Clase de combate para 1er. año | Privado (casi...)

Luego de los eventos de la "novatada", de algunas ausencias y pocas introducciones a los temas a tratar Kodran había decidido que era buen momento para que los "duendes" comenzaran a utilizar y/o conocer sus armas así que para este día, como era su costumbre cada primer viernes de curso los pequeños tendrían que elegir su "arma favorita" y también se les asignaría su arma "correcta"

El vampiro Invocó algunas estanterías con armas de todo tipo; desde un simple cuchillo hasta armas de fuego de medio calibre. Encendió un cigarrillo, tomó su katana y guardó dentro de su abrigo su daga y se limitó a esperar a que los pequeños llegaran...

No estaba seguro de esto.

De hecho

No estaba seguro si había tomado la decisión correcta en venir a esta clase. Por no decir de participar en cualquier cosa que tuviera que ver con esta escuela. Caminé aquella tarde por el Instituto hasta llegar al edificio donde se da la clase de combate. Se encontraba en un lugar escondido bajo el gimnasio lo cual daba algo de miedo. Un elevador manejado por pesadas poleas de metal bajaba y la iluminación iba haciendose tenue. Las luces de neón comenzaban a aparecer en las pesadas paredes de roca. ¿Era un gimnasio o una mina? Mi corazón latía con fuerza.

Al llegar a la parte de abajo vi algo increible, un enorme lugar parecido a un gimnasio pero mas grande y avanzado, tapizado con algunas maquinas y varias secciones, entre ellas, una con estanterias que el profesor de Historia había invocado. ¿Que clase de Maestro de Historia era ese? Sabía de maestros que se lanzaban a candidatura pero... aparte enseñaba combate?
- H-Hola... Profesor Kodran.. - dije titubeando - Soy Socrates Raven, Creag, Primer Año, ... vengo a la clase de combate...

Tenia un mal presentimiento acerca de todo esto, no es que me disgustara la clase de combate, ni siquiera que tuviese miedo de salir lastimado pero sabia que cualquier clase que tuviera que ver con el profesor Soderkvist era motivo de preocupación, me tomé mi tiempo para llegar, bajé por el elevador y observé con detenimiento todo el descenso hasta llegar a la cueva/gimnasio raro donde tendríamos nuestra clase.

Para cuando llegué, ya había algunos alumnos esperando, como todos sabían, llegar puntual no era precisamente una de mis mas destacadas características, en serio lo intentaba pero no siempre era tan afortunado, tan pronto llegué, traté de acoplarme y no hacer mucho escándalo para no interrumpir lo que sea que estuviese pasando (en caso de que ALGO estuviese pasando claro).

-Buenas tardes, Profesor Soderkvist- Le dije haciéndole una pequeña reverencia con la cabeza y luego parándome a lado de Socrates dándole una palmadita en la espalda, inconscientemente, eché un vistazo a la colección de armas, había muchas y de todos los tipos, ver tantas me tenia un poco tenso mas que nada por estar en el gimnasio subterráneo, eso y las paredes de roca, creaban un ambiente tétrico, mi corazón palpitaba rápido y no sabia si era emoción o miedo, sea cual sea, de lo único que estaba seguro era que ya quería empezar con esto...

-Noah Fenian...-

"No me diga que nos dará historia de cada una de esas armas..." Pensé mientras miraba al vampiro fijamente.

Kalle venía detrás de Arthemis y ve la presentación de este con el profesor, el cual, fumaba un cigarrillo.

Un incómodo silencio emanado de Kalle (el cual siempre estaba hablando o cantando o haciendo ruidos de cualquier índole) se hizo presente.

-Mi nombre.... es Karl Lundqvist y... errrr... profesor... dos preguntas. La primera: ¿Puede fumar dándole clases a criaturas inocentes como nosotros?- dijo mientras pestañeaba velozmente- y la segunda pregunta es: Kan vi pratar på vårt språk?- Lo decía mirando de reojo a Arthemis, pues no le hizo mucha gracia que llegara hablando "en ese idioma raro", muchos niños habían hecho el esfuerzo de aprender inglés para poder entrar al Instituto Furukawa. Kalle nada más suspiró. Había un esfuerzo increíble del gobierno sueco hacia los locales para respetar las costumbres de los inmigrantes, pero pues a final de cuentas, el que no hablara el idioma era respetado, aunque no era tratado en serio.

