Noah-Nick (Privado) : Empecemos de nuevo si?

El enfermero llamo a Noah a su consultorio por medio de un hechizo que el conocia, era en realidad una bastardizacion de los gorriones mensajeros del profesor Fado, en su caso creaba una pequeña bestia voladora muy similar a un gorrion pero con cabeza humana como una calavera y alas que en vez de pluma tenian membranas, lo mando tan pronto estubo el mensaje listo, "Noah Fenian me encantaria verte en mi oficina, esta tarde, atte: Nick Nickledime".

Cuando penso en la presentacion de su mensaje supo que no era lo mas adecuado pero ya estaba hecho, suspiro, era algo sobre lo que no tenia mucho control su magia roja habia sido asi desde siempre.

Por reflejo al sentirse frustrado lleno un vaso con whiskey, lo llevo a sus labios y el liquido desaparecio, "me lleva" la maldicion del profesor seguia activa, busco en el cajon y sus cigarros se habian ido, no esperaba menos, no habia pensado bien en que decirle al niño, ser sincero nunca habia sido su fuerte, era un excelente mentiroso pero ahora que trataba de ser bueno lo unico que se habia ganado eran miradas de sospecha, no era ilogico pensar que estaba actuano raro, no habia mucho que hacer al respecto, ahora a esperar al pequeño y que lo pueda disculpar.

Esa no era precisamente la clase de invitación que esperaba por parte del enfermero, en realidad había sido BASTANTE tétrica y no dejaba de preguntarme cual seria la razón del llamado, tal vez Clementine se había enterado que terminé “ligeramente” alcoholizado el otro día y ahora quería tratarme por alcohólico pero juro que solo lo estaba probando! Era culpa de Socrates, él fue el que quiso más y yo solo le seguí el juego...

Pero bueno, ya no había marcha atrás, aproveché un espacio que tuve a mitad de la tarde para acudir al llamado y me dirigí directamente a la oficina de Nick, toqué la puerta pero no esperé su respuesta y abrí la puerta lentamente, luego fui asomando la cabeza por entre la rendija que se iba formando y le sonreí ligeramente nervioso.

-Dígame que no es por lo de antier..- Le dije al enfermero preocupado y pasando saliva y dado que este no parecía estar ocupado, entré en la oficina y cerré la puerta tras de mi. Una vez ahí dentro, largué un suspiro esperando lo peor...

¿Cómo hacia para meterme tanto en problemas? Eso ya debería ser considerado un talento...

El enfermero se encontraba tras de su escritorio, en realidad no estaba ocupado, solo esperaba que el pequeño viniera y al verlo entrar por la puerta se alegro que su invitacion no lo hubiese auyentado.

Con el brazo y mano extendidos le hizo un gesto ¨Toma asiento porfavor¨, le dijo en un tono casi jovial.

Fue facil para Nick obervar la preocupacion en la cara del niño, lo ultimo que el queria es que esto se sintiera mal en su presencia, ¨Porfavor no estes preocupado, no te llame por nada malo que hayas hecho tu¨.

El castaño suspiro y dijo ¨Quien hizo algo malo fui yo¨, hizo una pausa.

¨Recuerdas cuando fuiste al consultorio de la doctora y bueno tu sabes, no me porte bien contigo, no fue profesional y quiero disculparme contigo, tu solo estabas tratando de ayudar a tu amigo, asi que deveras siento si te hize sentir mal o incomodo, lo siento¨, hizo otra pausa, no era facil entenderlo porque sencillamente no tenia ningun amigo pero supo que si tuviese alguno seguramente haria lo mismo.

En realidad, no podía evitar desconfiar del mayor, no me malinterpreten, no estaba diciendo que fuera alguna clase de ente horrible ni nada parecido, pero era extraño y hasta cierto punto sospechoso ese cambio tan radical de actitud. Mientras lo escuchaba hablar, no despegué la mirada de él, en especial de su rostro, quería buscar algún indicio de sarcasmo, una risa que se estuviese asomando y me indicara lo que ya creía, pero no había nada... así que enarqué una ceja mientras le asentía con la cabeza, confirmando que recordaba lo que pasó aquel día.

Y cuando terminó de hablar, me quedé un momento en silencio, soy honesto, me costó algo de trabajo creerle pero después de unos 10 o 20 segundos, le esbocé una pequeña sonrisa. Esta bien! Esta bien! Confiaría en él! Si estaba tratando de arreglar las cosas, lo menos que podía hacer era poner de mi parte aun cuando no estuviese enfadado.
-No hay de que...- Contesté acercándome para hacerle un “pat pat” en el brazo y luego me reí bajito. -En realidad, yo tampoco debí llegar así, tu sabes gritando y todo eso, ni siquiera sabia si estaban ocupados y no dejaba de molestarlos pero es que me había emocionado con la idea de ayudarlo!- Expliqué; al principio tratando de hacerle ver como yo también me había equivocado aunque como todo niño, terminé justificándome de todas formas, luego le enseñé los dientes mientras llevaba mis manos a mi nuca y hacia una almohada con ellas.

