Crecer (Privado? Noah)

Con una chaqueta negra con un poco de peluche blanco sobre el cuello y un par de guantes sin dedos, el clank clank del caminar del australiano se hacía sonar por los pasillos de la fraternidad de Sal.

Era una época algo nostálgica para Hazel. Gustav estaba en la fraternidad de Creag viendo lo de su cuerpo nuevo, y aunque todo el asunto del asesinato ya no pesaba tanto en él, seguía sintiendo una culpa extraña porque ahora buscaba una forma de redimirse con su amigo (aunque él le dijera que no había problema). Sebastyan seguía infiltrándose en los cuarteles del Dogma Crucis, lo cual hacía que cada vez que pensaba en ello se enojara, se preocupara y se pusiera algo triste al mismo tiempo, pero al fin y al cabo, sabía que si alguien sería bueno haciendo ese tipo de trabajos, era el elfo, y tenía una costilla ya-no-tan-rota para probarlo.
Y por último... Naami se había ido a Alemania. Para no volver.

Era el último de los golpes que al parecer la vida tenía planeada para los 4 amigos que alguna vez fueran el indestructible equipo de Srad. Ahora todos separados por el destino, y todos involucrados en un torbellino de eventos que había puesto sus vidas en peligro más de una vez.

Pero al menos ahora ella estaba a salvo... eso lo calmaba un poco, aunque no dejaría de extrañarla.

Todo esto había cambiado mucho al australiano... lo había hecho mucho más consciente de todo lo que pasaba a su alrededor. Todo.

Y ahora se daba cuenta que buena parte de ese todo era abarcada por la existencia de un par de pequeñitos de cabello plateado a los que había adoptado como hijos postizos.
Con la navidad a la vuelta de la esquina, y ambos sin familias a quién visitar, sabía que era un buen tiempo para pasar un tiempo de calidad con Noah.
Y, al final, no sólo sería bueno para el pequeño, sino que también serviría para aliviar un poco su espíritu de la melancolía que empezaba a sobrecogerlo por las noches al mirar el techo de su cuarto.

Con paso tranquilo llegó hasta la habitación del pequeño. Esperaba que estuviera solo... no era que no quisiera ver a Taylor (o tal vez sí era eso), pero tenía ganas de tener una conversación a solas con Noah... de padre a hijo.
Soltó un suspiro, visible por el vaho que incluso en el interior del edificio se desprendía de su boca, y tocó a la puerta.

-Noah? Soy Hazel. ¿Estás en tu cuarto? Te traje algo de comer- dice algo sonoro agitando una bolsa de mana rojo que había hecho para cargar con un montón de chocorranas y unas malteadas que había comprado en la cafetería.

Para cuando Hazel llegó, yo apenas estaba en mi tercer sueño, la noche anterior me había desvelado usando la computadora del Portier para platicar con Socrates y nos habíamos quedado hasta tarde jugando un videojuego nuevo que había querido probar desde hace tiempo y que habíamos tenido que suspender debido a los exámenes semestrales, últimamente había estado actuando raro, se había asustado bastante con el último atentado aunque no había querido decirme la razón real de ello, ni tampoco había querido buscar ayuda con los otros profesores, así que sentía que era mi deber pasar el mayor tiempo posible con él y la noche anterior no había sido diferente, mientras se distrajera y dejara de pensar en todas esas cosas, todo estaba bien, supongo.

No me levanté con el primer grito, ni tampoco reconocí la voz, pensaba que una vez más, Taylor había olvidado su llave para entrar en el dormitorio y todavía tallándome los ojos caminé fuera de la cama hasta la entrada, los ojos se me seguían cerrando con cada paso y tampoco me molesté en vestirme, mucho menos en arreglarme el cabello que estaba todo lleno de gallos y con varios picos parados por todos lados.

-Ya vooooy! A la otra carga tu llave!- Grité todavía pensando que se trataba del demonio y un poco exasperado he de admitir, a nadie le gustaba que lo despertaran luego de una noche así, menos a mí! pero al abrir la puerta, me encontré con Hazel y no con el capitán de Sal.
-HAZEL!- Dije echándomele encima para abrazarlo y casi quedándome dormido al recárgame encima de él. Pronto se me pasaría! Lo juro! Solo necesitaba unos minutos, corrección, quedándome dormido encima de él, le había babeado la chaqueta pero solo un poco! Cuando papa se movió me levanté ligeramente avergonzado y sacudí la cabeza para despejarme.