Aquí no es Suecia, y eres tan foráneo como él, así que dale una oportunidad, pensó.

Sin esperar una respuesta inmediata del profesor, dominado por su déficit de atención, se fue cerca de donde estaban Noah y Sócrates, saludándoles levemente con la mano y una sonrisa.

Mila entró al elevador, algo meditativa, extrañaba su hogar, y era muy dificil acoplarse a la vida estudiantil. Realmente pasama el mayor tiempo posible a solas, vagando por los jardines o en algun tejado sintiendo el viento...nada era como su casa.

Como toda zona del instituto, este lugar era fuera de lo común, una especie de mina y algo así como un gimnasio; ya había mas estudiantes ahí. Caminó lentamente para reunirse con sus compañeros, escudriño todo lo que había a su alrededor sin prestar especial atencion al maestro. Llego juntó a Noah y Socrates..y el chico raro, solo hizo un ademan con su manita, y de manera casi imperseptible murmuro -Hola n.n

El vampiro no dijo palabra alguna acerca de los saludos y preguntas que le fueron hechas durante la llegada, continuó fumando su cigarrillo hasta que el último de los estudiantes arribó y luego de eso terminó su cigarro dejando que los murmullos de los pequeños llenaran el lugar por unos instantes para después alclarar su garganta y comenzar a hablar.

• Raven, Socrates
  
• Quirke Rowan
  
• Fenian Noah
  
• Del Oráculo Arthemis
  
• Lundqvist Karl
  
• Arakami Mila

Luego de terminar de dar el orden, el vampiro se ubicó a un costado de los estantes y se cruzó de brazos para encender otro cigarrillo pero en seguida lo apagó como si hubiera recordado algo, extendió su brazo y con la palma mirando hacia arriba murmuró unas palabras y luego hablo a sus alumnos una vez más

Habían sido tantas cosas en aquel momento que Socrates no tenia noción de todo lo que se dijo e hizo. Cuando vió que Noah estaba cerca sintió mas confianza pero fue alejandose al ver al niño de coletas, al ruidoso de Kalle, la lince y el niñote ciego junto con algunos otros miembros del salon.
- Nos dijo duendes... - murmura Socrates cuando empieza a escuchar las indicaciones de Kodran. Pensaba que probablemente si el fuera uno se sentiria ofendido.

Al terminar la explicación, Socrates estaba muy nervioso e incomodo. No al grado de paralizarse pero en verdad no había comprendido lo que dijo Kodran. ¿Por que daban clases de combate en una escuela secundaria/preparatoria? Furukawa lo hostigaba cada vez mas y mas.
- Duende Raven... supongo que soy yo - dice a él mismo dandole una ultima mirada de incomodidad a Noah (:c) y avanzando donde el maestro.

Caminó hasta la estantería y observó al maestro como si no supiera que hacer -porque en verdad no sabía- y redirigió su mirada al mueble. Titubeó un rato y comenzó a verlas. Estaba bastante incomodo y en verdad no le estaba poniendo atencion a cada una de ellas. Se sentia metido en un juego de rol... o en un foro de posteo.
-No me gustan las espadas... - murmuró - siempre he sentido que voy a lastimar a alguien sin querer o a mi mismo... tal vez debería agarrar un martillo... no tienen mucha ciencia.

El chico ve un martillo en una elevada repisa de la estanteria. Intenta tomarlo pero es vencido por el propio peso cayendo de bruces junto la pesada arma. Un "whoa!.. OUGH!" se escucha durante la dinamica escena que deja al chico bastante avergonzado y adolorido.
- Los juegos de rol son una mentira... un "priest" no puede usar mazas asi de facil!! - exclama a si mismo - En definitiva no nací para esto de pelear....

“Nos dijo duendes” Escuché de Socrates y solté una risilla burlona, todavía no terminaba de hablar el profesor cuando ya había estado a punto de interrumpirlo, de hecho, levanté la mano para llamar su atención. -Por qué nos dijo...?- Afortunadamente antes de que todo terminara en tragedia, mi respuesta había sido respondida y apresuradamente bajé la mano y fingí que nada había pasado.

