Y luego, en la mañana-- (Privado, shu shu)

Los ojos del pelirrojo seguían clavados en el techo, como lo habían estado toda la noche. Podía sentir la pesadez del insomnio debajo de ellos, y probablemente tendría ojeras que le llegarían al mentón, pero simplemente no había podido conciliar el sueño. Ni siquiera se había sentido ni un poquiiiiito soñoliento.

La sinfonía del amanecer ya llevaba unas buenas horas sonando. Los pájaros del verano se habían levantado temprano a cantar, y eso menos lo dejó dormir. Supo que ya eran las 5:30 cuando sonó la alarma de celular de Sebastyan, haciéndolo sobresaltarse dentro de sus cobijas y girando sus ojos a la derecha. Una gota de sudor frío corrió por su frente hacia su oreja.
Escuchó al rubio suspirar con la pesadez de la mañana, y casi instintivamente se volteó rápidamente para darle la espalda y que no descubriera que estaba despierto. Sintió que su estómago se tornó un poco ácido, como si tuviera nervios de algo.

Y esta vez, tenía una vaga idea sobre qué era ese "algo".

Apretó los ojos y se hizo bola en la cama tapándose hasta la cabeza con las cobijas para hacerse el dormido mientras escuchaba a su compañero levantarse y caminar hacia el baño de la habitación. Sabía que Sebastyan se levantaba media hora más temprano para llevar a cabo su rutina matutina y luego despertarlo para que él se alistara. Sólo esperaba que el rubio no se diera cuenta que estaba despierto... siempre lo descubría cuando mentía.

Sebastyan se levanta como es costumbre media hora antes para poderse preparar. El objetivo secreto es siempre poder arreglarse sin que su compañero pueda ver sus oidos. Lo ultimo que quisiera es que supiera ese gran secreto que ya tanto años tiene guardandolo.

Esta vez, fuera de la costumbre, Sebastyan ve a Hazel muy tapado y tranquilo. Enarca una ceja al ver la almohada donde debe y sin rastros de baba por todo el lugar. Era como si no hubiera dormido ahí.
- Hazel... estas despierto? - pregunto suavemente, esperando un poco, para luego confirmarlo y mejor irse a bañar.

La unica buena noticia de todo esto es que había disfrutado su noche con el muffin que le había dejado y eso lo llenaba de paz. Tomó sus objetos de baño y se dirigió a la regadera.

Al escuchar la pregunta del francés, Hazel sólo se queda tiezo metido abajo de las cobijas, sin mover un músculo y apretando fuertemente los ojos. Una vez que escuchó la puerta del baño abrirse y cerrarse dejó salir un sonoro suspiro de alivio. Luego se dio cuenta del sonido que había salido de su boca y la tapó inmediatamente con sus manos, quedándose expectante y mirando hacia la puerta del baño como gato acechado.

Pasó un momento y no hubo respuesta. El australiano por fin pudo destaparse la cabeza, dejando ir otro suspiro inflando los cachetes, y viendo al techo con cansancio. Habiéndose relajado un poco pudo intentar pensar más claramente.
Por qué estaba tan... ansioso? Tenía que ordenar sus pensamientos. Hasta ese momento no había caído en su cabeza una idea concreta de lo que estaba pasando en ese momento, así que era hora de ponerse la gorra de pensar (figurativa por supuesto) y hacer un esfuerzo.

"A ver... Hazel, qué chingados?! No es como que Sebastyan te va a morder o algo así... qué pasa?" pensó para sí frunciendo el ceño mientras las ideas cruzaban su mente. "Ok... ese capítulo del programa fue muy...familiar, sí, PERO... no quiere decir nada, o sí? OK, tal vez Rhia cree que... cree que... cree que..."

Su mente se trabó por un segundo. Si su cerebro fuera una computadora (que de Pentium I no pasaría), en ese momento Windows se hubiera reiniciado solo por un sobrecalentamiento.
"Cree que te...gusta... Sebastyan..." pudo por fin asimilar. "Ok, eso no estuvo tan mal... pero vamos, qué tan malo puede ser eso? Sólo tienes que explicarle que no es así del todo, y ya, cierto? Es decir... que también haga muffins de bienvenida no tiene por qué significar nada. Cierto? CIERTO?"

Su cabeza y todo el cuarto se quedaron en silencio total por un instante, y justo en ese momento escuchó la regadera empezar a soltar un chorro de agua. Eso lo desconcentró un poco. "Sebastyan debe estar bañándose... nunca estoy despierto para darme cuenta..." pensó estúpidamente. Sin que se diera cuenta, sintió sus mejillas algo calientes. Abrió un poco sus ojos, y cuando se dio cuenta de la rara sensación se incorporó rápido y luego se dio un par de cachetadas a sí mismo, como intentando hacerse reaccionar.