-P-perdón es que no dormí bien ayer…- Expliqué invitándolo a pasar mientras lo jalaba ligeramente del brazo. Una vez adentro lo miré con una enorme sonrisa, tenía muchas cosas que discutir con él, desde que supe que este sería el último año de Rhia en el instituto, había sentido una enorme nostalgia pero por el otro lado, había querido despedirla apropiadamente… Tal vez durante las vacaciones podríamos aprovechar para hacerle una simbólica despedida o empezar a programar lo que haríamos para la recta final del curso, ella había prometido pasar esta última navidad con nosotros a final de cuentas, así que era seguro que permanecería con nosotros durante las vacaciones.
-Pasa, igual Taylor no está! Oye! Si vas a pasar la navidad en Little Monsters? Rhia ya prometió que se quedaría!-

Sonrió ampliamente al ver la cara sonriente del niño, y luego su cara se transformó a una poco impresionada cuando lo sintió quedándose dormido encima de él.

Después de un minuto lo movió un poco y lo despeinó para despertarlo, luego dejándose jalar para entrar a la habitación.

Wow...realmente era un cuchitril. Era curioso que después de que Sebastyan se fuera le empezara a molestar un poco más el desorden. No es que fuera la persona más ordenada del universo, pero al menos su cuarto ya no parecía una zona de guerra como el de este par. Quitó un par de prendas de la cama del niño y se sentó, jalándolo para sentarlo a su lado.

Sonriendo algo triste, asintió con la cabeza. Ese era otro adiós que tendría que dar pronto...
- Sí, aún no he hablado con ella, pero sí, te lo prometo. ^^ Aparte creo que este año me toca ser Santa Claus...- dice en voz bajita para intentar no arruinar la "sorpresa" de Santa para el niño.

-Oye! Y a todo esto, cómo te ha ido? No han sido muchos días desde que te vi pero ya están soltando las calificaciones de los exámenes. Cómo te fue en tu primer semestre? Y cómo vas con Sócrates y con el mugby y esas cosas?- pregunta mientras ponía un brazo alrededor de los hombros del niño y lo jalaba hacia su cuerpo bruscamente, pero con cariño. Probablemente fuera bueno abordar un tema a la vez, así que hizo una pregunta más concreta. - No reprobaste ninguna matería, verdad? >_>- pregunta con una mirada acusadora.

Desafortunadamente, había decidido empezar por la parte que menos quería! Tal vez podría fingir que me quedaba dormido o tal vez intentar cambiarle el tema y fingir que no había escuchado, aunque el citatorio que estaba colgando del buro contaba una historia completamente diferente. Palidecí, no quería explicarle como es que había reprobado 3 materias, entre menos gente se enterara sería mejor.

-Pues bien! El mugby ha sido divertido, el otro día tuve una plática privada con Taylor y me explicó algunas de las reglas, de hecho, me prestó un libro, así que…pues… ha sido divertido.- Dije sin intenciones de callarme así que antes de que tratara de interrumpirme, empecé a hablar acerca de Socrates.

-Y voy bien! Osea, no ha pasado nada nuevo… solo, ahm… me he quedado en su dormitorio y así, el otro día vimos una película, aunque últimamente creo que no se siente muy bien, lo asusto mucho el último atentado, así que he estado tratando de pasar mucho tiempo con él, de hecho, ayer estuvimos jugando videojuegos online.- Se notaba que no sabía por dónde empezar, todo lo que decía estaba bastante disperso…
-Oh! Creo que iré a lavarme los dientes!-

La mirada de Hazel se puso algo confundida mientras el niño hablaba. Quiso decirle "oye... pero esa no era la pregunta que hice al final", pero Noah siguió y siguió. Para cuando empezó a hablar del libro de reglas Hazel empezó a entender de lo que se trataba, y su expresión cambió por una poco impresionada y algo molesta.

Cuando el niño se paró para irse a lavar los dientes, el australiano lo toma del hombro con la mano de metal, apretando con fuerza para jalarlo y volverlo a sentar.

-Noah...- dice con tono super paternal - Y qué veré si voy por esa boleta que está en el escritorio?- dice señalando el papel sobre el mueble junto a la cama. Ya después habría tiempo para hablar de Sócrates y del idiota de Taylor.

-A ver, vamos a ver...- dice estirándose para alcanzar la boleta de Noah y revisándola con la mirada.

....


-Noaaah...- dice con un tono más... decepcionado que molesto. Su expresión también cambió a una un poco más preocupada. No podía molestarse con el niño, él había estado en su lugar en primer año. De hecho sus notas sólo habían subido porque Sebastyan le hacía la tarea, lo cual no era algo que fuera cosa de orgullo. Pero no quería que Noah fuera por ese mismo camino...