Después de eso, esperé “pacientemente” mi turno y me acerqué a Socrates tendiéndole una mano para ayudarlo a levantarse, había sido graciosa la forma en que terminó en el piso, pero no me gustaba burlarme de mis amigos, menos de alguien como él, le esbocé una sonrisa para que se sintiera en confianza conmigo y mientras le ayudaba me incliné otro poco para susurrarle algo, no quería que Kodran escuchara lo que iba decir y creyera que ahora quería hacer su trabajo o dar su clase...

-Deberías agarrar algo más ligero...- Le dije, si bueno, eso era obvio y una vez que estuvo en pie, me acerqué a la estantería, miré todas las armas buscando cual seria la mas apropiada para mi o bueno, mejor dicho, estuve viendo cual era la que más me gustaba, siempre había creído que los samurais eran muy cool o los caballeros con sus pesadas armaduras y todo eso, entre tantas cosas, era una difícil decisión pero tener la oportunidad de empuñar una espada era demasiado para mi, aunque no creía tener la fuerza suficiente para blandirla o quien sabe, seguí fantaseando por otro rato antes de tomar una decisión definitiva y me di cuenta que también había armas de fuego, volví la mirada hacia mi amigo y le hice un ademan para que se asomara.

-Hay pistolas también, no te gust-interesan?- Pregunté y seguí en lo mio, primero tomé una espada bastarda pero tan pronto intenté levantarla de la estantería me di cuenta que era DEMASIADO PESADA, había tenido que usar ambas manos y lo único que logré fue sacudirla un poco, así que la solté y opté por algo más ligero, una espada corta que encontré por ahí y que por mi tamaño, era el equivalente a usar una espada normal o grande de todos modos...

-Esta!- Le grité al profesor desde mi lugar y me alejé de Socrates, luego una sonrisa traviesa se formó en mi cara y empecé a “jugar” con el arma, la sostuve con fuerza y lancé varios sablazos al aire e intenté hacer un par de movimientos que no se veían para nada gráciles, pero claro que en mi cabeza, estaba siendo el espadachín mas genial del mundo.

-Yo tampoco he usado armas pero me gustan las espadas...-

((Me dijeron que Socrates seguía ahí sentado, aunque pues la indicación decía que pasaríamos por turnos, así que... no sé, si no esta bien, me dicen y lo edito c: ))

Distraído con algo mas “Importante” no presto atención a lo que dijo el profesor, aunque si pudo escucharlo todo, recordaba que seria la cuarta persona en pasar y que debía decirle algo al profesor, su otra forma, también tenia que tomar un objeto de las estanterías. Cuando fue su turno de pasar se mostró algo renuente a hacerlo, no porque no quisiera pasar sino porque pasar implicaba soltar a la persona que lo había llevado hasta ahí y se sentía mas cómodo tomándolo a el que a un arma, pero al no tener mas alternativa solo bajo la mirada y se encamino hacia el hombre mayor quien aparentemente era el profesor.

- Yo soy un Gorgon - Musito lo mas bajo que pudo al estar frente a él procurando que solo el lo escuchase. Levantando el rostro como si intentase mirarle regalándole una pequeña sonrisa mientras una de las varias serpientes que tenia escondidas entre sus cabellos naranjos se asomaba a un costado de su cuello, no es como si pudiera evitar que estuvieran ahí, al menos podía moverlas casi a voluntad propia...

Una vez echo esto se acerco a las estanterías con cuidado, le era difícil percibir objetos en reposo por la falta del sentido de la vista, tenia que recurrir a otros medios para alcanzar a percibirlos, pero la mayoría no le gustaban.

Primero se acerco a donde estaban las armas de fuego, deslizando sus dedos sobre estas sin entender que eran, incluso levanto una de ella pero no le agrado el tacto de esta y lo regreso a su lugar. Después paso a donde se encontraban las armas grandes encontrando ahí las Claymore a las que estaba acostumbrado y los mazos como el que el chico Sócrates intento levantar, tomo dos de estos, uno en cada mano, levantándolos sin esfuerzo alguno, su peso era similar al de las espadas que usualmente empuñaba, pero al final no le gustaron y también los regreso.

Siguió caminando por el estante buscando algo que no fuera desagradable al contacto, llegando hasta donde estaban las armas de tamaño medio, donde se encontraban las espadas y por ende los escudos, llegando a estos se detuvo y tomo dos redondos, acomodando uno en cada brazo, le agradaba su peso y tamaño, aunque no sabia si contaba exactamente como un arma, pero al final podían hacer daño igual que cualquiera de las otras armas del lugar. Feliz con lo que tomo se los quito y se los llevo hasta donde estaba el chico que lo había llevado hasta el lugar, sentándose en el suelo a su lado y poniéndose a explorar los objetos con los dedos, jugando con ellos.