"Qué te pasa?!?!" piensa enojado frunciendo el ceño con una expresión frustrada "YA! Ya es suficiente de estupideces!! REACCIONA!! Hay muchas cosas qué planear! No puedes andar por ahí pensando en quién cree Rhia que te gusta. No, no, no! A TRABAJAR!!"
Después de pensar esto, el pelirrojo asiente severamente con la cabeza y baja los pies de su cama. Si Sebastyan preguntaba qué hacía levantado al salir, sólo le diría que no pudo dormir muy bien y listo. Se dirigió al pequeño frigobar que tenían y sacó un cartón de leche, para luego servirse un poco en el vaso que había usado hacía unas horas, cuando llegó al dormitorio. Después de dar el primer trago de la leche fría, pudo calmarse un poco.

"Bien... bien, eso es. Ves? No es tan difícil..."

Y una vez más, fue interrumpido por el sonido del agua. Esta vez dejó de correr, y pudo escuchar cómo la cortina de baño se abrió.
El chico se queda mirando hacia la puerta del baño unos instantes... no pudo controlar otro ligero sonrojo que se apoderó de sus mejillas...

"AGHHHGAHDGFASHJGDJDSHGASDÑHVJANSIFVASDKJNFASKLD".

Sebastyan estaba perdido en su propia mente. Sinceramente, le aterraba el hecho de que algo malo estuviera pasando en Furukawa y que sus superiores no estuvieran al tanto. Así como que el mismo Director estuviera inmiscuido en todo esto. Tomó sus aceites aromaticos de almendra y comenzó a trabajar su cuerpo.

La espuma y las fragancias inhundaron su mente, revitalizando su espiritu y disfrutandolo a cada momento, al terminar, hizo un ademan con sus manos y sus oidos volvieron a ser humanos. Tomó un cepillo y acomodó bien su pelo. Listo para otra jornada estudiantil.

Una pequeña toalla amarrada en su cintura era lo unico que portaba. Había sido una mañana diferente y pensó que Hazel estaba despierto. Cuando volvió en sí se dió cuenta que no había llevado su ropa.
- Bueno, al cabo no estará despierto - dijo pensando en que su pudor era primordial en su peronalidad y caminó fuera del baño.

Al sali, observó que su compañero estaba despierto y acomodó su pelo en un reflejo casi instantaneo.
- Ah.. Hazel.. buenos dias.. - dijo, pensando que tal vez su toalla era muy corta...

Hazel se había volteado hacia la pared que sostenía la alacena y la tarja para lavar platos, dándole la espalda a la puerta del baño en un esfuerzo por pensar más claro.

"No, no, a ver...sólo te sientes un poco raro por lo que pasó anoche... y, y... todo lo que ha pasado en la semana. Sí, sólo necesitas soltar algo de presión y ya, por eso te sientes tan... tan... vigorizado..." pensó mientras le daba varios tragos seguidos al vaso de leche sin detenerse.
Pero noo, el sonido de la puerta del baño lo alertó, y al escuchar la voz de Sebastyan, el pelirrojo giró su cabeza por reflejo.

Al ver la... situación frente a sus ojos, no pudo evitarlo: toda la leche que aún tenía en la boca salió disparada hacia la pared como un aspersor. El pelirrojo se quedó tosiendo un poco después de escupir, dándose la vuelta y apoyándose encorvado en la tarja de los platos. Había visto a Sebastyan muchas veces en traje de baño, en su pijama, un par de veces que se les había hecho tarde había tenido que cambiarse ahí mismo, y nunca había reparado mucho en el asunto. De hecho... ahora que lo pensaba, siempre había intentado voltearse, pero más por darle su "espacio" a su amigo, puesto que sabía que era muy defensor de su espacio personal. Sin embargo, jamás había reaccionado ASÍ.

Después de dejar de toser y aclarar su garganta un poco, por fin el australiano logra articular palabras, volteando sólo a medias a ver a su compañero, aún algo dudoso de si sería buena idea mirarlo en su actual estado.
- Em... COF... b-buenos días! HA HA HA! Me asustaste! Haaaa... yo limpio...- dice riendo nerviosamente mientras, sin voltear hacia atrás, toma un trapo que tenía Sebastyan junto a los platos y se pone a limpiar la leche que había terminado en la pared.

Sebastyan abre los ojos de más al ver la reacción de su amigo. No entendía muy bien lo que le pasaba pero se veia muy nervioso e inquieto. Su reacción se le hacía conocida de alguna parte pero por el momento no podía pensar mas que lo había tomado de sorpresa.
- ¿Estas bien? - pregunta Sebastyan acercandose y tomando otro trapo y ayudando - ¿Te desvelaste? Te noto algo extraño.

No había mucho que pensar, pero no podia dejar los platos llenos de leche. Comenzó a limpiar los que pudo pero sin darse cuenta, uno de sus pequeños dedos se topa con un cuchillo. Soltando un pequeño "Au!" el frances logra punzarse y una pequeña gotita de sangre se forma en su dedo.
- Vaya, amanecimos algo tontos hoy ¿No? - dice el elfo poniendose su dedo en la boca, esbozando una pequeña sonrisa.