-Qué pasó con esto?- pregunta viendolo a la cara con una expresión más o menos seria.

Ese tono no me gustaba para nada, además, sabía que era culpable de algo. Cuando me jaló del hombro sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo desde la espina hasta la parte baja del cuello y casi de manera mecánica fui volteando la cabeza para mirarlo, al menos, no se veía molesto…creo…

-Es que…. Kodran! Dejo un ensayo como de 20 paginas!- Dije entrecortadamente y escudándome con eso, aunque bueno, Historia no era la única materia que había reprobado, así que trague saliva y seguí.

-Y luego, el director me dio como 4 hojas extra en el examen y… Fado! Él es raro y no me gusta su clase aparte siempre me castiga, tal vez me odia o algo!- Explique dejándome caer de espaldas en la cama para evitar mirarlo a la cara. Era extraño como con personas como Hazel o Rhia me incomodaba mostrar mis fallos y tendía a huir…

-No le digas a Rhia!- Dije, aunque probablemente siendo ella y la monitor de Sal, probablemente ya lo sabía. Un dato interesante es que, como era de esperarse en las materias practicas o relacionadas con deporte o actividades físicas me había ido mucho mejor.

Dejó salir un suspiro ante las explicaciones del pequeño, aunque sonrió empáticamente. Oh sí, sabía exactamente en la posición en la que Noah se encontraba, pero la diferencia es que ahora él tenía una especie de... madurez, tal vez? como para darse cuenta qué era lo que estaba mal ahí, cosa que durante 5 años no le importó en lo más mínimo, por más que Sebastyan intentara hacerlo entender.

Con cariño, el pelirrojo pone una mano sobre la cabeza del niño y lo despeina.

-Ya, ya pues. No vine a regañarte como maestro, eso se lo dejo a Rhi, haha.- dice riéndo un poco. -Sí te entiendo, yo tampoco pude con Historia ):, pero hey, al menos no saqué ninguna otra materia abajo de 90!- dice alegre mientras sacaba su boleta de la mochila y se la pasaba a Noah.

Mientras hablaba, empezó a sacar las chocoranas de la bolsa y las malteadas también. Le pasó una a Noah y se quedó con una para él mismo (la del niño de chocolate y la de él de licuado proteínico horrendo de gimnasio).
-Sabes? No me puedo enojar contigo por esto, porque cuando yo entré me fue del carajo en mis notas. Digo, todo mundo sabe que repetí primer año.- dice encogiéndose de hombros. Claro, no le iba a contar en ese momento que reprobó a propósito para estar con Sebastyan -La verdad, nunca me han gustado mucho las clases. Historia me aburre hasta ancalamadre, en Matemáticas me cuesta un huevo entender y en Filosofía me daba flojera tragarme los 3 libros a la semana que deja Fado, hahaha.- le lanzó una sonrisa al chico - Así que lo que hacía era hacer todo eso de lado y dejar que Sebastyan me ayudara con todo.

Habiendo dicho eso, dejó salir un laaargo suspiro y se dejó caer en la cama, recargando la espalda en la cabecera y mirando al techo. -Pero... hace poco entendí algo, sabes?- dice para luego regresar la mirada a los ojos del niño - Hace un mes me quedé solo. Y no lo digo porque no tuviera nadie a mi alrededor, pero... el día terminaba y se hacía de noche y... estaba ahí, en mi cuarto. La ropa se apilaba, los platos, se me acababa el dinero de la beca, tenía una tonelada de tarea que no entendía y no tenía tiempo para hacer, y siempre tenía en la cabeza la idea de que si no empezaba a mejorar mis notas y a tener buen historial en el expediente iba a llegar a los 19 y me iban a mandar a la correccional, hahaha-

Bajó un poco la mirada después de decir eso. REalmente sonaba patético cuando lo decía en voz alta.

-Creo que nunca en mi vida me había sentido tan inútil.-

Hazel se incorpora lentamente, y extiende sus brazos hacia Noah para jalarlo hacia él y abrazarlo, acariciando su cabeza con cariño. Tal vez era por lo nostálgico de la fecha, por haberle dicho adiós a Naami hacía tan poco tiempo, o por el simple hecho de traer esos recuerdos de vuelta, pero de pronto sintió un golpe de emociones bien grande, y una necesidad enorme de hacerle saber a ese pequeño niño lo mucho que lo quería.