(OffRol: (bue supuse que había escudos, pero de no haberlos pues lo edito mas tarde, gracias ♥))

-Eeeehhh!!! Soy un duende! Soy un duende!- gritaba Kalle feliz.

Aunque ahora estaba en conflicto... él YA tenía un arma: su cetro.

-Profesor... yo ya tengo un arma conmigo: mi cetro mágico musical, que igual me sirve como una maza pequeña... pero está bien. Escogeré algo más...- dice mientras coloca el cetro en un cinturón especial que tenía.

Todas y cada una de las armas le llamaban la atención, sin embargo la decisión sería difícil.

*Unas poderosas hachas, su herencia vikinga gritaba a gritos que las tomara y se volviera el hombre más bárbaro del mundo para demostrarle a sus amigos fundas quién era el mejor y más fuerte... Después lo descarto. Nah, las hachas son como para metaleros pfff...
*Espadas y dagas, definitivamente algo fácil pero que requiere entrenamiento. Mmmm... nah...
*Artilugios orientales... si bien eran diferentes y podían ser poderosos, no estaba muy familiarizado con uso y mucho menos con algo que haya visto en las caricaturas y no en la vida real. Había que considerar cosas como tamaño y peso. Ay no, qué flojera, además eso se me hace muy hipster pfff...
*Pistolas, otra buena opción. Una buena pistola puede hacer ver elegante hasta al asesino más despiadado, pero como que algo no le llamaba la atención de ellas.

-Aaaaahhhhh ♥_♥

Kalle vio los rifles, eso fue lo que le faltaba a las pistolas: tamaño. Si bien manejar un rifle era más lento, era más poderoso y letal. Su papá se va los veranos a los bosques de Norrland con sus amigos a cazar alces. ¡Aaaah qué buenas hamburguesas de carne de alce las que prepara su mamá! Kalle ve un rifle mediano, lo suficientemente ligero para poder cargarlo, lo suficientemente pesado para reflejar su potencia, lo suficientemente grande como para imponer y lo suficientemente pequeño para poderlo manejar.

-ESTE!!!

Mila atravesó la habitacion despreocupadamente, pasando entre sus compañeros y el profesor, sin darle la mayor importancia, miró cada arma con interes, pero realmente antes de poder transformarse su madre le había enseñado a defenderse con dagas. Las dagas de la familia eran de plata y engarces perlados inscritos, las del instituto no eran tan ostentosas.

-Supongo que estas serviran- dijo mientras las tomaba y revisaba el balance y temple de la hoja.

Prosiguió a volver a su lugar con las dagas en ambas manos,era la ultima y al parecer proseguirian con la actividad; al pasar frente al maestro solo lo miró y dijo- soy una nahual de Lince- dijo sonriendo mientras mostraba sus pequeños colmillitos. Sin mas que agregar se colo co en su puesto.

El vampiro observo la "escena" de Socrates y no dijo palabra alguna hasta que todos terminaron de pasar en ese momento observó al chico por unos instantes y se acerco para levantar la maza colocarla en su lugar y luego se dirigió a él

- No creo que sea una buena idea, tu estarás mejor con un arma de rango y aun que no considero que sea buena idea una pistola no te sentaría mal - se alejo del chico y tomó un par de pistolas para entregarselas -, estas serán tus "compañeras", o al menos te las recomiendo. Ahora lárgate a tu lugar.

Le dió un empujón en la espalda para hacerlo caminar y fijó su mirada en Rowan, se acercó a él y con una mirada fria y firme le dijo

- Esto no es una serie animada, estas tomando un arma que sirve para destruir, olvida la idea del heroe que lanzá su cuchillo y siempre acierta, sufrirás antes de si quiera poder dar en un blanco. Si no las respetas jamás te respetarán a ti y te dañarán y a los tuyos mucho antes que tus enemigos... nunca lo olvides.

Luego de aquellas palabras volvió a las estanterías y se fijó en las "habilidades" de combate de Noah, entonces tomo una tonfa y se acercó al niño

- Por lo que se de tus habilidades con la mágia deberías usar un arma como esta -le tiende la tonfa-, también te será más util con lo que aprenderás en tu casa.