El pelirrojo limpiaba nerviosamente la pared cuando sintió a Sebastyan acercarse. Volteó lentamente a su lado para ver a su amigo casi desnudo estirándose gracilmente para limpiar los platos. Intentó desviar su mirada pero cada vez sus ojos batallaban contra su voluntad y volvían a posarse sobre la piel blanca de Sebastyan. Estaba esforzándose por mantenerse concentrado en la pared, en limpiar, empezó a fruncir el ceño por el esfuerzo que esto representaba.

-Sí... estoy bien, sólo... ahem... no pude dormir muy bien es todo.- dice torpemente mientras apretaba los ojos para no voltear a verlo, pero el rubio captó su atención con su pequeño "Au!", que hizo que el capitán abriera grandes los ojos.
Lentamente su mirada empezó a girar hacia Sebastyan, sólo para toparse con su dedometidoensubochjadghjfasgkbjdhagkshghjdkasd.
Con un sonoro GULP, el pelirrojo pasa saliva mientras siente la sangre subir a su cabeza y sus mejillas calentarse como si estuvieran a flama alta. Se quedó totalmente tiezo y paralizado por unos segundos, simplemente viendo a Sebastyan como si todos los pequeños movimientos que hacía estuvieran en cámara lenta. Pasó saliva de nuevo, y antes de que pudiera reaccionar y darse cuenta de lo que estaba haciendo, sus manos se postraron en un rápido y brusco movimiento sobre los hombros desnudos del francés, sosteniéndolos con un fuerte agarre mientras lo veía a los ojos con la misma expresión entre estresada y reprimida.

"No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, qué estás haciendo, Korhonen? QUÉ ESTÁS HACIENDO, KORHONEN?" piensa histéricamente en su cabeza mientras reparaba en lo fuerte que estaba latiendo su corazón. Mientras las palabras pasaban por su cabeza, la fuerza que imponía en los hombros de Sebastyan incrementaba un poco sin que él se diera cuenta, aunque no lo suficiente para lastimar al rubio.

Sebastyan seguia chupandose el dedo cuando Hazel comienza a actuar como un zombie. El frances levanta una ceja y lo ve detenidamente. Primero le extraña su reaccion y luego la pose.
- Hazel? Que pasa? - le dice algo incomodo. Tenerlo así de cerca no era nada agradable.

O tal vez si... pero eso era otra cosa.
- Hazel! - dice una vez mas usando su propia fuerza pero fallando - Hey! Reacciona!

Comenzaba a molestarse. Estaba invadiendo su espacio personal y le extrañaba. ¿Porque se comportaba así?

El "grito" de Sebastyan lo hizo sobresaltarse un poco, suficiente para que reaccionara con un parpadeo de sus ojos. Miró algo incrédulo sus manos sobre los hombros del rubio y rápidamente las quitó y llevó a sus costados de forma tieza y robótica. Luego levantó uno de sus puños para tapar su boca mientras aclaraba su garganta, desviando su mirada hacia un lado.
-Ahem... eh... lo siento, es que... me... preocupé. Porque te cortaras. Sí!! Eso! Ten más cuidado!! No puedes andar por ahí cortándote los dedos... con cuchillos... em...- hizo una pausa. Ya no sabía qué más decir. Qué le podía responder? Ni siquiera él sabía qué demonios le estaba pasando.
- Sabes? Tengo que bañarme no crees? A ha ha ha, de seguro apesto!- dice levantando el cuello de su camiseta y oliéndolo de forma exagerada. - Uuuuhhh, SEP! Más vale que lo haga o se nos hará tarde :'D. Bueno... estem... sí. BAÑO.

El pelirrojo sale corriendo hacia el baño con grandes zancadas, tomando sin voltear su toalla y dejando atrás a Sebastyan sin siquiera mirarlo. De un tirón abre la puerta agresivamente y la cierra con un rápido portazo.
Después de cerrarla, el chico recarga su espalda y todo su peso en la puerta y suelta un laaargo suspiro inflando los cachetes mientras se dejaba resbalar hasta quedar sentado en el piso. Ahí se quedó quieto unos segundos, mirando el techo con una expresión confudida y algo preocupada.

- En serio estaba a punto de hacer lo que creo que iba a hacer...?- se pregunta a si mismo en un susurro casi inaudible. En su mente estaba repasando las "imágenes" que había visto en su cabeza hacía unos momentos, lo que él estaba pensando mientras tenía a su amigo frente a él, lo que se imaginó que pasaría. Claro, si Sebastyan no lo hubiera hecho reaccionar.

- Dios... qué imbécil...- dice llevándose una mano a la frente y apretando sus ojos con sus dedos. Casi lo arruinaba todo, no sabía por qué había hecho eso, y lo peor de todo es que esas ideas estúpidas habían empezado sólo por un programa de TV...

Realmente no comprendía que era todo eso, que le pasaba o que estaba pensando. A veces Hazel actuaba de manera extraña y el mismo creaba complots y paranoias que al final no eran como él pensaba. Suspiró y decidió avanzar hasta su closet donde podría comenzar a vestirse.

"Va a ser uno de esos dias.." pensó el portier poniendose su ropa interior y eligiendo las partes de su uniforme..