- No quiero que a ti te pase lo mismo que a mí... y es que, cuando yo era más chico no tenía a nadie que me dijera qué estaba bien y qué estaba mal. Kodran y Clems siempre han estado ahí, pero... no sé, es diferente. Siempre han sido "los profes". Es irónico que hasta ahora que te tengo a ti entienda todas estas cosas, tal vez sea que mi mamá pensó que ya era tiempo de iluminarme la cabeza, pero...-

Hace una pausa para alejar al niño de su pecho y verlo a los ojos, con una sonrisa que expresaba tanto afecto que se le iba a caer la cara.

-Sólo quiero que veas las cosas como son, Noah, para que cuando estés en quinto o sexto no seas un despojo idiota como yo. Tal vez sea injusto de mi parte querer imponer esto en ti a los 12 nada más porque en mi vida no fue así, pero... también sé lo mucho que quieres cuidar a Aris.- suspiró.
-Escucha... tú y yo... la vida nos arrojó al mundo desde pequeños, y por mucho tiempo no tuvimos a nadie que respondiera por nosotros, pero ahora yo estoy aquí para ti, y en algún momento tú tendrás que estar ahí para Aris, sí? Sólo quiero que te des cuenta de eso antes de que todo se vuelva complicado e insoportable... y si se te empieza a olvidar, yo siempre estaré contigo para darte la mano y sacarte del hueco en el que te hayas metido, te lo juro. Pero a cambio, tú también debes ver esas responsabilidades y pensar en lo que vendrá después...-

Empecé a escuchar a Hazel, al principio un poco nervioso porque no estaba muy seguro de cómo es que iba a reaccionar, siempre me había cuidado mucho, nunca había sido una persona que me castigara pero al menos desde Little Monsters, era alguien que hacia lo necesario para controlarme, Rhia en cambio era un poco más temperamental en ese aspecto, cuando hacía algo malo, se enojaba y mucho, en verdad era como una mama, usaba mucho eso del “chantaje” emocional, me hacía sentir culpable y por eso es que muchas veces terminaba cambiando mi comportamiento.

“Oye!” Quise decirle al momento en que escuchaba la parte de Rhia pero siguió hablando y solo le sonreí mientras lo escuchaba. Me sentía más relajado sabiendo que lo había tomado bastante bien y mientras seguía hablando tomé la boleta y empecé a examinarla con cuidado, no mentía, la mayoría de sus calificaciones eran muy buenas, a diferencia de las mías que estaban divididas en básicamente 3 grupos.

Materias Teóricas estaban por los suelos, Materia practicas iban de buenas a regulares y las Materias deportivas, excelentes, se notaba cuáles de esas me interesaban y cuáles definitivamente no lo hacían.

Hice la boleta a un lado dejándola sobre la cama y tomé la malteada y la ranita. Y cuando terminó, me quedé mirándolo seriamente con toda la boca llena de chocorana.
Había muchas cosas que podía detectar, había veces en que las acciones te decían más que las palabras y no es que no le hubiese puesto atención a lo que me decía pero de alguna manera era como si además de eso, me estuviese transmitiendo todos esos sentimientos mezclados. Pensé en todo lo que me dijo y tratar de entender cómo es que se había sentido durante todos estos meses y para demostrárselo le coloqué la mano en el pecho, muy cerca de su corazón, podía sentir sus latidos y la deje ahí un momento, levanté la mirada para verlo a los ojos, le sonreí de manera sincera, después le di un fuerte abrazo, lo estruje tanto como pude antes de separarme y entonces volví a tomar mi distancia.
-Entiendo.- Le respondí a Hazel y traté de ser honesto con él. –Es un poco complicado- Le confesé tratando de sonar como un adulto.

-No solo quiero dedicarme a estudiar como hacia Sebastyan o como hace Rhia, me gusta más divertirme con mis amigos…salir a jugar, explorar, como cuando me escape al bosque *cof* sé… que no siempre hago lo suficiente, muchas veces me da flojera terminar las tareas como las de Kodran, por ejemplo, ese tipo parece que no tiene nada que hacer además de estar molestando pero también, uhm…. No sé, es que… sé que a ti te importa y a Rhia y tal vez a más gente pero a veces siento que muchas cosas de las que hago, no son tan importantes, no me refiero a la escuela, sino a… cosas…- Expliqué, dándome cuenta que sí, de cierta manera, quería llamar la atención y en ese momento lo entendí.