No dijo más y regreso donde las armas, volvió su mirada a Arthemis y se mantuvo pensativo por más tiempo que con los niños anteriores, entonces avanzó y tomó una alabarda, se acercó al Gorgón y levantando su antebrazo para ponerle el arma en su mano y decirle

- Tu elección me parece correcta a medias, deberías cambiar un escudo por una alabarda, te ayudará a mejorar tu rango y una vez que te familiarices con ella será un auxiliar en tu percepción.

Luego de dejar a Arthemis con el arma, sin volver a las armas se acercó a Kalle y le habló secamente

- No me gustan las armas de fuego, sin embargo, no creo que tengas problemas en como usarla, el cuando tendrás que aprenderlo y eso no te será facil y prometo que tampoco será divertido, pero una vez que lo hayas entendido iras con esta "dama" a cualquier misión.

Inmediatamente avanzó hacia Mila y mientras veia como la pequeña revisaba su equipo la interrumpió

- Por tus acciones parece que no es la primera vez que tomas armas de ese tipo, no creo que deba decirte que son armas nobles y versátiles, parece que tendré pocas dificultades contigo... eso es bueno.

El profesor volvió al frente de sus alumnos y tras recuperar su katana del sitio donde la había dejado hizo sonar un fuerte golpe con su saya para tener su atención y llamar al silencio. Cuando ambas cosas ocurrieron la voz Kodran sonó firme y con un breve eco producido por la cavernosa instalación

- Ahora que cada quien ha elegido su arma y a recibido mi sugerencia podremos comenzar con la clase, dejen sus armas del sitio en que las tomaron y cada uno tome un bastón y veremos los movimientos básicos, para los que crean que esto no es justo solo les diré que usaran lo que deseen en clase cuando dejen de ser duendes, mientras tanto hagalo de prisa y coloquense frente a su "adversario".

Cuando termino de hablar, al extremo opuesto del lugar aparecieron seis postes de práctica del suelo con suficiente separación como para evitar algún accidente debido a la inexperiencia y/o negligencia de los niños.

Cuando escuchó las palabras de Noah, sintió el rubor dominar sus mejillas.

"No fucking shit.. Einstein?" dijo en su mente tomando la mano de su amigo y suspirando. En efecto lo había engañado su poca experiencia y su idiotez en los juegos de rol. Probablemente no jugaría nada de eso nunca mas, después de vivirlo en carne propia.

Cuando escuchó la pesada voz del maestro tuvo un escalofrio y más cuando recibió las armas. Observó el par de pistolas mientras se "largaba" a su puesto y se mantuvo en silencio.

Ahi estaba el error.

Se estaba equivocando de plataforma, lo que tenia en frente no era un juego de rol.. ERA UN FPS!!

Comenzó a apuntar a todos lados sintiendo el peso de las pistolas, recargo y descargó el arma con facilidad y se sintió uno con ella. En verdad era que los shooters le habían enseñado todo, pero jamas pensó que su habilidad mano/ojo con ellas fuera tan precisa.
- Me gusta.. - dice el chico sonriendole a las pistolas, cuando de pronto escucha la orden del maestro y suspira - No entiendo esta clase...

Acercandose de nuevo a su amigo le sonrie.
- Pero tenías razón.. las armas de fuego parecen ser la mejor opción... - responde viendole de reojo con un rostro malvado - get out of my mind, Charles~

Kalle dejó su nueva escopeta en su lugar. Estaba contento de ver que sería un arma ideal para él (aunque quizás no la decisión más fácil, pero le gustaban los retos) y luego vio a Sócrates encontrar que sus armas ideales eran pistolas.

-Coincido contigo, mi buen amigo. La armas de fuego pueden ser la mejor opción.

Kalle se acerca a Sócrates y le susurra.

-Aunque sabes... el tamaño importa hihihi...- dice mientras le da un bastonazo ligerito en la espalda.

Después le guiña el ojo a Mila y después va con Noah.
-YEEEEYYY!!! Vamos a entrenaaarrr!!!

Mila hizo oidos sordos al comentario del maestro, si no era diestra se sentia mas confiada con un arma familiar, jugueteo las dagas entre sus manos, eran un poco pesadas y el mango diferente, pero para asentar el golpe era lo mismo.

