-Privado- Un colibrí mensajero

El chico sonríe entusiasmado y asiente con la cabeza. -Sí! Muchas gracias, Rhia! Sabes? Quiero que los cuatro podamos aprender todo tipo de hechizos, para que todos podamos cubrir los mismos frentes sin problemas, así que sería genial si pudieras enseñarme algunas cosas... Aunque... -hace una pausa -Un mosquito?- pregunta con algo de desilusión. -Aaww, yo estaba pensando en algo así como un halcón. Aunque, creo que tienes razón...- dice llevando (de nuevo) su mano a su nuca -Creo que eso sí sería muy obvio, hahaha :'D.

Hazel se sorprendió un poco al ver a la mariposa estallar. Sabía lo que significaba ese despliegue de mana algo innecesario (pero bonito a la vista) característico de Rhia. -Aaahhh, en serio ya son las 12? Me lleva D:- dice el capitán mirando hacia arriba como si en las estrellas y la luna fuera a encontrar un reloj digital con la hora indicada. "Sebastyan va a estar taaan enojado mañana..." piensa el chico rascándose la cabeza.

Rhia lo sacó de sus pensamientos al acercarse y hacer de nuevo un espectáculo luminoso ayudada de su mana. Para él, ver a Rhia juguetear con mana sólo porque sí era uno de los placeres de la vida. No sólo hacía que las cosas fueran más brillantes y alegres, también reflejaba que su amiga realmente había podido dejar todos sus demonios en el pasado. Miró a los pequeños pájaros revolotear con una enorme sonrisa, siguiendo sobre todo los movimientos del ave azul, y luego dirigió sus ojos hacia los de su amiga. -Lo sé. Y sabes que yo igual.- dice apretando los ojos con su sonrisa -Pero bueno, vámonos ya entonces, yo tampoco quiero que duermas poco, tienes que descansar aunque sea unas horas >_>...

El chico recibió el beso en la frente con una sonrisa y los ojos cerrados, agachándose un poco él mismo para que ella pudiera alcanzarlo. -Sí, sí, ya voy.- dice riendo calladamente y poniendo una mano sobre el pelo de Rhia para despeinarla suavemente. Él no se atrevía ya a despedirla con un beso en la mejilla o algo parecido.

Hazel se da la vuelta y empieza a caminar hacia el tronco para cruzar el arroyo, caminando por el pequeño puente puesto ahí por el bosque sin problemas. Una vez hubo llegado al otro lado, voltea hacia atrás para mirar a la chica, y sonriendo cálidamente alza un poco la voz para que lo oiga. -Oye, Rhia!- dice para llamar su atención, y una vez habiéndola conseguido, agrega: -Gracias.

Habiendo dicho esto, el capitán empieza a tomar el camino hacia la fraternidad de Srad, con paso largo, como siempre, y alegre. Había sido una buena noche, hacía mucho tiempo que él y Rhia no tenían una plática tan... íntima. Aparte de todo, estaba emocionado por los hechizos que ella le pudiera enseñar, ya que siempre había querido aprender hechizos más "prácticos" para la vida diaria que todos los de combate que sabía, aunque nunca le hubiera dedicado el tiempo debido. De seguro eventualmente terminaría encontrándoles un uso en combate y olvidaría su utilidad para labores mundanas, pero al menos, si todo salía como él esperaba, Naami, Gustav y Sebastyan también los aprenderían.
Aún estaba algo confundido sobre el por qué su vieja amiga lo había llamado. De hecho, no podía sacarse esa pregunta de la cabeza. A quién, o qué se había referido al hablar de si él salía con alguien? Después de todo, su vida "romántica" era bastante bien sabida por gran parte de la escuela, y muchas chicas siempre traían los chismes de si andaba soltero o no. "Me habrá visto en la cafetería con Alison?..." pensó el pelirrojo preocupado, no quería que Rhia pensara que tenía una relación con alguien que ni siquiera le importaba, después de todo, que la chica tuviera esa idea en la cabeza haría todo más difícil para él. Después de unos segundos de reflexión, abandonó la idea de Alison. De pensar así, Rhia hubiera sido lo suficientemente perceptiva para ver que él estaba muy incómodo estando cerca de la chica de cuarto año.
El pelirrojo repasaba las palabras de su amiga una por una en su cabeza mientras caminaba por el bosque. Para él, intentar descifrar las palabras ocultas de los demás era un extraño e incómodo rompecabezas de mil piezas, ya que siempre tardaba mucho tiempo en deducir algo, y eso sólo si lograba hacerlo.
"Quién podría ser esa chica que no es cercana con Rhia pero que le diera esa vibra?..." pensaba el chico con ambas manos detrás de su cabeza, llevando un paso tranquilo y perdido. Pudiera ser Naami? Naaah, pero ella era como su hermana, Rhia no podía pensar esas cosas de ella. Pero quién más había?

Sin darse cuenta, el pelirrojo ya había salido del bosque, y al notar los edificios en sus alrededores, volvió la atención al lugar. No sería bueno si alguien lo atrapaba fuera de los dormitorios a medianoche, así que comenzó a andar con sigilo y atención. Sin embargo, en el fondo de su cabeza las dudas que se habían acumulado durante toda esa semana lo seguían agobiando. Sería una muy larga noche...