-No tengo un papa, ni una mama- Comenté aquello último en un tono más bajito. –Bueno, sí, pero tú entiendes. Nadie está viendo por mi o por ti como hacen los demás niños, no tenemos a nadie allá afuera, esperándonos o checandonos, solo nos tenemos a nosotros, ustedes son mi familia ahora… y no es una excusa pero como nadie vendrá a regañarme, entonces, no me siento comprometido. Cuando estuve solo en Alemania, aprendí a hacer muchas cosas… creo que por la misma razón que tú, si no las hacia yo, nadie más las haría y en ese entonces, tuve que hacerlas por mi hermanito. Siempre he tratado de ser algo más que un hermano para él, un compañero de juegos y todo eso pero tampoco sé cómo es ser un hermano…hago lo que puedo para que se sienta bien y es feliz…- Agregué pasando saliva y me puse un poco rojo.

-Lo que te quiero decir… es que… es bonito saber que a alguien le importa lo que hago, aunque sean solo cosas. -

Hazel escuchó a Noah con atención. Una sonrisa se formó en su rostro, una sonrisa que, aunque pequeña, estaba desbordando nostalgia y cariño. Con un movimiento algo brusco, nada raro en él, jaló a Noah una vez más para abrazarlo fuerte fuerte, apretándolo contra su pecho.
Sí, él entendía cómo se sentía. Nunca le había faltado nada en Little Monsters. Aria ssiempre los había cuidado, y la chica de cabello rosado de hacía tantos años atrás le había dado el regalo de la determinación y perseverancia. Pero hasta conocer a Rhia y a Sebastyan, nunca a nadie le importó de esa manera. Y tal vez no era de la misma forma. Sebastyan siempre lo regañaba, pero siempre hacía las cosas por él como quiera. Rhia lo regañaba cuando hacía tonterías, pero una carita de borrego lo solucionaba todo. Sabía que les importaba, pero de una forma diferente. No fue sino hasta que Clementine y Kodran empezaron a ponerle atención que sintió ese tipo de apoyo. Y ahora era su turno de dárselo al pequeño.

- A mí siempre me ha importado, y siempre me va a importar, me oyes?- le asegura al niño para luego separarlo un poco sin soltarlo y verlo a los ojos -No sólo son cosas... es tu vida, y tu vida es de las cosas que más me importan en el mundo, sí? Quiero que lo sepas. Eres uno de los motivos por los que abro los ojos todos los días, Noah, y voy a seguir haciendo TODO lo que tenga qué hacer porque seas feliz y te conviertas en un gran hombre.-

Volvió a jalar la cabeza del pequeño hacia su pecho, acariciándole el cabello -Ya no tienes que sentirte solo, hijo- le dice casi susurrando y cerrando los ojos. Esas palabras, en ese momento, las estaba sintiendo de verdad. Como nunca antes.

Agaché la cabeza mientras me tenía sostenido en sus brazos. Nunca dude que Hazel tuviera un afecto especial por mí, yo mismo lo tenía por él pero por la manera de ser de los dos, nunca había tenido la oportunidad de escucharlo de su boca, era de esas cosas que “simplemente sabias” pero ahora que lo estaba escuchando… pesaba más, mucho más.

Era un hecho, entre todos los adultos que tenía a mi alrededor, Hazel sería mi confidente, podía contarle cosas de la escuela y me entendería, puesto que también era estudiante, podía contarle solo “cosas” que me pasaban y podía aconsejarme pero lo más importante de todo es que le importaban…
Cuando terminó de hablar, levanté la cara y le sonreí de lado, la verdad es que había estado luchando solo contra mi propia soledad cuando había mucha gente que estaba dispuesta a acompañarme. Por mucho tiempo había creído que lo único valioso de mi era mi relevancia en la misión, podía ser solo inseguridad o podían ser muchas cosas más pero quería empezar a disfrutar las cosas… mientras pudiera.

-Quiero que hagamos más cosas juntos, me siento un poco solo y eso y aunque traté de no pensar mucho en ello, si me… asustaron los ataques. No es algo que se vaya detener o al menos no pronto pero no quiero detenerme también…

¿Quieres ver una película? osea, no ahorita, en realidad me gustaría ir al cine a Canterbury pero no creo que nos dejen ir, pues… mejor agarremos una noche para eso. Extraño pasar tiempo con ustedes también, no te voy a decir, así que no insistas pero Naami se enojó conmigo…mucho por eso ya no había ido a visitarlos.

Pero bueno… gracias Hazel…- Dije ya de último, abrazándolo un poco más fuerte durante aquella última frase. Eso era todo lo que necesitaba, pasar tiempo con ellos, un poco de atención y alguien que viera por mi…si, si, ya sé que siempre lo estuvieron haciendo pero ahora los necesitaba, más que nunca…