Sus ataque debian ser rapidos y certeros, de preferencia a puntos especificos para inmovilizar o ...eliminar al enemigo.

sus pensamientos fueron interrumpidos por el guiño del al parecer principe del pop del instituto

-grrr ¬¬

“Pero las tonfas no tienen nada de cool” Fue lo primero que pensé cuando el profesor Kodran me extendió el arma, nunca en toda mi vida había visto una sola persona que las utilizara, así que mi gesto no había sido precisamente de agrado, seguía prefiriendo la espada.

Pero bueno tras escuchar la siguiente orden, volví la mirada hacia el vampiro incrédulo y luego vi a Socrates con la misma expresión.
-Para qué nos hizo escoger un arma entonces?- Le dije en un murmullo, digo, tenia sentido pero para que tanta perdida de tiempo entonces y recomendaciones, de mala gana, dejé la espada y la tonfa en la estantería y tomé el bastón para pararme frente a un poste desocupado, uno cercano a Socrates para seguir platicando con él.

Le sonreí por lo que me dijo acerca de las pistolas. -Yo tampoco pero pues...ya que...-

Al ver las distintas reacciones de cada alumno al tener el bastón en sus manos, Kodran negó con la cabeza mientras una sonrisa irónica se formaba en su rostro "ahora recuerdo porque siempre voy al pub luego de la primer clase de combate de los duendes". El vampiro avanza hasta quedar frente a ellos dejando a sus espaldas los postes de practicas y quedando cerca de Arthemis


Cuando terminó con las instrucciones hizo los ejercicios a velocidad media una sola vez y después se alejó del grupo para sentarse en un espacio libre que tenía una estantería, encendió un cigarrillo y luego de dar la primer bocanada dijo el voz alta.

Para el primer ejercicio que Kodran describia, Socrates ya estaba sintiendose algo mareado. Comenzó a apretar bien el bastón y observó a Noah con un rostro de mortificación (:c) y comenzó a moverlo.

Las palabras de Kalle seguían rondando por su cabeza. No había entendido eso del tamaño, tal vez porque estaba muy ocupado no quedandose atras con lo que pasaba en la clase.
- Eh.. primero es así.. supongo.. - dijo dando el primer ejercicio. Su fuerza era nula y podía sentir con cada movimiento que sus energias se acababan rápidamente. Comenzaba a respirar un poquito agitado para el cuarto. - Esto es.. dificil...

Kalle refunfuñaba por lo que había dicho el profesor, aunque paradójicamente seguía reglas en sus clases (lo cual lo hacía brillante en su escuela "ordinaria") a pesar de su impredecible comportamiento.

Kalle empezó a hacer unos ejercicios, aunque con un ojo sobre el gorgon, por si necesitaba ayuda, aunque de repente se para, sentía que se le iba el aire y el humo del cigarro de Kodran no ayudaba.

-Profesor, creo que en realidad deberías dejar de fumar mientras nosotros estamos haciendo un ejercicio extenuante. Algunos de nosotros somos humanos, la que considero la raza más frágil de todas, y como que el humo no nos ayuda a hacer bien esto.- dice sin soltar el bastón, apenas llevaba 18 repeticiones pero si consideraba que para hacer ejercicios físicos se necesitaba un ambiente más puro.

Quizás el gorgon, la nahual y el demonio pudieran ser más resistentes, así que de reojo también observaba a Noah y a Rowan, en caso de que opinaran igual o si ya iba a ser catalogado como la nena del grupo, cosa que le tenía sin cuidado, pero podía ver de qué lado mascaba la iguana.

Mmmhmhmhmh una iguana hihihi *derp*

-Este maestro parece personaje cliché- pensó Mila- mala actitud, fuma, posiblemente beba y nos pone apodos por qe sabe qe su sola presencia no denota autoridad, algo de personalidad o sustancia no le caeria mal a los maestros de este instituto- agrego a su pensamiento, estaba mas inmersa en ello que el la explicacion del maestro.

Se coloco frente al poste y aunque eran mayores sus ganas de rascarlo, hizo el ejercicio, no era dificil para ella mantener un nuevo punto de equilibrio, fue lo primero que tuvo que aprender al poder transformarse, claro que le costo muchos golpes, caidas y claro regaños.

Miraba de reojo a sus compañeros, anañizar el terreno siempre da ventaja-se dijo a si misma