-Pero sabes aun cuando“según tu” me hayas tratado mal, muchas gracias, le sirvió mucho a Socrates. Ahora puede hacer deportes, aunque sea un poquito sin ahogarse. Disculpa aceptada, gracias por ayudarme a ayudar a mi amigo.- Agregué aquello ultimo con emoción, estaba muy feliz por él...

Nick pudo ver en los ojos del pequeño su incredulidad inicial, era bueno haciendo eso, sabia que si queria iniciar de nuevo era probable que no fuera visto como algo no menos que curioso, al principio se sintio triste, pero era facil de entender, nadie cambia asi de la noche a la mañana, pero no habia nada mas que pudiese hacer, alguien dijo que las acciones definen al hombre, era algo con lo que tenia que lidear para bien o para mal.

Almenos al final parecio creerle, eso levanto un peso de su pecho, al escucharlo supo lo que trataba de hacer, era lindo de su parte.

Por un momento hecho la vista abajo y casi en un suspiro dijo, ¨Dime Noah, tu crees que la gente puede cambiar si se lo propone, crees en segundas oportunidades?¨.

No espero respuesta, casi como si se lo preguntara a si mismo.

¨Me alegra saber que tu amigo esta mejor, si necesitas algo mas, no dudes en venir, puedo tomarme el tiempo y enseñarte lo que necesites, eres listo y aprendes rapido de eso me di cuenta¨ hizo una pausa y sonrio ¨mi especialidad es la preparacion previa al combate, esperemos que no llegues a necesitar nada de eso pero si llegase a ser necesario mis conocimientos quedan a tu disposicion, aparte la Doctora puede ser algo gruñona cuando no duerme bien¨. Nick rio con ese ultimo comentario.

Me le quedé viendo muy extrañado por la pregunta, si se refería a él por supuesto que si, pero era una pregunta un poco difícil de contestar y que tal vez requeriría hacer trabajar la ratita un poco más, creo que hasta ahora, había hecho lo posible por olvidarme de mis padres, de hecho, no los odiaba, no les guardaba rencor tampoco, era algo que de cierta forma había escondido en el lugar más recóndito de mi mente y se había quedado ahí, olvidado o... superado, tal vez, la verdad ni yo mismo lo sabia pero luego pensé en lo que el enfermero había dicho y si de repente ellos llegaran y se disculparan conmigo, ¿Merecerían una segunda oportunidad?.

Tenia que pensar bien lo que iba decir y a pesar de que la conversación continuó, quería darle una respuesta.
-Creo que todos nos equivocamos, toda la vida... seria muy injusto no dar segundas oportunidades o no creer en ellas, siempre y cuando, la persona en verdad quiera cambiar y enmendar sus errores, en esos casos, yo creo que una segunda oportunidad o tercera o cuarta, no importa, eventualmente encontrara el camino correcto aunque haya tenido una vida de errores.- Contesté, no esperaba que fuera esa una verdad universal aunque era algo parecido a lo que me había enseñado mi maestro con algunos ligeros cambios, simplemente le había contestado de la forma en que yo veía las cosas en este momento, tampoco era algo que estaba grabado en piedra, tal vez mañana o en unos años estaría arrepentido de haber dicho tal cosa, quien sabe...

-Si... yo creo que mejor, si necesito algo, vendré contigo...- Me acerqué a él y le confesé algo. -La otra vez pensé que la doctora iba matarme.-

El enfermero quedo asombrado, sus ojos se abrieron, era inesperada tanta sabiduria viniendo de alguien tan chico, no era la respuesta que esperaba si no la respuesta que necesitaba escuchar y eso fue mucho mejor.

Pero despues de ese momento de reflexion profunda hablo sobre su mujer dragon favorita y no pudo contener la risa ante el contraste de madures mas alla de sus años y derrepente volver a ser un chiquillo, a lo que Nick dijo:

¨Puedes estar seguro que estaba apunto de hacerlo¨ y siguio riendo.

El castaño abrio el cajon de su escritorio y saco dos vasos con hielo y una bebida marron obscura, eran vasos bajitos y anchos de vidrio, puso uno frente al niño y le dijo :¨Sabes Noah, eres un buen chico, estas hecho de oro¨.

hizo una pausa e hizo un gesto hacia l vaso: ¨adelante, lo servi para ti, y no te preocupes es solo soda y hielo, aparte no estamos en una fiesta¨ le guiño el ojo.

Aun seguia sorprendido por el pequeño, si a su edad hubiese tenido a alguien como el como amigo de seguro las cosas hubiesen sido diferentes.