respuesta, si Kodran tenia una idea o no de la brecha, era irrelevante.
-Esas cosas no son baratas Korhonen, bien pudimos continuar la conversación con Kiwi, si no lo hice es porque prefiero encontrarlo yo mismo antes de recurrir a los extremos. Lo que se le entrega aun tahur, no hay manera de recuperarlo y eso incluye tu alma.- Advirtió y finalmente se puso de pie, dispuesto a marcharse.

-Dame 2 días más para ver que puedo conseguir, si no hay nada nuevo, evaluaremos la posibilidad de conseguir un Tahur.- Dicho esto el Isaac partió saliendo de la habitación, consideraba que ya no había más que discutir, así era como trabajaba, todo se basaba en practicidad. Habia alguien que definitivamente sabia sobre la brecha, el problema era si ese alguien estaba dispuesto a hablar...